miércoles, agosto 27, 2008

¡A la marcha!

La marcha no marcha

¿Así vamos a estar? La inmensa mayoría de los y las que interrogo con respecto a su asistencia a la marcha del próximo sábado me han respondido con frases agónicas y muy poco entusiastas. Según esto, resulta que, en principio, sí van a ir, pero no esperan mayores cambios porque, ya ve usté, señor Dehesa, con tanto entusiasmo que vinimos a la primera y, como a usté le consta, éramos un millón o más y total para lo que sirvió: los políticos nos dieron a todos atole con el dedo y el majadero de Andrés Manuel nos salió con que éramos la gente nais que teníamos ganas de estrenar nuestra ropa blanca y pasear por Reforma. Para que luego venga AMLO y se pregunte cómo estuvo el gran fraude; el gran fraude se lo recetó él solito gracias a su miopía política y a sus ganas de hacer chistoretes malos.


Yo también voy a ir a la marcha e iré con nuevos ímpetus y cumpliré así el mínimo deber de solidaridad que tengo con todos los que han sido torturados, vejados y asesinados en esta Capital. Y no tan sólo eso. Yo marcharé en contra de la indecencia, el cinismo, la pérdida de toda ética que hoy caracterizan a nuestras Policías y a nuestros políticos, sean éstos del partido que sean. Beatriz Paredes, por dar un contundente caso, está muy molesta con nuestras "estridencias" y no hablemos de los sietemesinos partos mentales que se ha aventado Manlio Fabio. Me produce una cierta esperanza rumbo a 2012 ver al PRI tan pachón, tan suficiente, tan convencido de que México vuelve a ser suyo, como siempre tendría que haberlo sido. Su pose es maravillosa: con ellos México iba muy bien, pero, por puro descuido ciudadano, brotó la desgracia y el PRI fue expulsado de Los Pinos y ¡claro!, surgieron el narcotráfico, el fraude, el secuestro, la pillería generalizada y la incapacidad de las autoridades. Si México no se ha ido a pique es porque ilustrísimos priistas como Manlio Fabio y gentes del antiguo régimen como Elba Esther han metido el hombro y han aportado su sabiduría. Ésta es la nueva y falaz Disneylandia de los priistas. ¡Ah, qué buenos éramos!, se dicen ellos sin asomarse siquiera a ese PRI que hoy en muchísimos lugares de la República sigue siendo gobierno y sigue prohijando el delito en todas sus modalidades. Preguntemos simplemente por el índice de secuestros que hay en el Edomex y con eso tendríamos para saber que Peña Nieto sería un desvergonzado si aspirara a la Presidencia de la República. Uno de los objetivos de nuestras marchas será poner en evidencia esta incapacidad y/o esta perversión de nuestros partidos.

Es la hora de los ciudadanos. Si vas a la marcha y luego te retiras a tu casa, no lograremos cambiar mucho; pero si salimos a la marcha convencidos de que ya no podemos vivir como víctimas en espera de un castigo que no merecemos, pero tampoco evitamos; salgamos a la marcha con el ánimo de que de ahí no nos moverán, o retornaremos las veces que hagan falta para exigir la justicia que nos ha sido negada y para rescatar a nuestra patria que ha sido secuestrada por los delincuentes, sí, por los partidos, también y por los ciudadanos con su frívola pasividad, ¡también!.

A la marcha aikir. Yo entiendo y respeto a los que por serias e importantes cuestiones ideológicas se abstendrán de ir; entiendo y respeto a los que vamos con nuestro mejor ímpetu y alegría a servir de algo para el rescate de México que quizá no se logre con una, o dos, o mil marchas; pero de que lo logramos, lo logramos. Esto es lo que hay de muy respetable en la marcha del sábado. Si vas a ir remoloneando, o no vas a ir por alguna futileza, allá tú si quieres seguir siendo parte del México de los huevos tibios. Aikir.

