domingo, enero 08, 2012

Soy tu fan

Por fin me di tiempo de ver esta joyita de la televisión nacional: la primera temporada de Soy tu fan. Y, bueno, qué decirles. Afortunadamente no es novedad el hecho de que OnceTV México nos ofrezca productos de gran calidad (hace unos meses otra de sus series, XY, mereció varios elogios en este espacio) y esta serie no es la excepción.

A muy grandes rasgos, Soy tu fan es la historia de Charly (Ana Claudia Talancón) y Nico (Martín Altomaro). La primera recién salida de una relación muy conflictiva y el segundo flechado al parecer definitivamente cuando la encuentra a ella tristeando en un café. Así, la mesa está puesta para una serie de aciertos y desaciertos en las siempre insondables aguas del amor. No son las únicas relaciones que conocemos: también está la de un actor de telenovelas con su novia (simpático el guiño a RBD con todo y saquitos rojos), la de una mujer madura con un hombre joven y la de un par de "niños bien" que nomás no terminan de casarse...

Da gusto ver cómo está filmada: reconocer lugares, rincones, colores y gente de la hermosa ciudad que es la de México. Apreciar el cuidado en la ambientación, en el vestuario, en la selección musical... 

Los actores son solventes. Destacan, desde luego, los protagonistas, pero hacen gran trabajo otros como Oswaldo Benavides en el papel del patanazo ex novio de Charly (incomprensiblemente amado por ella) y Edwarda Gurrola como Vanesa, una cizañosa gordibuena que agrega mucha pimienta a los capítulos en los que aparece. 

No debe ser fácil filmar con esta calidad en México, mucho menos en la televisión pública; el hecho es que el producto final resulta casi impecable. El único "pero" que le pongo es el ritmo de la narración: me pareció sobremanera acelerado: ocurren demasiadas cosas en muy poco tiempo: como si los guionistas hubieran tenido prisa o les hubieran pedido que resolvieran rápido para mantener la atención del público. 

Un apunte final para que no se despisten: la serie no está pensada para adolescentes. Al principio yo pensé que sí, pero no. Las relaciones que en ella se muestran son de adultos. Jóvenes, sí, pero adultos. 

La recomendación es redonda. La primera temporada lleva un rato en DVD y la segunda, que me dicen supera con creces a su antecesora, está al aire desde octubre. 

miércoles, enero 04, 2012

Elemental, mi querido Sherlock


Cuando cursaba tercer o cuarto semestre de la universidad uno de mis compañeros decidió darse de baja de la carrera. Nuestra generación apenas rebasaba la docena de alumnos, de tal suerte que en las conversaciones posteriores su deserción fue un tema recurrente. En una de ellas un amigo mencionó que lo entendía porque aquel compañero, dijo, era "un hombre de acción". Sus palabras resonaron durante un buen rato en mis pensamientos, porque la conclusión lógica de ese argumento decía que nosotros, los que estudiábamos Letras, éramos entonces lo opuesto a un hombre de acción... lo cual no acababa de gustarme.

Recuerdo con mucho aprecio los libros que tienen como protagonista a Sherlock Holmes. En mis años de pubertad pasé muchas horas leyendo esos relatos que  durante algunos meses se convirtieron en algo cercano a una obsesión. De Holmes me gustaban no sólo su inteligencia y su cultura sino también (y creo que sobre todo) el hecho de que era precisamente eso: un hombre de acción. Buen boxeador, atleta competente, casi siempre acicalado pero nunca dispuesto a encasillarse en el personaje de un intelectual de sillón y pipa (aunque, claro, también lo era).

Por eso me gusta la fanquicia que desde 2009 inició Guy Ritchie: un director astuto pero sobre todo competente al filmar secuencias de acción (de él son las adrenalínicas Lock, Stock & Two Smoking Barrels y Snatch). En esta ocasión repite la dosis de la mano de dos actores brillantes (Robert Downey Jr. y Jude Law) y una notable banda sonora firmada por Hans Zimmer. 

Es posible que haya leído todos los relatos de Sherlock Holmes y reconozco que son muchas (demasiadas, dirán los puristas) las licencias que se toma Ritchie para dotar de actualidad a un personaje clavado en el siglo XIX. Nada qué reprochar: esa literatura, desde sus orígenes, fue hecha para entretener. Y Ritchie, en su adaptación cinematográfica de los textos, hace un trabajo loable en esa línea. Después de todo, si los arqueólogos tienen a Indiana Jones, nosotros tenemos a Sherlock Holmes...    

lunes, enero 02, 2012

A corazón abierto


Hace justo un año leí esta reseña de Open, la autobiografía de Andre Agassi, a la que Xavier Velasco consideró "una rara mezcla de novela intimista y thriller atlético". Respeto mucho a Velasco --como escritor, como lector y como persona-- pero hubo otro ingrediente que hizo atractiva la lectura: Agassi representó para mí una gran contradicción como aficionado al tenis: al principio me fascinó (aunque también me causó rechazo) su insondable rebeldía; al final admiré su madurez y tenacidad.
Por fin llegaron las vacaciones y tuve tiempo para sumergirme en este libro, que inicia con una revelación inusitada: el odio de Agassi al tenis. Y es sólo el principio: a partir de ahí, se construye a sí mismo un personaje entrañable con un padre que desde niño le impuso el destino de ser el mejor tenista del planeta, pasando por su insulso matrimonio con Brooke Shields y terminando con el resurgimiento de su carrera que terminó con más de cinco minutos de ovación de pie en el Arthur Ashe Stadium en Nueva York.
Sorprende de Agassi su honestidad. No le cuesta trabajo asumirse por momentos errático, confundido y egoísta; y trasluce de manera natural, sin impostaciones, su gran calidad humana: al final de su carrera uno de sus principales objetivos fue fundar una escuela, que graduó a su primera generación en 2009. 
También es notable su calidez literaria que, aunada a una narración fluida, hace de éste un libro altamente recomendable no sólo para amantes del tenis sino para cualquier persona interesada en conocer la descarnada historia de un personaje que aprendió por la vía sinuosa que el éxito no suele encontrarse en donde la mayoría de las personas lo busca.