"Pensé en la diferencia que existe entre la gente interesante y la gente agradable y en que no pueden ir siempre unidos. La gente interesante tiene una manera de pensar insólita, con ellos las cosas se ven bajo una nueva luz, no existe el aburrimiento ni la monotonía (...) Eva podía ser snob, pero cada vez que veía algo, escuchaba un fragmento de música o visitaba cualquier lugar no me sentía satisfecho hasta que Eva me lo descubría de nuevo bajo una perspectiva distinta. Lo abordaba todo desde ángulos inusitados y todo lo relacionaba. Luego está la gente agradable que no es interesante y cuya opinión a uno nunca le importa. Como mamá, por ejemplo. Era gente buena, dócil, que merecía más amor. Y sin embargo son las personas interesantes, como Eva, con aquella faceta dura y atractiva, las que acaban llevándoselo todo".
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