lunes, julio 31, 2006

¿Método o locura?

Otra imperdible columna de Denise Dresser hoy en Reforma:

"Aquellos que los dioses quieren destruir, primero enloquecen", escribió Eurípides. Y muchos que observan a Andrés Manuel López Obrador piensan que ha enloquecido. Que ha perdido la cordura. Que se le ha caído un tornillo y aunque convoque a millones en el Zócalo, ha perdido toda oportunidad de encontrarlo. Porque gran parte de lo que hace va en contra de su aspiración presidencial. Porque gran parte de lo que dice hace imposible cumplirla. Si en realidad su objetivo es llegar a Los Pinos, su comportamiento de las últimas semanas dificulta que algún día llegue allí. Toda acción entraña -lógicamente- consecuencias, y las de AMLO corren en sentido contrario de alguien que quiere, alguna vez, gobernar al país.

Basta con imaginarse el siguiente escenario: ¿Y si el Trife ordenara un recuento total o parcial de los votos y López Obrador fuera declarado el ganador? Lograría ser Presidente pero le resultaría extraordinariamente difícil conducir al país. Lograría arribar a Palacio Nacional pero le resultaría imposible generar consensos desde allí. Porque en México -como en cualquier otro sistema capitalista a nivel mundial- existen actores clave para el funcionamiento de una economía, y en las últimas semanas AMLO se ha dedicado a alienarlos a todos. Con las protestas en Walmart. Con el bloqueo a la Bolsa Mexicana de Valores. Con el llamado al boicot de productos estadounidenses. Con las declaraciones intempestivas de Jesús Ortega contra el Consejo Coordinador Empresarial. Con la posibilidad de marchas que bloqueen carreteras y cierren aeropuertos. Con el uso de la palabra "insurrección" y la amenaza de fomentarla.

Todas esas posturas son políticamente correctas pero estratégicamente erróneas. Todas esas palabras movilizan a grupos incondicionales pero asustan a quienes no lo son. Con ellas AMLO va erigiendo obstáculos en su camino a la Presidencia en vez de desmantelarlos. Como ha argumentado el experto en transiciones democráticas, Adam Przeworski, para ganar y gobernar en una economía de mercado, la izquierda se ve obligada a domesticarse. A des-radicalizarse. A combinar las demandas de redistribución con los imperativos de la acumulación. A aceptar las reglas básicas del juego mientras intenta reformarlo. Porque no puede llegar al poder y usarlo de manera eficaz de otra manera, dadas las constricciones que coloca el capital, para bien y para mal. Esos inversionistas que requieren seguridad; esas compañías multinacionales que necesitan certeza; esas empresas pequeñas y medianas que exigen predecibilidad. La posición antisistémica de AMLO sólo tiene sentido si ya renunció a la posibilidad de liderear ese sistema que tanto odia.

Porque de lo contrario, está actuando de manera contraproducente. Está haciendo y diciendo todo para asegurar que no será Presidente nunca. O de serlo, gobernará con demasiados factores reales de poder en contra como para no producir una confrontación mayor y dañina para su propia causa. Grupos empresariales que le dieron el beneficio de la duda y ahora se lo retirarán. Miembros potenciales del gabinete con credibilidad internacional que se rehusarán a formar parte de él. Compañías globales en busca de nuevos sitios para invertir que borrarán a México de su lista, ante la incertidumbre que se vislumbra allí. Banqueros que prestaban poco y con altas tasas de interés, que ahora lo harán menos y cobrando más. Miles de electores moderados que ya se arrepintieron de su voto. Elites sociales como las que asistieron a la boda de Marcelo Ebrard, y que de seguir las cosas como van, no volverán a ser fotografiadas en público con él.

Quizás esto no le preocupe al equipo de AMLO pero debería. Quizás esto no le quite el sueño a los perredistas más recalcitrantes pero ojalá lo hiciera. Porque al privilegiar la táctica inmediatista están olvidando la estrategia de largo plazo. La de ir ganando y consolidando posiciones para una izquierda creíble, confiable, que entiende cómo funciona una economía y lo que se debe asegurar -en México y en cualquier parte- para que lo haga bien. La de poner primero a los pobres con políticas públicas viables, que combinen la responsabilidad del Estado con los requerimientos del mercado. La de un líder con la credibilidad suficiente para atemperar los excesos del capitalismo, sin acabar con él. La de ser un Presidente eficaz, más allá de ser un Presidente legítimo.

