martes, abril 22, 2008

Zeus era un naco...

... o narco.
"El rey Zeus tenía un enorme trono negro de mármol pulido de Egipto, decorado con oro. Siete escalones llevaban hasta él, cada uno esmaltado con uno de los siete colores del arco iris. En lo alto, una túnica azul brillante proclamaba que todo el cielo le pertenecía sólo a él; y sobre el reposabrazos derecho de su trono había un águila áurea con ojos de rubí, que blandía entre sus garras unas varas denntadas de estaño (...) Un manto púrpura de piel de carnero cubría el frío asiento"
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De Dioses y héroes de la antigua Grecia, de Robert Graves.

sábado, abril 19, 2008

10 años sin Paz

He tenido la fortuna de no haber vivido la muerte de ninguno de mis seres queridos y/o cercanos. Sí ha muerto de vez en cuando algún conocido, incluso algún familiar más o menos allegado, pero nadie que haya significado algo realmente importante en mi vida.
Sin embargo recuerdo muy bien la murete de Octavio Paz. Me enteré tarde, al día siguiente de ocurrida. Estaba en preparatoria, en el Colegio Williams (donde él estudió algunos años). Esa mañana entré a la biblioteca y vi la noticia en la primera plana del Reforma. Nunca había sentido algo así. Primero, no lo creí ("No puede ser"). Luego, el desconcierto ("¿Por qué él?"). Finalmente, lo peor fue ser consciente de que su ausencia en el mundo sería para siempre.
Es un poco extraño esto que me pasó con Paz, porque a esa edad yo no lo conocía muy bien. No había leído más que algunos poemas suyos (recuerdo inestimable "La vida sencilla", que incluso aprendí de memoria) y El laberinto de la soledad que me impresionó bastante. Desde luego nunca tuve ningún otro tipo de contacto personal con él.
Pero había una relación con él. Ya he dicho que Paz fue alumno del Williams, y en el colegio, sabiamente, no se cansaban de repetirnos eso. Un par de años antes de su muerte, incluso, Paz canceló de último momento una largamente esperada visita al colegio aduciendo "una repentina indisposición". Lo maravilloso es que canceló enviándonos una carta a los alumnos, explicando el motivo de su ausencia, recordando sus años en el Colegio y agradeciendo las decenas de cartas que le habíamos enviado semanas antes. Era emocionante, por decir lo menos, pensar que quizá (sólo quizá), el poeta había leído la carta que escribiste para él.
Además en ese entonces yo vivía en Mixcoac, muy cerca de los lugares que Paz frecuentó de niño. Pasaba muy frecuentemente por la casa que había sido de su abuelo, Ireneo, y que ahora es convento.
En fin. Ese día, el 20 de abril de 1998, recuerdo haber sentido por primera vez la tristeza insondable que causa el saber que nunca más volverás a ver a alguien. La tristeza y el vacío. El vacío y la desesperación de que ese hueco en la vida no lo llenará jamás nadie. Pienso que muy probablemente hasta ese día no fui cabalmente consciente de la muerte.

miércoles, abril 09, 2008

Escrito con tinta verde

La tinta verde crea jardines, selvas, prados,
follajes donde cantan las letras,
palabras que son árboles,
frases que son verdes constelaciones.

Deja que mis palabras, oh blanca, desciendan y te cubran
como una lluvia de hojas a un campo de nieve,
como la yedra a la estatua,
como la tinta a esta página.

Brazos, cintura, cuello, senos,
la frente pura como el mar,
la nuca de bosque en otoño,
los dientes que muerden una brizna de yerba.

Tu cuerpo se constela de signos verdes
como el cuerpo del árbol de renuevos.
No te importe tanta pequeña cicatriz luminosa:
mira al cielo y su verde tatuaje de estrellas.

- Octavio Paz

domingo, abril 06, 2008

Gente interesante

De la novela El buda de los suburbios (1990), de Hanif Kureishi:
"Pensé en la diferencia que existe entre la gente interesante y la gente agradable y en que no pueden ir siempre unidos. La gente interesante tiene una manera de pensar insólita, con ellos las cosas se ven bajo una nueva luz, no existe el aburrimiento ni la monotonía (...) Eva podía ser snob, pero cada vez que veía algo, escuchaba un fragmento de música o visitaba cualquier lugar no me sentía satisfecho hasta que Eva me lo descubría de nuevo bajo una perspectiva distinta. Lo abordaba todo desde ángulos inusitados y todo lo relacionaba. Luego está la gente agradable que no es interesante y cuya opinión a uno nunca le importa. Como mamá, por ejemplo. Era gente buena, dócil, que merecía más amor. Y sin embargo son las personas interesantes, como Eva, con aquella faceta dura y atractiva, las que acaban llevándoselo todo".

sábado, abril 05, 2008

Los falsificadores

Una agradable sorpresa en cartelera.
Basada en hechos reales, la película narra la historia de un programa nazi dedicado a la falsificación de documentos bancarios, sobre todo libras esterlinas y dólares. El detalle es que el programa es llevado a cabo en un campo de concentración, con prisioneros judíos que se enfrentan a la disyuntiva de apoyar al régimen nazi fabricando dinero falso a cambio de mantenerse vivos y ciertos privilegios (como bañarse de vez en cuando).
La película, ganadora el año anterior del Oscar a Mejor Película Extranjera, evita el efectismo fácilón de la vida en los campos y pone énfasis en el conflicto moral de los personajes. La actuación de Karl Markovics es sensacional, logrando un personaje híbrido entre el Padrino de Brando y el Tony Soprano de James Gandolfini.
Vale mucho la pena.