lunes, noviembre 29, 2004

Para comentar

En fechas recientes varias personas me han dicho que encuentran difícil publicar sus comentarios en el blog. A seguir el ABC para hacerlo:
- Cuando lean un post que les interese y quieran también leer los comentarios, den clic donde dice comments. En una nueva pantalla aparecerá el post que seleccionaron con todos los comentarios hechos hasta el momento. Después de leerlos, si quieren hacer alguno, den clic en el link "Post a Comment".
- Aparecerá una ventana con el título "Comment Sign In" pidiéndoles nombre de usuario y contraseña. ¡Ojo! Si no son miembros de blogger.com y no desean serlo, hagan caso omiso de esa solicitud y den clic en el icono azul de abajo que dice "Post Anonymously".
- Aparecerá una ventana nueva donde podrán escribir su comentario. Den clic en "Preview" para revisar su comentario o en "Publish Your Comment" para subirlo al blog. Su comentario aparecerá anónimo (no habrá link a su e-mail ni nada por el estilo); lo único que les pido, si no quieren firmar con su nombre, es que pongan sus iniciales o alguna señal a través de la cual pueda reconocerlos.
- ¡Anímense! Es mucho más fácil de lo que imaginan... y yo lo agradeceré.

Soy feliz 02

Acabo de entregar a mi asesora el borrador del segundo capítulo de mi tesis. El tercero ya está en camino.

viernes, noviembre 26, 2004

El caza romeritos

Comentando experiencias gastronómicas con un compañero de trabajo, causó revuelo en la oficina el hecho de que nuncajamásenlavida he comido romeritos. Me dicen que es un platillo típico mexicano muy laborioso y sobradamente exquisito con base en hierbas de romero y alguna especie de mole. Que también se comen, a veces, con tortitas de camarón seco. El antojo es grande. Y, como adivino que en mi casa este año no habrá romeritos (si no los han hecho en 23 navidades anteriores, dudo que los preparen ahora) me declaro en busca de un lugar donde preparen bien este platillo. Si alguien sabe de uno, agradeceré la recomendación.

jueves, noviembre 25, 2004

Vuelta por el Universo

Lo vi diferente. Y no fue sólo el intimidante lugar en segunda fila, donde sabes que eventualmente Cerati te ve y, si gritas fuerte, te escucha. A diferencia de las otras veces que lo he visto en vivo (una en el Metropólitan y dos en el Auditorio Nacional), en esta Gustavo Cerati se vio mucho más relajado, tranquilo, divertido. El escenario, sobrio. Una enorme pantalla a las espaldas de los instrumentos (guitarra, bajo, batería y dos teclados) que serán los verdaderos protagonistas de la noche. A las 8.32 Cerati aparece con pantalones de mezclilla, una camisa de manga corta y corbata intencionalmente pequeña. El Metropólitan lo recibe de pie, y así se mantiene durante todo el concierto. Inicia con “Tu locura”, la única canción nueva de su disco Canciones elegidas 03-04. Sigue con “Amo dejarte así”. ¡Buenas noches!, grita. “Tu cicatriz en mí”. ¡Ahí vamos, México! Con “Artificio” llega el primer gran momento de la noche: la gente, encendida, corea la canción mientras Cerati se luce con la guitarra, brinca y juega con su voz, subiendo y bajando el tono, cambiando de agudo a grave para demostrar que no sólo escribe buenas letras. Un par de canciones más tarde Cerati bebe agua y bromea con el público. Dice que se le perdió una guitarra. Que le encanta estar aquí. Que sabe que siempre dice lo mismo pero qué se le va a hacer, es la edad. La gente lo vitorea. Un entusiasta poco original le grita “maestro” y “genio”. Si ahora es nunca todo es nada si no descanso en tu mirada, dice la canción que viene después. ¿Quieren cantar un poco? Sííí! Pues sigamos afinando. Y sigue “El Rito”, de los tiempos de Soda, que levanta el ánimo de los nostálgicos (muchos, por lo que puede escucharse). Luego “Cosas imposibles” y “Pulsar”, que suena impecable: Creo en el amor porque nunca estoy satisfecho. La noche se mantiene así, con Cerati haciendo contacto con el público, la gente cantando y bailando todas sus canciones (él ha invitado “a mover las cachas”) y Gustavo bromeando y luciéndose con la guitarra, yendo de un lado al otro del escenario, haciendo gestos y muecas divertidas. Se despide a las 10.09, pero regresa para cantar durante casi media hora más. Toca turno a “Primavera Cero”, “Vuelta por el Universo” (el corte 1 del soundtrack de mi vida) y “Puente”, cuyo estribillo dice “gracias porvenir”, para despedirse del Metropólitan presentando a su banda y diciendo que nos portamos estupendos. Todos quedamos complacidos.

domingo, noviembre 21, 2004

Mañana se escribe con eñe


400 millones de hablantes en más de 20 países; 42 centros del Instituto Cervantes en el mundo... la lengua española es el imperio en el que no se pone el sol. Lo dijo Fuentes en Rosario, hace unos días: "Posiblemente el inglés sea más práctico que el castellano. El alemán más profundo. El francés, más elegante. El italiano, más gracioso. Y el ruso, más angustioso. Pero yo creo profundamente que es la lengua española la que con mayor elocuencia y belleza nos da el repertorio más amplio del alma humana, de la personalidad individual y de su proyección social". Amigos hispanoparlantes: ¡el mañana nos pertenece! Salud por el III Congreso de la Lengua Española realizado en Argentina. ¡A hablar, escribir y pensar en español! Posted by Hello

jueves, noviembre 18, 2004

Chequen dónde...


... voy a estar el próximo miércoles por la noche (den clic en la imagen para detalles). Prometo exhaustiva reseña. Posted by Hello

domingo, noviembre 14, 2004

To read or not to read

Hace un rato, en una reunión, una amiga dedicada a la Literatura comentó que le intrigaba pensar que lo que hacía podía no servir de nada, en el sentido de que a veces parecía no poder cambiar las cosas a su alrededor. Otro amigo presente, también literato, afirmó que la Literatura (y el arte en general) sí puede y de hecho ha cambiado al mundo en diferentes momentos. Yo permanecí en silencio, porque pensé que ambos tenían un poco de razón.
Acabo de leer una entrevista que Jorge Luis Espinosa, de El Universal, le hizo a Juan José Millás. Sobre el asunto el escritor afirmó: "A mí me irrita mucho escuchar de colegas míos decir que la literatura no cambia nada. Es cierto que el impacto de un libro no modifica el entorno de manera inmediata, pero pensemos: ¿Qué sería del hombre, y del mundo, si no hubieran existido Dante, Cervantes o Shakespeare?".
Recordé que yo mismo escribí algo parecido hace tres años, invitado a un encuentro de estudiantes de Literatura: "Sin Literatura, dije, la Libertad seguiría siendo entendida como la entienden las vacas y nos bastaría con pacer en el campo. Gracias a las Letras es todo lo demás: es el Quijote peleando contra molinos, Jean Valjean aferrándose a su posibilidad de felicidad y Alberto Caeiro escapando de la metafísica. Y, sobre todo, el Amor, un acto que ninguna ciencia podrá explicar jamás, porque no obedece a reacciones químicas ni a impulsos eléctricos: es un hecho de Letras; el amor son los versos del Gilgamesh, son el Cantar de los Cantares, Romeo y Julieta y Madame Bovary; el amor es algo que las Letras le han hecho al mundo y que debe seguir haciendo".
La idea, pienso, se completa con lo dicho por Harold Bloom al afirmar que la verdadera utilidad de Shakespeare o Cervantes consiste en contribuir al crecimiento de nuestro yo interior. Leer a fondo, dice Bloom, no nos hará mejores o peores personas. Lo único que puede provocar es que utilicemos adecuadamente nuestra soledad que, en su forma última, no es sino la confrontación con nuestra propia mortalidad.
Pienso que el debate no es exclusivo de estudiosos de la Literatura sino, en general, de cualquier persona que considere que un libro, alguna vez, cambió su vida. Y sé que muchos lectores de este blog se encuentran en ese caso. Digan, entonces, ¿qué sería del hombre, y del mundo, si no hubieran existido Dante, Cervantes o Shakespeare?

sábado, noviembre 13, 2004

La otra frontera


En la mera esquina noroeste de Latinoamérica, donde empieza la frontera de 3200 kilómetros que nos separa del otro mundo, la opción es mirar arriba. Y constatar que la verdadera línea está sobre nuestras cabezas. (Tijuana, BC, el 30 de octubre de este año).Posted by Hello

