Cuando cursaba tercer o cuarto semestre de la universidad uno de mis compañeros decidió darse de baja de la carrera. Nuestra generación apenas rebasaba la docena de alumnos, de tal suerte que en las conversaciones posteriores su deserción fue un tema recurrente. En una de ellas un amigo mencionó que lo entendía porque aquel compañero, dijo, era "un hombre de acción". Sus palabras resonaron durante un buen rato en mis pensamientos, porque la conclusión lógica de ese argumento decía que nosotros, los que estudiábamos Letras, éramos entonces lo opuesto a un hombre de acción... lo cual no acababa de gustarme.
Recuerdo con mucho aprecio los libros que tienen como protagonista a Sherlock Holmes. En mis años de pubertad pasé muchas horas leyendo esos relatos que durante algunos meses se convirtieron en algo cercano a una obsesión. De Holmes me gustaban no sólo su inteligencia y su cultura sino también (y creo que sobre todo) el hecho de que era precisamente eso: un hombre de acción. Buen boxeador, atleta competente, casi siempre acicalado pero nunca dispuesto a encasillarse en el personaje de un intelectual de sillón y pipa (aunque, claro, también lo era).
Por eso me gusta la fanquicia que desde 2009 inició Guy Ritchie: un director astuto pero sobre todo competente al filmar secuencias de acción (de él son las adrenalínicas Lock, Stock & Two Smoking Barrels y Snatch). En esta ocasión repite la dosis de la mano de dos actores brillantes (Robert Downey Jr. y Jude Law) y una notable banda sonora firmada por Hans Zimmer.
Es posible que haya leído todos los relatos de Sherlock Holmes y reconozco que son muchas (demasiadas, dirán los puristas) las licencias que se toma Ritchie para dotar de actualidad a un personaje clavado en el siglo XIX. Nada qué reprochar: esa literatura, desde sus orígenes, fue hecha para entretener. Y Ritchie, en su adaptación cinematográfica de los textos, hace un trabajo loable en esa línea. Después de todo, si los arqueólogos tienen a Indiana Jones, nosotros tenemos a Sherlock Holmes...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario