jueves, marzo 20, 2008

Lost in a World of Hate

"Nadie nos pide que vivamos la vida en rosa, pero tampoco la desesperación en negro".- Enrique Vila-Matas

lunes, marzo 17, 2008

La Zona


La película inicia con varias casas reflejadas sobre los vidrios entintados de una camioneta BMW. Son fachadas grandes, bien pintadas, con césped al frente y garajes que guardan autos cotizados en dólares. Es un fraccionamiento de lujo en algún suburbio de la Ciudad de México. Un muro divide el afuera del adentro y cámaras de video sirven de ojos a los policías privados que vigilan el fraccionamiento las 24 horas del día. Es La Zona.

Fuera de ella, apenas cruzando el muro, se encuentra el "mundo real", cualquier cosa que eso signifique, con sus techos de lámina y caminos de terracería.

La película explora la posibilidad de lo que ocurriría si un incidente violento, desencadenado a raíz de un robo, ocurriera en uno de esos fraccionamientos siguiendo la premisa de que sus habitantes preferirían seguir la investigación del caso por mano propia en vez de permitir la intervención de la Policía. Pese a un par de momentos casi inverosímiles (aunque no del todo), la película funciona bastante bien, sobre todo al nivel de la reflexión a la que invita: linchamientos no hay sólo en Tláhuac. Esa vena visceral y justiciera es igual o más peligrosa entre gente que cree que tiene derecho a la impunidad. Gente que cree que es necesario violar la ley para mantener el orden. Claro que la ley en nuestro país, y quienes se encargan de hacerla valer, tampoco se defienden muy bien en estos casos.

Este filme de Rodrigo Plá ganó el León de Oro a la mejor ópera prima del pasado Festival de Venecia. Actúan Daniel Giménez Cacho y Maribel Verdú, entre otros.

A veces pasa...

... que la gripe le pega a uno. A mí me ocurre un par de veces al año. Esta vez el virus no era demasiado fuerte, pero me descuidé y llevo dos semanas entre que me da bien y no me da.
Incómoda la garganta (irritada) y la nariz (roja y... hummm... 'escurridiza').
Pienso que a veces éstas son las señales que mi cuerpo manda para decir "¡Para!".
Tengo una semana de vacaciones por delante; un montón qué calificar y un cumpleaños qué festejar, así que no pararé demasiado... ¡Semana Santa: allá voy!