Esas tareas ineludibles para cualquier dirigente en un mundo globalizado, que su propia tribu sabotearía. Millones de mexicanos legal y pacíficamente empujados a la radicalización y empujando a AMLO a que gobierne así. Todos los miembros de su base dura -a los cuales ha ido enardeciendo- declaración tras declaración. Esos 2 millones de personas que salen a marchar para derrocar al sistema y de ser Presidente, esperarán que lo haga. Con resultados rápidos y cambios tangibles. Encarcelando a Luis Carlos Ugalde y a los consejeros del Instituto Federal Electoral. Exiliando del país a los miembros del Consejo Coordinador Empresarial. Nacionalizando a Televisa y a Reforma. Clausurando todas las fábricas de Sabritas del país. Cerrando la Bolsa Mexicana de Valores y exigiendo que las empresas mexicanas encuentren otras forma de capitalizarse. Demandando que Walmart ponga fin a sus operaciones en México.

Porque ésas serán las demandas que emergerán del movimiento confrontacional que López Obrador está contribuyendo a crear, ¿o no? Ésas son las decisiones de política pública que fluyen de las posturas políticas que los perredistas han promovido últimamente, ¿o no? Propuestas cuyo objetivo no es construir al nuevo país sino destruir a los viejos enemigos. Planteamientos que erigen muros contra la izquierda en lugar de contribuir a su aceptación.

Y por ello se vuelve lógico pensar que la apuesta de AMLO es otra. Ya no la Presidencia de la República sino la conciencia combativa y crítica y radical del país. Ya no Palacio Nacional sino la plaza pública. Ya ni siquiera el recuento de todos los votos, sino la esperanza de que el Trife deseche esa posibilidad. Para entonces poder afirmar que todo fue un fraude, que todo está corrompido, que todo el sistema es un asco. Para poder dedicarse entonces a lo que sabe hacer mejor: pelear, combatir, movilizar. Pasar a la historia como el hombre que quiso ser Presidente, pero prefirió ser piedra en el zapato. Para ser reconocido en los libros de texto gratuito como otro de los revolucionarios que tanto admira. Y demostrar, como lo sugiere Shakespeare en Hamlet, que "Aunque esto sea una locura, hay método en ella".

domingo, julio 30, 2006

¿A quién le habla AMLO?


Es oficial: hemos perdido a AMLO. El tipo está rematadamente chalao.
Reúne por tercera vez a cientos de miles de personas en el Zócalo para informarles las acciones de "resistencia civil pacífica" en aras del recuento de los votos emitidos hace ya cuatro semanas.
Los pejéfobos pensaban que llamaría a cerrar carreteras, bloquear aeropuertos, boicotear empresas... los pejéfilos creían que podía invitar a apagar la luz , a no usar el teléfono, a mandarle cartas a Fox o cualquier cosa así...
Pues no. Lo que hace es pedirles a esos cientos de miles que se queden ahí, en el Zócalo, en "asamblea permanente" hasta que el Tribunal Electoral emita su veredicto (lo cual podría tardar todavía varias semanas). ¿Cómo? ¿Pero es que cree que esa gente no trabaja, no tiene familia ni algo parecido a una vida?
Él piensa la "asamblea permanente" como un Woodstock perredista: invita a formar campamentos, organizar brigadas sanitarias y llevar a cabo actividades culturales (para pasar el rato, supongo) como lecturas de poesía y torneos de ajedrez...
¿A quién le habla AMLO? ¿Cuántos se van a quedar ahí todos estos días? ¿Quiénes lo van a seguir en esta deschavetada propuesta? Porque una cosa salir a la calle a gritar consignas tres horas dos veces al mes y otra muy diferente es quedarse a vivir en la banqueta, bajo el sol y la lluvia, defecando en coladeras y viviendo de la "solidaridad" de la gente...
Una cosa es respaldar a un líder y otra seguir a un loco.

