sábado, diciembre 31, 2005

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LA VIDA SENCILLA

Llamar al pan el pan y que aparezca
sobre el mantel el pan de cada día;
darle al sudor lo suyo y darle al sueño
y al breve paraíso y al infierno
y al cuerpo y al minuto lo que piden;
reír como el mar ríe, el viento ríe,
sin que la risa suene a vidrios rotos;
beber y en la embriaguez asir la vida;
bailar el baile sin perder el paso;
tocar la mano de un desconocido
en un día de piedra y agonía
y que esa mano tenga la firmeza
que no tuvo la mano del amigo;
probar la soledad sin que el vinagre
haga torcer mi boca, ni repita
mis muecas el espejo, ni el silencio
se erice con los dientes que rechinan:
estas cuatro paredes –papel, yeso,
alfombra rala y foco amarillento–
no son aún el prometido infierno;
que no me duela más aquel deseo,
helado por el miedo, llaga fría,
quemadura de labios no besados:
el agua clara nunca se detiene
y hay frutas que se caen de maduras;
saber partir el pan y repartirlo,
el pan de una verdad común a todos,
verdad de pan que a todos nos sustenta,
por cuya levadura soy un hombre,
un semejante entre mis semejantes;
pelear por la vida de los vivos,
dar la vida a los vivos, a la vida,
y enterrar a los muertos y olvidarlos
como la tierra los olvida: en frutos…
Y que a la hora de mi muerte logre
morir como los hombres y me alcance
el perdón y la vida perdurable
del polvo, de los frutos y del polvo.

- Octavio Paz

viernes, diciembre 30, 2005

Reivindicación de Kong


No sé por dónde empezar. Quizá afirmando rotundamente que King Kong es una graaan película. Así nomás: que valen la pena las tres horas y media en el cine. Que valen mucho la pena.
Peter Jackson no sólo logró lo que parecía imposible: dirigir un homenaje decoroso del clásico de 1933, sino hacerlo -además- luego de haber dirigido la trilogía de El Señor de los Anillos. Y, hay que decirlo, con este nuevo Kong Jackson no sólo alcanza lo "decoroso", sino vuelve a visitar las más altas esferas de lo espectacular.
Hay referencias a El corazón de las tinieblas, que -como apunta un personaje- no es (aunque lo parezca en primera instancia) una simple historia de aventuras. Es una reflexión sobre el Hombre mismo, y su relación con la naturaleza. Eso es también King Kong.
El Hombre no tolera lo que no entiende y por eso no soporta la Naturaleza. Está en él destruirla definitivamente: exterminarla. Cercarla poco a poco, acorralarla, provocar sus desastres (y sufrirlos) en vez de siquiera intentar comprenderla y entonces, quizá, convivir con ella. Por eso la gente agota las entradas de un teatro inmenso para ver a una bestia sobajada y deja espacios vacíos en un local donde se presenta una obra de teatro en forma.
Eso es lo que nos dice King Kong desde hace más de 70 años. Y es lo que nos repite Jackson en su nueva película, en la que echa mano de todos los recursos técnicos a su alcance. En el Kong de Jackson hay 200 millones de dólares, con todos los efectos especiales que eso supone: más dinosaurios que en Parque Jurásico, insectos inimaginables de gran tamaño y, claro, un simio gigante que nunca parece animado por computadora (en gran parte gracias a la tecnología del motion-capture).
Y hay talento detrás de todo ese despliegue técnico: la historia está bien contada; las actuaciones son más que suficientes (sobresalen Jack Black y Naomi Watts) y el guión es lo suficientemente sagaz como para, por ejemplo, situar en una jaula ante la que se lee: "Peligro: Animales Salvajes Adentro" a los escritores del guión que el megalómano Carl Denham (Black) pretende filmar en la Isla de la Calavera sin imaginar, claro, lo que encontrará al llegar ahí.
Por estas y otras razones que espero constaten ustedes mismos, King Kong es altamente recomendable. En la escala ergozoom la peli tiene un bien ganado y redondito 80.
Pero, como siempre: ¡vayan a verla, y aluego la comentamos!
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martes, diciembre 27, 2005

Lo que hace el ocio


Mi escritorio, esta mañana. Posted by Picasa

Y éste dos horas después...


