"Puede tener toda la fe que quiera: en espíritus, en la vida después de la muerte, en el Cielo y el Infierno... pero si se trata de este mundo, no sea idiota. Porque puede decirme que pone toda su Fe en Dios para pasar el día, pero cuando se trata de cruzar la calle sé que mira a los dos lados".
jueves, abril 30, 2009
miércoles, abril 29, 2009
Comer en tiempos de influenza
Un amigo me envía la imagen, con el siguiente mensaje a postear:
Te mando esta foto titulada "Comida de oficina en tiempos de influenza". La fonda hasta su casa/oficina con el siguiente menú: Consomé de pollo, arroz rojo con huevo estrellado y pechuga de pollo con ensalada, todo acompañado por sus tortillas, salsa, limones, litro y medio de agua de mango, 2 chocolates de postre, servilletas y cubiertos. Todo por módicos $38 pesos (por pedir huevo, de lo contrario hubiera pagado $33 pesares). Debo decir que me sorprende que en la fonda del mercado todas las cocineras usan guantes, cubre bocas y red en la cabeza (por algo nos animamos a pedirles).
¡Provecho! Ayer, por la misma cantidad (mmm... creo que un poco más) gocé comida china servida por un no chino sin guantes, cubrebocas ni red en la cabeza... ¡chale!
Te mando esta foto titulada "Comida de oficina en tiempos de influenza". La fonda hasta su casa/oficina con el siguiente menú: Consomé de pollo, arroz rojo con huevo estrellado y pechuga de pollo con ensalada, todo acompañado por sus tortillas, salsa, limones, litro y medio de agua de mango, 2 chocolates de postre, servilletas y cubiertos. Todo por módicos $38 pesos (por pedir huevo, de lo contrario hubiera pagado $33 pesares). Debo decir que me sorprende que en la fonda del mercado todas las cocineras usan guantes, cubre bocas y red en la cabeza (por algo nos animamos a pedirles).
¡Provecho! Ayer, por la misma cantidad (mmm... creo que un poco más) gocé comida china servida por un no chino sin guantes, cubrebocas ni red en la cabeza... ¡chale!
martes, abril 28, 2009
Memorias de la influenza 04
Miren la hora que es. ¡Y no he terminado mi tambache de trabajos por calificar! Estoy embotado. La palabra es horrible, pero el verbo correcto. En fin. Mañana no debo ir a la oficina. Hoy a las tres, cuando regresaba de comprar comida china, todos los compañeros estaban en el estacionamiento. Huían. Estaban felices. Parecían pollitos en fuga. "Dice el jefe que no quiere a nadie aquí después de las tres". Y yo: "Sí, ajhá" (pensaba en todo lo que me quedaba por revisar).
Claro que me quedé. En realidad sólo comí. Luego levanté mi oficina (la pintan mañana) y metí el tambache a mi camioneta. Vine a casa y subí al mirador a ya saben qué. Sí. Calificar. Llegó a la puerta un vendedor de flores. Luego unas niñas con galletas. Mi madre hizo molletes para la cena. Me distraigo fácilmente. Y, bueno, no he terminado. Reviso mi lista de pendientes y me doy cuenta de que en realidad estos días que vienen ni cuenta me voy a dar de la emergencia sanitaria. No pienso encender la radio ni la tele estos días. Me dedicaré a la contemplación.
Nah. Trabajaré mucho. Leeré. Veré películas. Escucharé música. Saldré a caminar (sin cubrebocas). Espero reunirme con amigos y reír un rato.
Claro que me quedé. En realidad sólo comí. Luego levanté mi oficina (la pintan mañana) y metí el tambache a mi camioneta. Vine a casa y subí al mirador a ya saben qué. Sí. Calificar. Llegó a la puerta un vendedor de flores. Luego unas niñas con galletas. Mi madre hizo molletes para la cena. Me distraigo fácilmente. Y, bueno, no he terminado. Reviso mi lista de pendientes y me doy cuenta de que en realidad estos días que vienen ni cuenta me voy a dar de la emergencia sanitaria. No pienso encender la radio ni la tele estos días. Me dedicaré a la contemplación.
Nah. Trabajaré mucho. Leeré. Veré películas. Escucharé música. Saldré a caminar (sin cubrebocas). Espero reunirme con amigos y reír un rato.
lunes, abril 27, 2009
Memorias de la influenza 03
Tenía un buen principio para esta entrada, lo juro. Creo que tenía que ver con las vacaciones en las que me sentía todavía ayer a esta hora. Bueno, pues no son tales. Debo calificar un tambache así de grande (imaginen un tambache muy grande) de exámenes y trabajos pendientes para subir calificaciones con hora límite las 23:59 de mañana.
Pero si estoy escribiendo esto no puede ser tan grave. ¿O sí? Quizá. No me gusta ver sólo lo que tengo delante. Me molesta no poder ver más allá de mañana. Bueh...
Así que esta mañana influenza y sismo de seis grados Richter. Amigos de Praga y Panamá me escriben preguntando si estoy bien. De Panamá dicen que lo que ven en la tele es "alarmante"; en Praga se difundió la noticia del sismo como si hubiera sido terremoto. Un amigo me manda el siguiente chiste, vía MSN: "¿Qué le dijo el DF a la influenza?... ¡Mira cómo tiemblo!"
Un compañero de trabajo me pasa un video en el que se asume que la epidemia de influenza obedece a la intención de mermar la población mexicana. ¿¡Primero la Texican Whopper y ahora esto!? ¿Dónde vamos a parar? ¡Ahora sí me siento ofendido!
Una tía me manda un par de respiradores plegables 3M. Cubrebocas de lujo.
Mi iPod no suena esta noche. Veo Primer Plano. Soy fan.
Pero si estoy escribiendo esto no puede ser tan grave. ¿O sí? Quizá. No me gusta ver sólo lo que tengo delante. Me molesta no poder ver más allá de mañana. Bueh...
Así que esta mañana influenza y sismo de seis grados Richter. Amigos de Praga y Panamá me escriben preguntando si estoy bien. De Panamá dicen que lo que ven en la tele es "alarmante"; en Praga se difundió la noticia del sismo como si hubiera sido terremoto. Un amigo me manda el siguiente chiste, vía MSN: "¿Qué le dijo el DF a la influenza?... ¡Mira cómo tiemblo!"
Un compañero de trabajo me pasa un video en el que se asume que la epidemia de influenza obedece a la intención de mermar la población mexicana. ¿¡Primero la Texican Whopper y ahora esto!? ¿Dónde vamos a parar? ¡Ahora sí me siento ofendido!
Una tía me manda un par de respiradores plegables 3M. Cubrebocas de lujo.
Mi iPod no suena esta noche. Veo Primer Plano. Soy fan.
domingo, abril 26, 2009
Memorias de la influenza 02
Fue un día difícil.
No entiendo la manía de la gente por complicarse la vida. Ya es bastante tener pululando por ahí un virus desconocido y altamente contagioso como para que nosotros mismos agreguemos grados de complejidad al problema.
Empiezo a recibir noticias de gente que no quiere ir a trabajar porque lo considera "muy peligroso" (aunque esa gente esté perfectamente sana, desplazarse al trabajo no implique uso del transporte público y el trabajo mismo no entrañe contacto personal con más de tres o cuatro personas); noticias de gente que dice que el gobierno miente, que no se dice la verdad de la epidemia, que todo es mucho más grave de lo que parece... En la página de la BBC uno postea que conoce a alguien en la Secretaría de Salud y puede asegurar que la gente en los hospitales está muriendo por decenas, pero nadie dice nada al respecto... ¿Tan enfermos estamos entonces?
Comunico al planeta mi firme intención de ir a trabajar mañana. Sin cubrebocas. El Fin del Mundo no me encontrará oculto bajo las sábanas de mi cama inerme.
Suena en el iPod: "Dreams on Fire", del soundtrack de Slumdog Millionaire.
No entiendo la manía de la gente por complicarse la vida. Ya es bastante tener pululando por ahí un virus desconocido y altamente contagioso como para que nosotros mismos agreguemos grados de complejidad al problema.