lunes, julio 24, 2006

Nobleza obliga

Jorge Pedro Uribe, amigo desde hace ¿veinte años?, me hizo el favor de publicar una reseña de este blog en su sección MetroBuzz de la revista dF de este mes.
No he tenido la oportunidad de ver lo que escribió pero me acabo de enterar de que un lector llegó aquí gracias a ese comentario, así que pienso comprar la revista mañana mismo...
Agradezco entonces y, claro, los invito a leer su sección cada mes en dF y su blog también (jorgepedro.blogspot.com).
Saludos, Jorge.

miércoles, julio 19, 2006

Adiós Supermán

Debo decir que nunca fui realmente fan de Supermán.
Hace años, cuando todavía estaba en la primaria (creo) Supermán se murió. Sacaron un comic especial en el que un monstruo verde lo hacía pomada durante ochenta páginas y pum. Murió. Claro que se puso de moda. Y yo, como era un imberbe bastante impresionable, empecé a comprar los cómics para saber qué pasaría y no estar fuera de onda. Cuando DC sacó no una ni dos sino ¡cuatro! continuaciones (o sea, cuatro personajes, cada uno con su propio cómic, que podían ser Supermán) la estrategia me olió a timo y terminó mi furor comiquero.
Después siempre preferí a Batman y luego al Hombre Araña. Ya he tenido ese bizarro debate con algunos amigos (por qué Batman es más chido que cualquier otro súper héroe) y no creo que los dos lectores de este blog quieran detalles al respecto.
Todo esto para decir que Supermán regresa es una película bastante... cómo llamarla... ¿mediana? Está bien hecha y eso pero le falta alma. Le falta actualidad. Mientras los súper héroes se han modernizado con trajes híper sofisticados y gadgets fabulosos, Supermán sigue siendo el tipo (ahora más que nunca) fuera de contexto que sale a salvar al mundo con capa y calzones rojos. Está también esa oda a lo cursi que es su ricito en la frente (al parecer moldeado con crema chantilly) y lo absolutamente irreal que resulta pensar que para salvar al mundo basta con bajar gatitos en Francia y apagar incendios en Japón. ¿Qué haría Supermán en Líbano hoy?
¿Lo demás? Pienso que Christopher Reeve era un dechado de carisma y personalidad comparado con Brandon Routh; Margot Kidder era Miss Universo puesta a lado de Kate Bosworth y Kevin Spacey no parece el buen actor que es a lado de Gene Hackman hace veintitantos años.
En suma: Supermán regresó, sí. Pero, ¿para qué?

viernes, julio 14, 2006

Change for good

Es oficial: nos cambian de horario en Radio Capital. Ahora estaremos de una a tres de la tarde todos los días, ¡el noticiario estelar de la estación!
Nos darán oficina nueva y toda la cosa... Lo mejor es que tendré una sección fija que engloba la categoría cuatro del Maratón: arte, cultura y entretenimiento. Estaré al ahire (perdón, la emoción); quise decir que estaré al aire todos los días entre 2:45 y 2:55 de la tarde (aprox).
Recuerden: de una a tres en Radio Capital 830 AM. ¡Saludos!

jueves, julio 13, 2006

Un hallazgo


No veo mucha televisión. Me molesta la exclusividad que requiere (no poder hacer otra cosa mientras la ves) y tengo la idea de que sus producciones son obligadamente de baja calidad, dada la velocidad a la que se trabaja en ese negocio que, evidentemente, no conozco bien.
Soy también muy pero muy desconfiado de lo que está de moda. Mi personalidad contreras me hace rechazar en automático casi cualquier cosa que tenga éxito entre el público masivo.
Así que sabía, desde hace rato, de la existencia de Six Feet Under, pero como era una serie de televisión y había sido tan bien recibida por los ratings no me llamó la atención per se. Tampoco el tema era atractivo. ¿Qué de interesante podía ser la vida de una familia entregada al negocio funerario?
A mí mamá se la recomendaron dos colaboradores de mi papá, diseñadores gráficos en ciernes. Primera señal positiva: son gente creativa y adeptos a productos de calidad estética con estándares superiores a la media. Mi mamá, culta y amante del buen cine, me dijo que la serie le parecía buena incluso en la segunda temporada. Luego leí una nota en Letras Libres que aplaudía la base literaria de la serie. Me enteré de que Alan Ball, guionista de Belleza Americana (no mi película favorita, pero sí una que en su momento me gustó bastante), era el creador de la serie. Y, bueno, la semana pasada empecé a ver la primera temporada.
No los atosigaré con los detalles de por qué me ha gustado tanto (los mencioné, al menos parcialmente, en las líneas superiores). Bastará que les diga que creo haber descubierto el mejor lado de la televisión. Uno que no conocía y ni siquiera imaginaba. Desde la secuencia inicial de créditos (musicalizada por Thomas Newman, el mismo de Belleza Americana y Lemony Snicket) la calidad es superlativa. Qué decir del elenco, el desarrollo de los personajes, la profundidad de la trama (basada, claro, en hechos tan simples como la muerte) y la técnica de los directores (sobrios, y sin embargo brillantes)...
Cierto. Llegué tarde a Six Feet Under (la primera temporada es del 2001)... Ignoro si el talento de su creador, sus directores y guionistas da para mantener la serie a tan alto nivel durante cinco años, pero el principio al menos es muy alentador.

