Gran idea la de la marcha nacional contra la inseguridad el próximo 30 de agosto. Hay mucha gente (demasiada) que piensa que muy poco o nada se puede hacer contra la impunidad y la estulticia política de quienes nos gobiernan. Una especie de destino manifiesto del cual los mexicanos jamás podremos escapar.
Yo pienso que se pueden hacer pocas cosas. Y una de ellas es precisamente salir a la calle y exigir al gobierno que haga su trabajo. El hecho de que al final de la marcha del 30 de agosto se planee encender cientos de miles, quizá millones, de veladoras al mismo tiempo me parece de una inteligencia sutil y casi diría maquiavélica. Esas veladoras serán símbolo de esperanza el 30/08, pero en unos años esa gente, con esas veladoras, podría estar "incendiando" el país en la siguiente etapa del reclamo. Una etapa en la que ya no se marchará contra las entelequias llamadas Gobierno o Autoridades... sino contra personas con nombre y apellido a las cuales se exigirá su renuncia. Recordemos Argentina hace unos años...
Por eso es tan importante el día después. Es el verdadero Día D. Ya hubo una marcha multitudinaria hace cuatro años. El país se conmovió y los políticos respondieron con las generalidades de siempre. Las organizaciones civiles que dieron paso a la marcha perdieron cohesión y, peor aún, dejaron de presionar a Gobierno y Autoridades para exigir respuestas claras, con tiempos definidos y avances mensurables. Exigir la posibilidad de revocación de mandato (si no puedes, te vas); empujar por la reeleción legislativa y municipal (si no cumples, te despido) y, en general, como escribe René Delgado en su texto de Reforma hoy, no sólo sacudir a la clase política en el poder, sino sacarla de la zona de confort que constituyen "los consejos sin resultado, los acuerdos de papel, los planes sin destino y los programas de ocasión que, al final, integran un catálogo de buenos propósitos con desembocadura en la mentira".
La marcha es importante, sin duda. Pero es principio y no fin de un camino que llevará varios años. No basta con reclamar y que a los dos meses el gobierno entregue 500 patrullas nuevas. Los mexicanos ya no somos niños de chupete.
Yo pienso que se pueden hacer pocas cosas. Y una de ellas es precisamente salir a la calle y exigir al gobierno que haga su trabajo. El hecho de que al final de la marcha del 30 de agosto se planee encender cientos de miles, quizá millones, de veladoras al mismo tiempo me parece de una inteligencia sutil y casi diría maquiavélica. Esas veladoras serán símbolo de esperanza el 30/08, pero en unos años esa gente, con esas veladoras, podría estar "incendiando" el país en la siguiente etapa del reclamo. Una etapa en la que ya no se marchará contra las entelequias llamadas Gobierno o Autoridades... sino contra personas con nombre y apellido a las cuales se exigirá su renuncia. Recordemos Argentina hace unos años...
Por eso es tan importante el día después. Es el verdadero Día D. Ya hubo una marcha multitudinaria hace cuatro años. El país se conmovió y los políticos respondieron con las generalidades de siempre. Las organizaciones civiles que dieron paso a la marcha perdieron cohesión y, peor aún, dejaron de presionar a Gobierno y Autoridades para exigir respuestas claras, con tiempos definidos y avances mensurables. Exigir la posibilidad de revocación de mandato (si no puedes, te vas); empujar por la reeleción legislativa y municipal (si no cumples, te despido) y, en general, como escribe René Delgado en su texto de Reforma hoy, no sólo sacudir a la clase política en el poder, sino sacarla de la zona de confort que constituyen "los consejos sin resultado, los acuerdos de papel, los planes sin destino y los programas de ocasión que, al final, integran un catálogo de buenos propósitos con desembocadura en la mentira".
La marcha es importante, sin duda. Pero es principio y no fin de un camino que llevará varios años. No basta con reclamar y que a los dos meses el gobierno entregue 500 patrullas nuevas. Los mexicanos ya no somos niños de chupete.
2 comentarios:
La inseguridad ha llegado a los rincones que deciamos no ver problemas, hoy en dia el juego de policias y ladrones se juega con un mismo uniforme, una marcha es solo demostrar nuestra inconformidad a las acciones de los que elegimos para gobernar, sin saber si son de los malos o los peores.
Otra marcha inútil para encumbrar algún nuevo diputado o senador busquemos nuevas formas más efectivas de demostrar nuestro descontento y no marchas en donde los oportunistas sabrán sacarle raja política y nosotros seguiremos igual o peor.
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