sábado, mayo 07, 2011

A ver si muy machín

(No somos machos pero... tampoco somos tantos)

Cuando a Artemio Miranda (ex profesor universitario venido a menos) lo invitan a dirigir XY, la revista es un híbrido entre Men's Health y H para Hombres: es exitosa en términos de comercialización pero sus contenidos, para decirlo en dos palabras, dan asco.

Miranda acepta el trabajo una vez que le prometen libertad total en las decisiones editoriales. Lleva consigo a un ex alumno suyo, Diego Rodríguez, aspirante a escritor, con quien deberá lidiar frente al resto del staff de la revista: el director de comercialización y su asistente, absolutamente casados con la idea de que los contenidos deben supeditarse a los deseos y necesidades de los clientes (no de los lectores) y que la mejor estrategia de venta es un buen par de tetas o un culo grande (si se combinan, mejor). También está un editor bastante incómodo con su matrimonio, un corrector de estilo muy amargado y una fotógrafa con mucho carácter.

Lo maravilloso de esta serie es que aborda de manera equilibrada, directa y narrativamente muy eficaz varios temas al mismo tiempo: está el desarrollo de un producto inteligente y de alta calidad en un mundo que obedece sólo a las pautas publicitarias. También están las historias de cada uno de los personajes: ricas, complejas, lejanas a modelos maniqueos y cercanas a los hombres y mujeres con los que nos topamos todos los días. Esos seres humanos que tienen problemas con sus parejas, con sus hijos, con sus padres; que deben redefinir su vida profesional constantemente y cuyas vidas sexuales están todo menos resueltas. Y encontramos también las historias de los reportajes con los que Miranda y Diego van nutriendo la revista: historias de personajes hasta cierto punto atípicos, pero francamente reconocibles en cualquier vecino.


La producción de OnceTV es impecable: cuidadosa en los detalles, magnífica en las locaciones, perfecta en las caracterizaciones. Incluso la partitura de Tomás Barreiro es sobria y precisa y, por ello, emocionante.


Finalmente, los actores, dirigidos por Emilio Maillé: ni uno solo fuera de registro. Todos construyendo personajes no sólo verosímiles sino también y sobre todo entrañables. Contienen en sí mismos la cuestión que plantea la serie: ¿Qué es ser hombre hoy? ¿Tenerla muy grande? ¿Tirarse muchas viejas? ¿Sentirse muy chingón porque le gritas al mesero? ¿Presumir del muchísimo baro que ganas? ¿Todas las anteriores? ¿Ninguna?


Afortunadamente XY no pretende ofrecer puntos finales. Se limita a plantear estas y muchas otras preguntas sin que medien respuestas fáciles y cómodas. Elude el lugar común y acepta como parte del juego la complejidad del hombre contemporáneo: con sus deseos, sus frustraciones, sus posibilidades...


Inevitable asomarse a este espejo y no encontrarse.


De la mejor televisión que he visto en meses, orgullosamente hecha en México. Está en DVD la primera temporada, y me dicen que ya al aire la segunda. No se la pierdan.

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