Empiezo a recibir noticias de gente que no quiere ir a trabajar porque lo considera "muy peligroso" (aunque esa gente esté perfectamente sana, desplazarse al trabajo no implique uso del transporte público y el trabajo mismo no entrañe contacto personal con más de tres o cuatro personas); noticias de gente que dice que el gobierno miente, que no se dice la verdad de la epidemia, que todo es mucho más grave de lo que parece... En la página de la BBC uno postea que conoce a alguien en la Secretaría de Salud y puede asegurar que la gente en los hospitales está muriendo por decenas, pero nadie dice nada al respecto... ¿Tan enfermos estamos entonces?
Comunico al planeta mi firme intención de ir a trabajar mañana. Sin cubrebocas. El Fin del Mundo no me encontrará oculto bajo las sábanas de mi cama inerme.
Suena en el iPod: "Dreams on Fire", del soundtrack de Slumdog Millionaire.
sábado, abril 25, 2009
Memorias de la influenza 01
Para mí la historia de hoy es de gripa. Gripa, no influenza. Un resfriado común muy incómodo que me ha tenido en cama ayer y hoy entre analgésicos y siestas diurnas. Escribo estas líneas casi totalmente recuperado.
Terminé de leer La elegancia del erizo, de Muriel Barbery. Excelente. Jamás habría leído un libro que presenta en portada una niña con vestido amarillo y al fondo la torre Eiffel. Pero me lo recomendó otra compañera de trabajo y ahora estoy profundamente agradecido. No dejen de leerlo.
Empecé de nuevo Los dragones del Edén, de Carl Sagan.
Vivo semi aislado del mundo y, entre la somnlolencia del CoricidínF y las noticias que leo en línea, percibo que esto de la influenza es cosa seria. Mi agenda dictaba que esta tarde iría al teatro a ver Los Lobos, pero mi amigo acompañante decidió cambiar la fecha de las entradas. Es sabio, él. Leo la nota de un deadly strain of flu en el Times de Londres. La BBC habla de "potencial pandémico". Estornudo tres veces seguidas. Mi madre pregunta --más incómoda que preocupada-- si no estaré enfermo de "eso". Le respondo que no. "¿Y qué tal que sí?", revira. Pues ni hablar, contesto de mal modo. Recuerdo algunas escenas de 28 Days Later (que tanto me impactó en 2002). Pienso en el desolado Chivas - Pumas mañana a puertas cerradas (¡dale Pumas!). Escucho el mensaje de Córdova Villalobos concediéndome siete días de vacaciones forzosas. Siento que la gripa se desvanece. Algunos alumnos escriben mails. Uno incluso habla por teléfono para preguntarme qué va a pasar el lunes.
En mi iPod suena el Gloria de Vivaldi.
Terminé de leer La elegancia del erizo, de Muriel Barbery. Excelente. Jamás habría leído un libro que presenta en portada una niña con vestido amarillo y al fondo la torre Eiffel. Pero me lo recomendó otra compañera de trabajo y ahora estoy profundamente agradecido. No dejen de leerlo.
Empecé de nuevo Los dragones del Edén, de Carl Sagan.
Vivo semi aislado del mundo y, entre la somnlolencia del CoricidínF y las noticias que leo en línea, percibo que esto de la influenza es cosa seria. Mi agenda dictaba que esta tarde iría al teatro a ver Los Lobos, pero mi amigo acompañante decidió cambiar la fecha de las entradas. Es sabio, él. Leo la nota de un deadly strain of flu en el Times de Londres. La BBC habla de "potencial pandémico". Estornudo tres veces seguidas. Mi madre pregunta --más incómoda que preocupada-- si no estaré enfermo de "eso". Le respondo que no. "¿Y qué tal que sí?", revira. Pues ni hablar, contesto de mal modo. Recuerdo algunas escenas de 28 Days Later (que tanto me impactó en 2002). Pienso en el desolado Chivas - Pumas mañana a puertas cerradas (¡dale Pumas!). Escucho el mensaje de Córdova Villalobos concediéndome siete días de vacaciones forzosas. Siento que la gripa se desvanece. Algunos alumnos escriben mails. Uno incluso habla por teléfono para preguntarme qué va a pasar el lunes.
