lunes, diciembre 01, 2014

Generación APP


Una de las más recurrentes inquietudes de quienes trabajamos con y para adolescentes reside en el tan cacareado hecho de que pertenecen a una generación distinta a la nuestra, es decir, a la primera generación cien por ciento digital en el sentido de que, nacidos en los últimos años del siglo pasado, no conocieron (al menos no conscientemente) el mundo antes de internet, facebook, smartphones y demás maravillas de la vida en línea. 

La inquietud aumenta cuando constatamos que psicólogos, sociólogos y pedagogos, entre otros especialistas de la educación, emiten opiniones discordantes (y a veces francamente contradictorias) al reflexionar sobre las características de la generación (o las generaciones, según se vea) que ahora está en las aulas. Ejemplo: Dan Tapscott en su libro La era digital (McGraw Hill, 2009) no tiene reparo en ensalzar las cualidades de los adolescentes de hoy: "Como la primera generación global de todos los tiempos, los Net Geners son más listos, más rápidos y más tolerantes a la diversidad que sus precursores" (Tapscott, 6). El autor, asesor de negocios en Canadá, enuncia ocho características de los nacidos de mediados de los '90 en adelante: 
  1. Aprecian la libertad y la libertad de elección.
  2. Desean personalizar las cosas, hacerlas por sí mismos.
  3. Son colaboradores naturales que disfrutan de una conversación, pero no de un sermón.
  4. Lo escrutarán a usted y a su organización.
  5. Insistirán en la integridad.
  6. Querrán divertirse, incluso en el trabajo y en la escuela.
  7. La velocidad es normal.
  8. La innovación es parte de la vida.
Un año después, en 2010, Nicholas Carr publicó Superficiales. ¿Qué está haciendo internet con nuestras mentes? (Taurus, 2010). Como lo señala el título de su obra, Carr no analiza específicamente a la actual generación de adolescentes, sino que dedica su atención a los efectos de nuestra vida en línea. No es muy optimista al respecto. Un ejemplo:
Una sola página web puede contener fragmentos de texto, video y audio, una variada gama de herramientas de navegación, diversos anuncios y varias pequeñas aplicaciones de software o widgets, que se ejecutan en sus propias ventanas. Todos sabemos cómo puede llegar a distraernos esta cacofonía de estímulos. Pero nos lo tomamos a broma. Un nuevo mensaje de correo electrónico anuncia su llegada cuando ojeábamos los titulares más recientes de un periódico digital. Unos segundos más tarde, nuestro lector RSS nos informa de que uno de nuestros blogueros favoritos ha publicado un nuevo post. Unos momentos después nuestro teléfono móvil reproduce la melodía que indica la entrada de un mensaje de texto. Al mismo tiempo, una alerta de Facebook o Twitter parpadea en la pantalla. (Carr, 116)   
Puede que el tono de Carr sea levemente catastrofista, pero estoy seguro de que la mayoría puede identificarse con esos momentos de sobre-estimulación que, a decir del autor, no llevan a algo bueno.

Al tren del estudio de los cambios que la tecnología ha propiciado en la forma en que aprendemos se ha subido Howard Gardner con su obra Generación APP (Paidós, 2014) en la que define a este grupo de edad en los siguientes términos:
Nuestra teoría es que los jóvenes de ahora no sólo crecen rodeados de aplicaciones, sino que además han llegado a entender el mundo como un conjunto de aplicaciones, a ver sus vidas como una serie de aplicaciones ordenadas o quizás, en muchos casos, como una única aplicación que se prolonga en el tiempo y les acompaña de la cuna a la tumba. (Gardner, 15)
La opinión de Gardner sobre el asunto es acaso más relevante que la de los autores antes mencionados si consideramos que lleva más de tres décadas dedicado a la psicología cognitiva: fue él quien en 1983 cimbró el mundo educativo con su teoría de las inteligencias múltiples, que dio al traste con el modelo de educación estandarizado (y, tristemente, todavía en uso en la mayor parte de las escuelas del mundo). 

En Generación APP Gardner nos queda a deber una posición clara al respecto. No es esto necesariamente malo. Antes lo contrario: Gardner toma una distancia prudente ante la velocidad de los cambios suscitados por la tecnología en el ámbito educativo y concluye, inteligentemente, que estos cambios pueden resultar tanto positivos como negativos dependiendo de los factores que los acompañen (personalidad del alumno, la escuela en la que estudien, los valores familiares, etc.). En sus palabras
Los medios digitales pueden ejercer un efecto liberador sobre los jóvenes ya predispuestos a experimentar e imaginar, mientras que congelarían a la creciente proporción de jóvenes que prefieren seguir el camino de la mínima resistencia. (Gardner, 152)
Afortunadamente en este tema estamos muy lejos de escuchar la última palabra. Entretanto, Generación APP es una lectura altamente recomendable para padres de familia, profesores y en general cualquier persona interesada en cómo aprendemos.