miércoles, julio 12, 2006

Zidane, il a tapé


¡No podía ser de otro modo! Ya hay una canción sobre el cabezazo de Zidane. Un grupo de publicistas franceses compusieron una pegajosa melodía como terapia contra la frustración de la derrota en la final del domingo; enviáronla a algunos amigos y, voilá, ya está en la radio, todo mundo la pide: el domingo graban el video y en breve, claro, se venderá el disco en las tiendas y se ofrecerá el tono para celulares.
Yo escuché un fragmento hace rato en la radio y me parece que tiene madera para ser la canción del verano. Chequen el estrbillo:
Attention, c'est la danse du coup de boule. Coup de boule a droite, coup de boule a gauche, allez le bleus. Zidane il a frappé, Zidane il a tapé (...) l'arbitre l'a vu a la télé (...) mais la Coupe on l'a raté, on a quand meme bien rigolé. (Atención, es el baile del cabezazo. Cabezazo a la derecha, cabezazo a la izquierda. Zidane ha golpeado, Zidane ha pegado (...) el árbitro lo ha visto en la tele (...) pero la Copa se nos ha escapado, por lo menos nos lo hemos pasado en grande).
Por cierto, Zidane habló ya. No específcó los insultos de Materazzi, sólo dijo que habían sido palabras muy duras contra su hermana y su madre. Lamentó que los niños hayan visto esa reacción y pidió perdón por el gesto, aunque dijo que no se arrepentía: "Si lo hiciera, él (Materazzi) tendría razón para decir lo que dijo, y no es así".
Supongo que a Zizou deberá importarle un rábano que Joseph Blatter haya amagado con retirarle el título de mejor jugador del Mundial en caso de que la FIFA compruebe que la actitud de Zidane fue antideportiva. Blatter, está claro, no entiende que esos premios los da la gente, no la FIFA. Y que de nada vale lo que diga la burocracia del fútbol cuando en las canchas se ha demostrado que, por lo menos en los últimos 10 años, nadie mejor que Zidane ha pisado el césped. Zidane il a tapé!
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Con información de El País, W Radio y foto de EFE.

martes, julio 11, 2006

Qué asco, Materazzi

Todavía son puras especulaciones: gente que lee labios descifra lo que supuestamente le dijo el zafio Marco Materazzi a Zidane el domingo antes de que el francés le diera un cabezazo y por ello saliera expulsado del partido.
El representante de Zizou ha declarado que esta semana su cliente aclarará los motivos por los que perdió la cabeza en el que muy probablemente haya sido su último partido como profesional.
Entretanto, decía, los "traductores" afirman que fue, claro, un insulto el que colmó la paciencia de Zidane.
Según una fuente de la selección italiana, mientras disutaban un balón aéreo, Materazzi le pellizcó un pezón a Zidane. Éste volteó a verlo y Materazzi soltó: "¿Qué, no te gusta?" A lo que Zidane respondió: "Eso es demasiado fuerte para ponerme cachondo".
Luego viene lo que ya se ve en el video. Materazzi le dice, con referencia a los balones altos: "Eso no es para un mierda como tú". Zidane sonríe y se da la vuelta. De espaldas, mientras Zidane se aleja, Materazzi escupe: "Todos sabemos que eres el hijo de una puta terrorista". Zidane se voltea, encara al defensa italiano y le da un cabezazo en el pecho.
Esa tarde la madre de Zidane estaba hospitalizada. Y la alusión al terrorismo, a la que los argelinos son comprensiblemente susceptibles, no hizo sino agravar el insulto.
Materazzi, idiota pero no cínico, reconoció que había insultado a Zidane. Sin especificar, dijo que había sido "un insulto de esos que se escuchan decenas de veces y que a menudo se nos escapan en el campo".
Explicó que lo había dicho porque Zidane se había portado muy arrogante.
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Con información de Reforma, AFP y The Times.