En mi iPod suena el Gloria de Vivaldi.
lunes, abril 20, 2009
¡Buenos días!
Todas las mañanas, como a las 06:40, traigo puestos los audífonos. Sé que está mal conducir un automóvil con ese aparato en los oídos, pero qué le vamos a hacer: es la única forma que tengo de conectarme al día (no desayuno, ni bebo café).
Hoy muy temprano, casi llegando al trabajo, esto es lo que sonaba en mi iPod: "Andalucía", de Pink Martini. Debo decir, quizá, que por donde vivo el amanecer hoy fue superlativo: soplaba una brisa fresca y había tanta neblina que era imposible distinguir algo más allá de dos o tres metros.
Instrucciones sugeridas de uso: pongan especial atención al piano, sutil pero dominante de principio a fin.
La instrumentación, toda, es soberbia. No hagan caso a las imágenes del video (¿qué es eso de "Andalucía Hanoi"?): suban el volumen, pongan play, cierren los ojos... y vuelen.
Hoy muy temprano, casi llegando al trabajo, esto es lo que sonaba en mi iPod: "Andalucía", de Pink Martini. Debo decir, quizá, que por donde vivo el amanecer hoy fue superlativo: soplaba una brisa fresca y había tanta neblina que era imposible distinguir algo más allá de dos o tres metros.
Instrucciones sugeridas de uso: pongan especial atención al piano, sutil pero dominante de principio a fin.
La instrumentación, toda, es soberbia. No hagan caso a las imágenes del video (¿qué es eso de "Andalucía Hanoi"?): suban el volumen, pongan play, cierren los ojos... y vuelen.
jueves, abril 16, 2009
No lo creo. ¿Importa?
Desconozco el fenómeno Paul Potts. Me enteré por López-Dóriga que es un señor de dientes chuecos que hace dos años llegó a un programa de TV en Inglaterra, cantó un aria y se hizo súper famoso. Ahora sé que la semana pasada una señora (Susan Boyle, de dientes no tan chuecos pero sí de aspecto muy desaliñado) se presentó en el mismo programa (Britain's Got Talent... ah, 'pa nombrecito) y volvió a conmover al público hasta las lágrimas.
Hay que ver el video para empezar a sospechar que el numerito es montado. La historia de Susan: 47 años, soltera ("jamás besada", dice riendo), vive con su gato Pebbles y siente que sólo necesita una oportunidad para convertirse en una gran cantante. Luego la rolliza mujer pasa al escenario, donde la esperan tres jueces que desde el principio se mofan de ella entre gestos de incredulidad. El público también juega su papel y se ríe cínicamente cuando la mujer dice que quiere ser tan famosa como Elaine Paige, considerada Primera Dama del teatro musical británico.El resto es historia conocida: Mrs. Boyle canta "I dreamed a dream", de Los Miserables, con un talento tan bien trabajado que uno no puede creer que la mujer dedicara su tiempo de desemplada a la asistencia en una iglesia de su comunidad. Evidentemente, el público no sólo aplaude: se desgañita e incluso llora. De pie, claro. El jurado le lanza halagos del tipo: "es la mayor sorpresa en la historia del programa", "ha sido un privilegio escucharla", "cuando se paró sobre el escenario todo mundo se reía, ahora nadie lo hace". Etcétera.
Recordé a Andy Kauffman. Ese artista del performance cuya vida retrató Milos Forman en Man on the Moon.
Mi punto es: me encantó el performance de Susan Boyle, o como quiera que se llame realmente esa mujer. Es a todas luces evidente que no se trata de una cantante amateur, pero el número está tan bien montado que es inevitable emocionarse y sentir simpatía por el personaje. Y, digo: finalmente de eso se trata, ¿no? Vemos la tele, vamos al cine, leemos novelas porque nos fascina que nos cuenten historias como ésta, que nos las cuenten tan bien que nosotros las creamos por un par de minutos, de horas o de días. En ese sentido la puesta en escena del "descubrimiento" de Susan Boyle resulta deliciosamente asombroso.