Acá la Patria


De ambos lados de la frontera una gran EME. Y no es la de México, sino la de McDonald's, que de uno y otro lado recibe y despide a gringos y mexicanos con el mismo mensaje: Aquí comienza la Patria o, lo que es lo mismo, no extrañe usted las McPatatas. Sírvase pagar en caja. Gracias por venir. Posted by Hello

Vt=(1/2)Vxx - V con V(0,x) = sen(x)

¿Alguien puede explicarme qué es una condición de frontera desde la perspectiva matemática? Ayer asistí al examen profesional de Cibeles García (amiga entrañable desde la secundaria, conocida desde mucho antes), quien obtuvo el grado de licenciada en Matemáticas Aplicadas por su tesis sobre las ecuaciones diferenciales estocásticas, procesos de difusión y fórmula de Feynman-Kac. De lo mucho asombrosamente complejo que dijo Cibeles durante la defensa de su trabajo, cuando escuché "condición de frontera" intuí que, quizá, después de todo, las matemáticas y la literatura pueden tener puntos de contacto. A saber.
¡Felicidades por esa Mención Honorífica! Y gracias por tantos años de amistad, Cib.

viernes, noviembre 12, 2004

La Frase 01

Escuchada durante una mesa redonda sobre biofilia y necrofilia con alumnos de cuarto de preparatoria del Colegio Williams, hoy:
"No hay que evitar el dolor de emprender una experiencia que nos hará sentir vivos".

domingo, noviembre 07, 2004

viernes, noviembre 05, 2004

The San Diego / Tijuana Post 13

Si cruzar la frontera hacia EU es fácil, regresar a México lo es más aún. En EU al menos te piden una visa que acredite tu identidad. Acá no. Nadie, nada. Hay un poli amodorrado que ve a la gente pasar sin inmutarse. El semáforo aduanal seguramente no sirve. Señoras con varias bolsas de súper, hombres con maletas grandes, jóvenes sin mochila, todos pasan. ¡Todos! Sean mexicanos, estadounidenses, centroamericanos... el control migratorio de la frontera mexicana es inexistente y la seguridad ni se diga.

The San Diego Post 12

Decido pasar en el muelle de San Diego mi última tarde en esta ciudad. Subo al portaviones US Midway, ahora convenientemente convertido en museo: el Midway Magic. Por momentos me siento como en la película de Steven Seagal que ocurre en uno de estos barcos. Al menos la cocina del Midway es idéntica. La mayor parte del buque está cerrada al público, y lo que resta se encuentra artificialmente adecuado para que la gente constate lo dura y heroica que es la vida de quienes habitan los 12 portaviones que actualmente mantiene la Marina Estadounidense. No deja de ser impresionante, sin embargo, caminar por la plataforma y observar las réplicas de los aviones que ahí se encuentran.
De retirada como-ceno en uno de los restaurantes del muelle. Crema de almejas y salmón Coronado. Exquisita comida con vista al mar.
Más tarde, de regreso al hotel por mi equipaje, camino el Gaslamp Quarter. Es el Soho sandieguino: edificios antiguos bien remodelados albergan boutiques de diseñador, restaurantes donde no baja de 30 dólares cualquier platillo de la carta, bares y alguna tienda de habanos.

The San Diego Post 11

(Noviembre 2, 2004)

No conozco muchos estadios de béisbol, pero estoy seguro que el Petco Park de San Diego debe ser uno de los mejores. 47 mil asientos. Boletos desde los 5 hasta los 270 dólares por partido y a sólo unos cuantos metros del Pacífico, el Petco todavía huele a nuevo (fue inaugurado a principios de este año). El guía (por 9 dólares puedes dar un tour por todo el parque) nos lleva a los palcos de prensa, a los restaurantes VIP (uno de ellos con vista a las jaulas de práctica de bateo: tú puedes ver a los jugadores, pero ellos no pueden verte a ti) y al dugout de los Padres, con sus bancas de madera y su teléfono directo al bullpen. El guía señala las tres banderas que engalanan el parque: la de Estados Unidos al centro, la del estado de California a la izquierda y la de México a la derecha. “Los Padres tienen muchos aficionados mexicanos que vienen a los partidos cada semana”, se jacta. “Aunque los colores están al revés”, le digo, observando que en su mexican flag primero va el rojo, en vez del verde. Don (así se llama el guía) responde un poco apenado preguntándome cómo debería ser la bandera. Le muestro la que traigo cosida a mi mochila. “Somebody should do something about it”, dice. Concuerdo.