domingo, julio 09, 2006

Algo está mal


Algo está mal cuando el Mundial termina con el mejor jugador del fútbol contemporáneo expulsado, camino a darle la espalda a la Copa del Mundo y dejando a su equipo a merced de un rival que la merce menos pero la va a obtener a pesar de ello.
Algo está mal cuando en la TV, por la noche, se habla del partido 10, 15 minutos (a lo mucho), y se procede a olvidar el fútbol ('pa lo poco que hubo, pensarán los conductores) y privilegiar el inexplicable autoelogio (TV Azteca felicitándose a sí misma por el "gran trabajo" hecho en el Mundial) o la presentación exclusiva de la nueva canción de Maná (Televisa, en un desesperado intento de desligarse del tema fútbol lo antes posible).
Algo está mal cuando un equipo como Italia gana un Mundial como el alemán: con la segunda marca de menos goles (sólo después del de Italia '90), reiterando la necedad de que lo importante no es jugar bien, sino ganar. Como si no se pudiera ganar jugando bien.
Y algo está definitivamente mal cuando entre aficionados al fútbol se habla de que ésta es la evolución del fútbol. Lo he escuchado varias veces en las últimas semanas. El negocio del Mundial, para las selecciones nacionales, no está en ganar, sino en no perder: avanzar ronda tras ronda y justificar la millonaria inversión de sus patrocinadores. Para los jugadores, dicen, el negocio, simplemente, no está en sus selecciones, sino en los clubes para los que juegan todo el año: ahí está su salario importante, y de ahí salen sus patrocinadores gordos. ¿Meter la pierna fuerte con el riesgo de perder la pretemporada que empieza en dos semanas? ¡Ni hablar! Ni que fuera la Copa del Mundo... ¿Qué? ¿Que ésta es la Copa del Mundo? Ah. Bueno. En ese caso, ¿a quién le importa?
Sería bueno que a veces, sólo para ver lo que se siente, por curiosidad, para romper la costumbre, los jugadores y entrenadores salieran a eso: a jugar. Y no sólo a pensar cuántos ceros podrán agregar a su próximo cheque si no pierden el partido en disputa. Recordar, de vez en cuando, que son los aficionados promedio quienes aceitan la maquinaria que los mantiene en calidad de estrellas. Y que a ellos, los aficionados (pobres ilusos) les gusta el buen juego: emocionante, abierto, fuerte pero limpio, osado en su planteamiento táctico y, sobre todo, comprometido con una idea que refleje grandeza y no mezquindad a la hora de abandonar la cancha.
En fin. Terminó Alemania. Y yo me quedé con un fajo grueso de cuentas por cobrar. No me debe el fútbol. Me deben los que tienen el balón y creen que hacen fútbol. Que le den la bola a los que saben y quieren jugar. ¡Y nos vemos en Sudáfrica 2010!

jueves, julio 06, 2006

Ooops!

0K. Éste no es de fútbol, pero tenía que postearlo.
Cuenta la leyenda que este comercial quedó 'enlatado' en la agencia que maneja la cuenta de MasterCard en EU. Chequen uds. por qué...

Tévez, Priceless

Se nos va el Mundial. Balance a venir en el Blog. Por lo pronto, este comercial de MasterCard, con el sello de la casa y una puya la mar de ingeniosa al orgullo brasileño. ¡Saludos!