miércoles, abril 15, 2009
Imaginantes
Desde hace algunas semanas mantengo una enconada polémica con cierta persona que conozco. Esta persona, a la que por lo demás respeto, considera que Muy Interesante es una revista digna de ser leída. Yo he sostenido que su contenido es fútil y sus pretensiones pseudocientíficas. Él, en un revire magistral, sostuvo que si la revista fuera tan mala no tendría tanta publicidad. Corte a: el blogger revisando la revista y encontrando una docena de anuncios de alto contenido erótico de la calidad más baja posible, del tipo "Kaliente como burro en primavera... llama al 01 800 KALIENTE" y similares.
Todo esto viene a cuento porque en su empeño por demostrarme que Muy Interesante vale los 35 pesos que paga por ella, el amigo me pasó hace rato la columna que José Gordon escribe en ese medio. Se titula "Tocar lo invisible" y es francamente buena: Gordon es un tipo inteligente, culto, que sabe de de lo que habla y lo expresa de manera clara y precisa. Mejor aún fue descubrir el sitio Imaginantes, donde se encuentran los videos que Gordon y su equipo han producido con base en algunos elementos científicos y culturales que llaman la atención,. Ahí están el cuento "Funes el memorioso", de Borges; la película Match Point de Woody Allen, el efecto mariposa y Rayuela de Julio Cortázar entre muchos otros. El sitio, en verdad, no tiene desperdicio. Los videos están estupendamente producidos y, aunque breves, no pierden la sustancia del contenido y logran cabalmente el efecto buscado: propiciar la reflexión del espectador.
Sigo pensando que Muy Interesante es una revista de lo más chafa. Pero gracias a ella, y a su obstinado defensor, he encontrado este sitio tan absolutamente recomendable.
sábado, abril 11, 2009
WOW
Le acabo de escuchar estas palabras al "Finito" López comentando la pelea entre el "Canelo" Álvarez y Michel Rosales:
"Las peleas se ganan con inteligencia. La fuerza sirve para levantarse temprano, salir a correr, ir a los entrenamientos y llevar una dieta balanceada".
"Las peleas se ganan con inteligencia. La fuerza sirve para levantarse temprano, salir a correr, ir a los entrenamientos y llevar una dieta balanceada".
jueves, abril 09, 2009
¿Hay algo ahí?
Seguramente se han dado cuenta del fenómeno de moda que es ahora hablar, leer y escribir del Apocalipsis que viene en 2012. Una supuesta profecía maya y los efectos del cambio climático han redudndado en videos, libros y artículos periodísticos que se ofrecen a quien se deje. Nunca me han seducido estas teorías conspiratorias, pero hace algunas semanas un conocido mío me comentó con aire de absoluta seriedad algunos detalles de este fin del mundo por venir. Dijo algo de un cometa que se acerca peligrosamente a la Tierra, la fase de preparación (física, emocional, intelectual...) que debemos llevar a cabo para ese suceso e incluso la forma en que una nave extraterrestre vendrá a rescatar a los más preparados (los demás perecerán... ejem... pereceremos).
Ayer fui a ver Presagio, la nueva película de Alex Proyas (dirigió El Cuervo y Ciudad de tinieblas en los '90) protagonizada por Nicholas Cage. Me sorprendieron las similitudes de la trama con lo que me contó mi amigo hace algunas semanas. Pienso, de hecho, que si mi amigo ve la película, asumirá en ella un sinfín de mensajes ocultos (desde las piedras negras hasta el Árbol del Conocimiento pasando por las voces que susurran).
Recuerdo esa extraordinaria novela de Umberto Eco (El péndulo de Foucault) en la que un grupo de iniciados había construido una muy eficaz red de comunicación mediante lel tipo de libelos de esoterismo que se venden a dos por cinco pesos en botaderos de Donceles. ¿Serán las malas películas una buena forma de transmitir mensajes a las personas que creen en este tipo de profecías? ¿Son productos para iniciados? ¿O se trata sólo de la batea de babas en la que caen cinéfilos despistados cuando faltan boletos para funciones cercanas a la medianoche?
martes, abril 07, 2009
Me gusta la Catedral
Bueno, no.