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¡Larga vida al Rey!


La revista PC World acaba de publicar su lista de los 50 mejores gadgets de los últimos 50 años. En la foto, el ganador indiscutible: el Walkman de Sony (1979) que hizo de la música portátil una maravilla posibe.
Nietzsche dijo que la vida sin música sería un error. Y entonces, ¡cuántos yerros vitales nos ha evitado la tecnología! Y es que, ¿qué sería de nuestras caminatas, de los traslados en Metro y microbús, de los viajes largos, de las filas en el banco y las esperas prolongadas sin un artilugio como éste en nuestros bolsillos? ¡Sería el silencio! Sería el error.
El iPod, por cierto, que no guarda horas sino ¡días! de música quedó en segundo lugar. Yo no puedo estar más de acuerdo. Posted by Picasa

martes, diciembre 20, 2005

Juventud


Empecé a leer esta novela de Coetzee.
¡Dios! Sigo sintiéndome taaan identificado con la prosa del sudafricano.
Ya resulta inquietante: es como conocer un alma gemela... al principio agradeces la coincidencia, te reconforta saber que no estás solo. Luego te entra la congoja de que hay alguien más por ahí, demasiado parecido a ti, aunque tenga 40 años más que tú y haya nacido en Sudáfrica.
Más adelante, fascinado por el trazo de sus personajes y la contundente sencillez de sus letras, maldices entre dientes porque ha escrito lo que tú pensaste que algún día te correspondería escribir a ti. Y, diablos, ¡ganó el Nobel por eso!
Me convierto en Pepe Gonzaletzee... Posted by Picasa

lunes, diciembre 19, 2005

Me dicen...

Que King Kong es "malísima", que Peter Jackson se volvió loco filmando "eso", que dura tres horas y media, que a la mitad de la película uno pide a gritos que maten de una buena vez a la bestia esa y que dejen de salir dinosaurios y arañas gigantes...
¿Es cierto eso? O mi fuente fue al cine en un mal día...
Estoy intrigado.

Yahweh!

Bono fue nombrado El Hombre del Año por la revista Time porque "cautivó y amedrentó y sobornó moralmente a los líderes de los países más ricos del mundo para que perdonen una deuda de US$40.000 millones que debían los más pobres".
Qué bien. Pero yo sigo pensando que lo que mejor hace el buen Bono es cantar.
¡Y yo tengo boleto para verlo el próximo 16 de febrero en el Azteca!
Woohoo!
¡Gracias, Foco!

martes, diciembre 13, 2005

Crónicas de Narnia

Lo peor es cuando aparece Santa (Clós) y les obsequia a los hermanos Pevensie las herramientas (que no los regalos) con los que habrán de vencer a sus enemigos. Jo, jo, jo. Con esa mágica aparición (renos incluidos) uno queda ciscado: no vaya a ser que el buen señor Clós se convierta en el salvador de esos adorables niños durante toda la película (enalteciendo en cada salvamento, faltaba más, el inconmensurable valor de la Navidad). Afortunadamente no ocurre así y la película se desarrolla con más o menos buena fortuna durante poco más de 2 horas.
Claro que después de El Señor de los Anillos e incluso después de Harry Potter la fórmula de las Crónicas se ve un poco gastada. Ya no sorprenden los guiños a la mitología clásica, ni los animales que hablan, ni las batallas entre seres fantásticos representando al bien y al mal... De hecho, los recursos de Narnia parecen limitados. Pese a que esta producción de Disney costó más de 150 millones de dólares, a veces se nota que los actores están actuando frente a una pantalla que simula paisajes nevados previamente grabados.
Leí en una crítica que los libros en los que se basa Las Crónicas de Narnia son literariamente muy superiores a los libros de Potter. Y que el autor, C.S. Lewis, era muy buen amigo de Tolkein, con quien compartía ideas y lecturas. Lamentablemente en su paso a la pantalla grande Las Crónicas de Narnia resultan menos atractivas que las aventuras de Potter y su banda. Son, más bien, una versión latte de El Señor de los Anillos. De cada uno depende si eso es bueno o no. Para mí, no.
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Las Crónicas de Narnia: El león, la bruja y el ropero es dirigida por Andrew Adamson; actúan, entre otros Georgie Henley y Skandar Keynes. Calificación ergozoom: 60.