lunes, julio 03, 2006

Nada para nadie


(Felipe Calderón / AMLO) Fotos: Reforma
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Eso es lo que deberían darles: nada a ninguno de los dos.
Hasta cierto punto era previsible que AMLO hiciera lo que hizo: proclamarse ganador y lanzarse como El Borras dizque a defender el voto cuando el IFE no llevaba ni el 30% de las casillas computadas. Insisto: esa reacción era previsible.
Lo que hizo Calderón, no. Tras el exabrupto de AMLO todos pensábamos que en el candidato panista cabría la razón y --fiel a la tradición de su partido-- haría un llamado a la prudencia y se abstendría de agitar las aguas. Pues no: también se proclamó ganador y dijo (cínicamente, como AMLO minutos antes) que respetaría los resultados del IFE peeero que él consideraba que la tendencia a su favor era irreversible y bla,bla,bla...
Cabe decir que todo esto lo hicieron después de que el presidente del IFE solicitara a los candidatos no declararse ganadores anticipadamente y esperar a los resultados oficiales.
Qué chasco. Los dos son iguales. Sólo quieren una cosa: El Poder.
La jornada casi festiva del domingo, en la que 40 millones votamos pensando que los candidatos respetarían sin ambages nuestra decisión, se disipó ante la estrechez mental de los políticos que quieren ser Presidente.
Yo digo: México ya votó. La elección es cerrada. Que los votos se cuenten minuciosamente para saber quién ganó. Y que mientras los candidatos se callen y respeten una decisión que (aunque ellos no lo crean) NO es suya. Que se dejen de alharaca electorera y se comporten a la altura de los ciudadanos que votamos en paz y demostramos estar muy, pero muy por delante de nuestra mezquina clase política.

sábado, julio 01, 2006

Picardía alemana

Sí, suena a oxímoron, pero chequen esta nota de Christian Colonna en el diario argentino Olé. ¡Por eso dicen que el fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y siempre gana Alemania! (Doy por hecho, aclaro, que en la jerga de la nota los argentinos llaman "machete" a lo que en México conocemos como "acordeón"):
"Quién le va a ganar a un argentino en picardía criolla? ¿Un alemán? ¿Ein? ¿Cómo un frío, estructurado y aburrido alemán va a ensartar a un canchero, lindo y sabelotodo argentino? Imposible. ¿Imposible?
El cuerpo técnico alemán reveló que tenía estudiados al milímetro a los pateadores de penales argentinos. El día después de la victoria puede sonar a fanfarronada. Pero cuando se ven las imágenes, el cuerpo técnico argentino (más los jugadores, los hinchas y espectadores del fútbol en general) no puede hacer otra cosa que quedarse perplejo ante la evidencia. No sólo que sabían a dónde podían patear los argentinos, sino que Jens Lehmann se fue al arco de la definición con ¡un machete en la media!
'Nuestro arquero recibió información detallada. Se le dijo quién suele patear los penales en el equipo argentino, se le mostraron videos de todos los penales que patearon en los últimos dos años, quién los pateó, si fueron a la izquierda o a la derecha...', explicó Oliver Bierhoff, el director de selecciones. Como estarán de preparados los alemanes que tienen a una persona que se encarga del asunto. Uno de los responsables directos de la eliminación de Argentina se llama Urs Siegenthaler, analista suizo contratado por el técnico Jurgen Klinsmann especialmente para observar a los rivales. En un principio, en Alemania lo miraron con cierta desconfianza pero hoy nadie duda de que el dinero está muy bien gastado.
Lehmann se fue del estadio rápido y sin hablar. Pero ante las imágenes que vio el mundo de cómo consultaba su machete antes de cada ejecución, Bierhoff explicó: 'No sabía el orden en que patearían, así que por eso tuvo que mirar el papel'. Creer o reventar, pero el arquero del Arsenal acertó dónde fueron todos los tiros. Antes de acomodarse en el arco, metía la mano en la media, sacaba el papel y, sin mucho disimulo, refrescaba la memoria de lo que tenía que hacer, Sólo de Riquelme no le iban a dar información (aunque no fuera necesario porque ya no estaba) porque le había atajado hace poco por la Champions League.
Definitivamente, los alemanes fueron más vivos que los argentinos: se machetearon con el mundo observando. Y encima no rompieron ninguna regla."
Por cierto, no pude ver el Brasil - Francia, pero me enteré de que Zidane jugó un partidazo. Me alegra saberlo. Más: me entusiasma pensar que Zizou podría retirarse ganando el Mundial con Francia. ¿Son les bleus el equipo que sale decidido a ganar partidos y no sólo a no perderlos en esta Copa? ¿Estamos, como leo en algunos diarios (otra vez el Olé argentino; El País, de España) ante la selección del verdadero jogo bonito, liderada por O Rei Zidane?
Ojalá.