martes, mayo 27, 2008

Rolling!!


No soy fan de los Rolling Stones. Pero debería. Ayer por la noche vi en la pantalla IMAX de Vancouver el documental Shine a Light, que Martin Scorsese hizo de un concierto de los Rolling en Nueva York.

No sabía qué esperar. Algo explosivo, sin duda. Scorsese se concentra durante casi las dos horas que dura la película en narrar la acción del concierto en el Beacon Theatre, que más de alguna semejanza tiene con el Metropólitan chilango: es un lugar relativamente pequeño (más aún teniendo en cuenta que estamos hablando de los Stones) que precisamente por ello permite mantener la esencia de un concierto: cercanía con el público. No vemos el pantagruélico escenario de U2 (que por cierto el viernes estrena su U2-3D) sino unos Rolling sin más parafernalia que un buen juego de luces y la energía de Mick Jagger a la que cualquier calificativo (inverosímil, envidiable, felina) le queda corto.

A través del genial emplazamiento de cámaras y de una edición preciosa más que precisa Scorsese logra "meternos" al concierto dándole prioridad a lo único que importa: la música. Sí hay algunos detalles del antes del concierto, algo vemos tras bambalinas y se nos presentan también imágenes de archivo de entrevistas con los Stones de los '70, pero lo que más y mejor vemos (y escuchamos) es la música. Entendemos (si cabe la expresión) que un concierto así es más un rito que un recital. Y que los Stones de eso saben, como decimos en México, un resto. No se la pierdan. Aunque no sean fans.

domingo, mayo 18, 2008

Temporada de Lago

Cannes, mayo 17 AFP.- La película mexicana Lake Tahoe, de Fernando Eimbcke, fue distinguida este sábado como la revelación del año por la crítica internacional, en la Semana Internacional de la Crítica de Cannes, que en 2004 programó Temporada de patos, la primera obra del director.

sábado, mayo 17, 2008

La vida como un videojuego

La realidad, si no fuera tan cruel, parecería un videojuego: a cada paso que das encuentras cuerpos destrozados, trampas, payasos que cortan la respiración. Pero uno no es distinto de lo que ve, somos lo que vemos: recorriendo la realidad nos recorremos a nosotros. Ese parque al que todavía vas de vez en cuando, es tu reserva vegetal; esa calle a la que vuelves obsesivamente sólo conduce a ti; ese escaparate frente al que te detienes evoca el orden moral de tu niñez. Esa anciana que ha asfixiado a sus dos nietos, en Granada, porque no querían comer, eso dice, eres tú, soy yo; sus nietos somos todos. En Bélgica acaba de pedir asilo político un sueco condenado a un año de cárcel en su país por tirar de las orejas a sus hijos. Ya no sabemos si es más atroz el crimen de este sueco o el de la anciana granadina; el videojuego de la realidad va tan deprisa que no puedes detenerte a pensar.
Al fin y al cabo, todas esas zonas de ti mismo son amables en comparación con tus suburbios A tus suburbios te puedes asomar a través del agujero del televisor: ahí está lo peor de ti, tus deseos más inconfesados, tus territorios más mezquinos, tus zonas más oscuras las ilumina el televisor: aprieta al azar un botón, levanta una piedra y saldrán mil alimañas de debajo; ese conde italiano de suaves maneras que llama puta a su mujer y cerdito a su hijo, eres tú, recuerda que eres lo que ves, y esa mujer herida de ojos afilados que pone a tender sus vísceras a la vista de todos, también soy yo, o sea, tú. No eres mejor que ella, lo que pasa es que ahora estás a este lado del videojuego y tu papel en este lado consiste en escandalizarte.
Todo eso que crees que está fuera de ti lo llevas dentro, te constituye. Sobre esos escombros te incorporas cada día y dejas reposar tu cuerpo por la noche. Y tienes suerte, te ha tocado vivir en el interior de un videojuego privilegiado: hay otros en los que la gente mata, se mata, por un trozo de pan, por un trozo de patria. Por un pedazo de cualquier cosa. Enhorabuena.
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Juan José Millás (con agradecimiento a Yanna Hadatty por el envío)

jueves, mayo 01, 2008

Buenos Aires, primera impresión

La Bombonera, el estadio de Boca Juniors, es ejemplo claro de la primera impresión que da Buenos Aires a este blogger...
Enclavado en el populoso barrio de La Boca, la guía turística asegura que El Caminito es parada obligada para quien visita la ciudad por primera vez. Esta calle me recordó la Av. Revolución en Tijuana: es un lugar fronterizo en donde se exageran los estereotipos nacionales hasta el hartazgo creando una vertiginosa sensación de vacío. Es inexplicable (al menos para mí), que a la gente le llame la atención tomarse una foto con un tipo que se hace pasar por Maradona (con todo y barriga chelera), o hacerlo con una llama (como los burros pintados de cebra en TJ), o comer en un lugar donde se "baila tango" evadiendo meseros y comensales... cosas así.

El estadio es un proyecto arquitectónico trunco que se ha ido construyendo poco a poco desde su inauguración en 1940. La incomprensible mala planeación se vislumbra con un solo dato: el club tiene 150 mil socios con derecho a entrar al estadio... que tiene capacidad para 45 mil. Hay proyectos para ampliarlo, claro, pero lo único cierto es que en un Clásico como el del próximo domingo (Boca vs. River) en ningún momento se ponen boletos a la venta, dado que los socios las agotan en cuestión de minutos. Las filas para entrar inician a formarse dos días antes del partido...

Boca Juniors es uno de los clubes más importantes del mundo, pero no es uno de los más prósperos. Mucho menos de los mejor administrados: tiene un estadio viejo, donde la mitad de la gente que cabe no puede sentarse (no hay butacas en esas localidades), faltan varias manos de pintura y ofrecen tours en los que por 14 pesos (unos 4 dólares) te dejan pasar hasta los vestidores del equipo para ver las paupérrimas condiciones en las que Palermo y compañía se preparan para el partido, le rezan a sus imágenes religiosas y se afeitan ante un espejo que parece salido de un vapor público.

(Nota al margen: En el Bernabéu el tour al estadio permite entrar a los vestidores del equipo visitante: la entrada a los del local está prohibida a fin de evitar la invasión de un espacio privado reservado a jugadores y cuerpo técnico. Acá uno puede incluso dejar notas en el lugar en el que los jugadores tienen sus botines. ¿Privacidad? ¿Qué es eso?)

Total, que La Bombonera es grande, pero no imponente per sé, sino por lo que ha hecho el equipo en esa y otras canchas del mundo. Es apasionante, pero no por el equipo en sí, sino por el hecho de que la afición ha rebasado por mucho y desde hace quizá demasiado tiempo a sus torpes y corruptos directivos (y a varios de sus jugadores). Es un estadio 'lindo' (no mucho más) del que se nota que vio tiempos mejores (bastante mejores) y ahora enfrenta el reto de crecer o morir. No es un asunto cosmético. La solución no es sólo limpiar los baños y pintar las gradas. Pero si los encargados de hacerlo no pueden ni siquiera limpiar los baños y pintar las gradas... se ve difícil que piensen (y pongan en práctica) soluciones a verdadero largo plazo.

Mi nota patriota: pisé la cancha de La Bombonera y, créanme, por mucho que blofeen los cronistas de Fox Sports, el Estadio Azteca lleno es mucho más impresionante (e intimidante) que el estadio de Boca. Mucho, pero mucho más. Y, por si fuera poco, es infinitamente más bonito.