The San Diego Post 10

Balboa Park es como el Bosque de Chapultepec en la Ciudad de México. Ahí se ubican los principales museos de San Diego, muchos de los cuales son réplicas de otros museos realmente importantes (el Museo de Historia Natural y el Museo de Arte Contemporáneo de San Diego, por ejemplo) y otros que francamente carecen de interés como el Museo del Automóvil o el Museo de Historia de San Diego. Entré al Reuben H. Fleet Center, confundiéndolo con el Museo de la Aviación que también queda por ahí. Me encontré con un museo de ciencia para niños al que el Papalote o el Universum en el DF tienen muy poco que pedirle. En Balboa Park hay también una réplica del Globe Theatre, muy linda, donde se presenta Dirty Rotten Scoundrels, un musical que, dicen, será la próxima sensación de Broadway (Jon Lithgow, por cierto, lleva el rol principal). En un teatro aledaño se presenta As You Like It y en otro se anuncia una breve temporada de La Pastorela (¡vamos México!) y otra de How the Grinch Stole Christmas! Jim Carrey no aparece en los créditos.

The San Diego Post 09

(Noviembre 1, 2004)
Coronado es una pequeña isla-ciudad a 10 minutos de San Diego. Tiene una playa limpia y tranquila, que hoy luce solitaria. La guía del camioncito de turistas que nos trajo acá dice que la casa más modesta que puede comprarse en este barrio de ensueño cuesta 800 mil dólares. Nos dice que el vecindario está habitado sobre todo por militares retirados (San Diego alberga la base militar marítima más grande del mundo, afirma) y políticos estadounidenses que pueden pagarse una casa de playa acá. En Orange Street, la calle principal de la ciudad, se viven postales típicamente estadounidenses: adolescentes patinando sobre la acera; una mujer hermosa haciendo jogging con un golden retriever corriendo a su lado; algún joven ejecutivo a bordo de su BMW; tiendas de ropa, restaurantes, librerías y heladerías a todo lo largo de la calle. Esta ciudad es sede, además, del legendario Hotel Coronado, donde se filmó la película Some Like It Hot (1959) y el primero en el mundo (siempre en voz de la guía) en haber contado con luz eléctrica en todas sus habitaciones, ahora convertido en balneario de lujo. Coronado es un sueño. ¿Qué se tiene que hacer/ser para poder vivir en un lugar como este?
MIS GASTOS DE HOY
11, desayuno (steak de hamburguesa con huevos revueltos, papa hash y jugo de zanahoria).
18, revistas (Interview, Adbusters, The Economist y el ejemplar de hoy del San Diego Union Tribune).
25, tour en trolley por la ciudad.
6.75, entrada al Reuben H. Fleer Center.
9, cena (tres rebanadas de pizza y una lata de jugo de naranja)
grantotal: 69.75 USdólars

The San Diego Post 08

De San Ysidro a San Diego, en trolley, se hacen 40 minutos. Debo decir que no esperaba una ciudad tan grande y opulenta. Hay muchos edificios de grandes corporativos (Bank of America, NBC, Merril Lynch...), un impresionante centro de convenciones a la orilla del mar, un estadio de béisbol inaugurado en abril de este año, un centro histórico (Gaslamp Quarter) con edificios que datan de principios del siglo pasado y un notabilísimo desarrollo de la industria de la construcción, con edificios levantándose por toda la ciudad. Hay poca gente en las calles, sin embargo.

The Tijuana / San Diego Post 07

(Octubre 31, 2004)
Cruzar la frontera a pie no fue tan difícil. Sólo requiere la paciencia de la fila (cuarenta minutos, más o menos) y una visa vigente. Nadie revisa nada. No hay, en ningún momento, agentes migratorios con armas largas, perros de reserva, revisión de equipaje, interrogatorios ominosos... nada. Sólo la fila y llegar al punto de cruce, entregar la visa, revisar que eres tú el de la foto y estás del otro lado, en San Ysidro, el primer poblado estadounidense después de la frontera. Las diferencias entre México y USA sí son notables. Del lado mexicano hay un tianguis, varios pedigüeños y la Av. Revolución. En San Ysidro hay un McDonald’s, un cajero automático y la moderna estación del trolley que lleva a San Diego. Sorprendentemente nadie te pide el boleto que certifica que pagaste tu viaje.