domingo, diciembre 11, 2005

Doce para el dos-cero-cero-seis

Mis deseos para el próximo año.
(Versión Guajira)
  1. Que México gane el Mundial (caminaaando).
  2. Que me doblen el sueldo y me reduzcan la carga de trabajo.
  3. Que no gane Madrazo.
  4. Paz en el mundo y todo eso.
  5. Que los Pumas recontraten a Hugo y fichen a Zidane (o ya de perdida al Chamagol). Que ganen la Libertadores, los dos torneos cortos en México, el Mundial de Clubes y hasta el torneo de las Bimbo Cards.
  6. Que el América descienda a Segunda División.
  7. Que Cerati haga un tour con U2 o con Moby. (Si ya vienen los de Bono al Azteca, sólo falta que Cherati lentre al palomazo).
  8. Que no gane Madrazo.
  9. Que si gana Calderón, no sea tan papa como Fox.
  10. Y si gana AMLO no sea tan bestia como Chávez.
  11. Que le den un Grammy póstumo a Chalino Sánchez por su canción "Idos de la mente" (o por "Botellitas", que también es re buena).
  12. Que le den el Nobel a Vargas Llosa (o a Charles Fountains, que tan bien me cae…).
  13. Que le den un Oscar a Jim Carrey (¿o ya se lo dieron?).
  14. Que alguna gran corporación compre los derechos de este blog por, digamos, mil millones de dólares. ¡Ya me vi!
  15. Y, uhm, ¡que no gane Madrazo!

Soy ateo, gracias a Dios


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God is a concept by which we measure our pain.- Lennon
(Foto: Fernando Ortega, para Reforma)

miércoles, diciembre 07, 2005

Somos lo que leemos

La pregunta no es cuántos libros al año leemos sino, en todo caso, qué tipo de libros leemos. Interesantérrimo reportaje al respecto, publicado el sábado anterior en confabulario, el suplemento cultural de El Universal.
Entre otras afirmaciones se lee ésta del editor Jesús Anaya:
"Podemos asegurar que (en México) se lee mucho más de lo que creemos. Si no, ¿cómo entiendes que la piratería tenga tanto éxito? Aquí entra el tema de qué debemos leer. ¿Quién es el lindo que va a decirlo? Hay jóvenes que empiezan leyendo un libro de terror y terminan leyendo a Julio Verne y a Lovecraft. Los caminos para llegar a la lectura son infinitos y de ninguna manera podemos ser tan moralistas".
Échenle un ojo a este trabajo de Magali Tercero. No tiene desperdicio.

domingo, diciembre 04, 2005

La piedad ausente mil veces

Esto se lee en Los Miserables:

“El patíbulo, cuando está ante nuestros ojos levantado, en pie, derecho, tiene algo que alucina. Se puede abrigar cierta indiferencia hacia la pena de muerte, no pronunciarse ni en pro ni en contra, no decir que sí ni que no, mientras no se ha visto una guillotina; pero si se llega a encontrar una, la sacudida es violenta; es menester decidirse, y tomar partido en pro o en contra de ella (...) La guillotina es la concreción de la ley: se llama vindicta: no es neutral, ni os permite que lo seáis tampoco. Quien llega a divisarla, se estremece con el más misterioso de los estremecimientos. Todas las cuestiones sociales alzan sus interrogantes en torno de aquella cuchilla”