- Germán Dehesa (Reforma / Agosto 27, 2008)

domingo, agosto 17, 2008

La poesía es un arma cargada de futuro

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

- Gabriel Celaya

sábado, agosto 16, 2008

El día después de la marcha

Gran idea la de la marcha nacional contra la inseguridad el próximo 30 de agosto. Hay mucha gente (demasiada) que piensa que muy poco o nada se puede hacer contra la impunidad y la estulticia política de quienes nos gobiernan. Una especie de destino manifiesto del cual los mexicanos jamás podremos escapar.
Yo pienso que se pueden hacer pocas cosas. Y una de ellas es precisamente salir a la calle y exigir al gobierno que haga su trabajo. El hecho de que al final de la marcha del 30 de agosto se planee encender cientos de miles, quizá millones, de veladoras al mismo tiempo me parece de una inteligencia sutil y casi diría maquiavélica. Esas veladoras serán símbolo de esperanza el 30/08, pero en unos años esa gente, con esas veladoras, podría estar "incendiando" el país en la siguiente etapa del reclamo. Una etapa en la que ya no se marchará contra las entelequias llamadas Gobierno o Autoridades... sino contra personas con nombre y apellido a las cuales se exigirá su renuncia. Recordemos Argentina hace unos años...
Por eso es tan importante el día después. Es el verdadero Día D. Ya hubo una marcha multitudinaria hace cuatro años. El país se conmovió y los políticos respondieron con las generalidades de siempre. Las organizaciones civiles que dieron paso a la marcha perdieron cohesión y, peor aún, dejaron de presionar a Gobierno y Autoridades para exigir respuestas claras, con tiempos definidos y avances mensurables. Exigir la posibilidad de revocación de mandato (si no puedes, te vas); empujar por la reeleción legislativa y municipal (si no cumples, te despido) y, en general, como escribe René Delgado en su texto de Reforma hoy, no sólo sacudir a la clase política en el poder, sino sacarla de la zona de confort que constituyen "l
os consejos sin resultado, los acuerdos de papel, los planes sin destino y los programas de ocasión que, al final, integran un catálogo de buenos propósitos con desembocadura en la mentira".
La marcha es importante, sin duda. Pero es principio y no fin de un camino que llevará varios años. No basta con reclamar y que a los dos meses el gobierno entregue 500 patrullas nuevas. Los mexicanos ya no somos niños de chupete.

jueves, agosto 07, 2008

Pre-Beijing

Juro que no estoy triste. Mucho menos deprimido.
Saben que me gusta el deporte.
Pero no me emocionan los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.
El fin de semana pasado intenté contagiarme de fiebre olímpica al comprar un programa de actividades. Pero nanay.
El hecho de que varias de las competencias tendrán lugar en horas imposibles (la inauguración, mañana casi en la madrugada, por ejemplo); de que los mexicanos irán prácticamente en papel testimonial (acaso alguna sorpresa, pero ya nos han advertido que no nos hágamos ilusiones) y la intensa politización del evento me causan, no sé, pereza. Ayer intenté engancharme viendo un noticiario deportivo y apagué la tele cuando el acto estelar del programa fue entrevistar a una niña de 9 años que cantará en el acto inaugural de mañana. "La única mexicana presente en el escenario", dijeron. Como si eso realmente fuera interesante.
La llama olímpica no me ha tocado. Espero que me ilumine pronto. O no. Casi me da lo mismo.

sábado, agosto 02, 2008

Una duda

El jueves fui a ver The Dark Knight. Atribuí al cansancio el hecho de que me pareciera demasiado larga e incluso confusa en algunas de sus partes.
La crítica ha sido casi unánime al recibirla con inusuales buenos ojos. Manhola Dargis, del New York Times, por ejemplo, no ha tenido empacho en calificarla la mejor película de superhéroes jamás filmada.
David Denby, de
The New Yorker, tiene una opinión distinta y, me parece, más cercana a la mía también.
Debo volver a ver la película para afinar mi punto de vista. Me gustó, sin duda, pero no sé qué tanto.