Y esto en Página 12, diario argentino, en su edición de ayer. La cabeza de la nota lleva el mismo título de este post:

“El castigo propio de la pena capital no se verifica en el momento de la inyección letal –modo de morir más benigno que el reservado a la mayoría de los hombres– sino en el hecho de que, desde que se pronuncia la sentencia, el condenado es privado de la humana gracia de desconocer la hora exacta de su muerte. Ayer a las 2.15 de la madrugada en Carolina del Norte, finalizó el castigo de Kenneth Lee Boyd, el condenado número 1000 en Estados Unidos a partir de que, en 1976, la Corte Suprema reinstaurara la pena de muerte, que había sido puesta en suspenso diez años antes. Alrededor de su fallecimiento se reactivó el debate sobre el castigo que no tiene retorno: organizaciones encabezadas por Amnistía Internacional, pero también la Unión Europea, reiteraron su oposición a la pena de muerte.
Boyd, de 57 años, fue declarado muerto quince minutos después de que, atado hasta la inmovilidad sobre una camilla, recibió una mezcla de tres drogas letales. “Que Dios bendiga a todos los presentes”, fueron sus últimas, prudentes palabras. Poco antes le había pedido a su nuera –presente durante la ejecución– que cuidara de su hijo y de sus nietos.
El hombre había sido condenado en 1994 por haber matado, en 1988, a su esposa y su suegro, en presencia de sus dos hijos. Once años duró la agonía jalonada por recursos y pedidos de clemencia que se agotaron un minuto antes de las dos de la mañana de ayer, cuando permaneció mudo el teléfono de emergencia por el cual el gobernador de Carolina del Norte hubiera podido disponer la conmutación de la pena.
“Como cristianos, nosotros lo hemos perdonado”, manifestó una declaración de los familiares de las víctimas –es decir, la familia política del convicto–. “Este no es, en ningún caso, un día glorioso o de victoria para nosotros, pero él ha sido castigado según las leyes vigentes”, finalizaron.
El ajusticiado, cuyo bajo coeficiente intelectual lo aproxima a la debilidad mental, había luchado en la guerra de Vietnam, país que hoy, junto con China e Irán, es de los poquísimos en los que se verifican más ejecuciones que en Estados Unidos, donde el año pasado 59 personas fueron ajusticiadas. La pena de muerte rige en 38 de los 50 estados de ese país. Fue restablecida por la Corte Suprema en 1976, luego de haber sido puesta en suspenso diez años atrás. Desde entonces, 832 personas fueron ejecutadas mediante inyección letal, 152 en la silla eléctrica, 11 en cámaras de gas, tres ahorcados y dos fusilados.Sin embargo, las condenas bajaron un 50 por ciento en el último lustro. Se estima como una razón principal para esta caída el creciente uso de análisis de ADN y otros avances forenses; esto lleva implícito que muchos de los ejecutados no eran en realidad culpables. “Hay mucha gente consternada por la cantidad de sentenciados que luego se comprueba eran inocentes”, afirmó Rick Halperin, presidente de la Coalición por la Abolición de la Pena de Muerte y titular de la sección estadounidense de Amnistía Internacional. Una ONG llamada Mil Ejecuciones, vinculada con Amnistía, habilitó una página en Internet con el texto de una declaración contra la pena capital para ser firmada por ciudadanos norteamericanos.
“Consideramos que este castigo es cruel e inhumano –sostiene un comunicado oficial de la Unión Europea–. No actúa como disuasivo y hace que todo error de la Justicia, inevitable bajo cualquier sistema legal, sea irreversible.” En contrapartida, George W. Bush, presidente de Estados Unidos, ratificó su “firme apoyo” a la pena de muerte porque “ayuda a salvar vidas inocentes”.