Sí.
Me gustó hoy.
Pasado el mediodía, calor cercano a los 30 grados y yo con suéter. La ansiedad de estar a punto de acabar un libro y empezar otro me impide entrar a cualquier museo. Quiero leer. Ya. Nunca me había dado cuenta de lo difícil que es encontrar un lugar tranquilo para leer en las inmediaciones del Zócalo. Si querías leer, te hubieras quedado en casa, pensé. No supe qué responderme. Empecé a ponerme de mal humor. Y entonces Dios me llamó.
Es un decir, claro. Vi su casa frente a mí, a sólo unos pasos de distancia. Pensé en las tres ventajas obvias del lugar: la entrada es gratuita, hay sombra, hay silencio. Sobre la primera no me equivocaba: es libre la entrada a la casa del Señor. Sobre la segunda, tampoco: es fresca la casa del Señor (aunque las bancas son incómodas). Sobre la tercera tengo mis resquemores: la Catedral se encuentra en remodelación (nunca, que yo recuerde, ha estado libre de andamios y albañiles) y eso conlleva gran cantidad de ruido; además entré en hora de misa (justo en el catártico momento de "Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran gran culpa") y, bueno, el eterno trajín de los turistas tampoco proporciona lo que llamaríamos tranquilidad.
Pero fue suficiente como para sentarme media hora y terminar Confieso que he vivido y empezar Next. Cuando saqué mi teléfono para actualizar mi estado en Facebook un tipo con pinta muy poco angelical (eso sí: con traje y gafete del personal de seguridad) se acercó a mí para decirme: "Sí por favor termine su llamada". No quise explicarle que no estaba llamando ni ninguno de esos etcéteras. Terminé de escribir mi mensaje. I will deliver, You know I'm a forgiver.
En mi pausa entre Neruda y Baricco vi a la gente a mi alrededor. La mayoría estaba sentada o hincada en silencio. Algunos escuchaban misa. Un par de mujeres se dirigían de rodillas al atrio principal. Pensé que hubo un momento en el que yo sí me tomaba esas cosas en serio. Una época de mi vida en la que las iglesias no eran lugares frescos para leer textos blasfemos. Días en los que la fe exacerbada me impresionaba (hoy me conmueve y, a veces, me asusta)... recordé a mis abuelos: las únicas personas en la vida que me han llevado a misa. Los únicos por los que, en algunas lejanas noches de mi infancia llegué a creer sinceramente que si me hincaba frente a mi cama, unía las palmas de mis manos y pedía algo con todas mis fuerzas, ese algo podía ser realidad.
¿Qué pasó después? ¿Cómo empecé a descarriarme? No se me ocurre un momento, desde luego, ni una persona. Se me ocurre un lugar. Maravatío, Michoacán, hace 20 años, más o menos. Semana Santa. Procesión. Una hermana queriendo ir a ver la flagelación de Cristo y una abuela diciendo "Sí, vamos" mientras yo peleaba mis últimas cartas para convencer a mi abuelo de quedarnos en casa. Perdí. Y fuimos.
Sí.
Me gustó hoy.
Pasado el mediodía, calor cercano a los 30 grados y yo con suéter. La ansiedad de estar a punto de acabar un libro y empezar otro me impide entrar a cualquier museo. Quiero leer. Ya. Nunca me había dado cuenta de lo difícil que es encontrar un lugar tranquilo para leer en las inmediaciones del Zócalo. Si querías leer, te hubieras quedado en casa, pensé. No supe qué responderme. Empecé a ponerme de mal humor. Y entonces Dios me llamó.
Es un decir, claro. Vi su casa frente a mí, a sólo unos pasos de distancia. Pensé en las tres ventajas obvias del lugar: la entrada es gratuita, hay sombra, hay silencio. Sobre la primera no me equivocaba: es libre la entrada a la casa del Señor. Sobre la segunda, tampoco: es fresca la casa del Señor (aunque las bancas son incómodas). Sobre la tercera tengo mis resquemores: la Catedral se encuentra en remodelación (nunca, que yo recuerde, ha estado libre de andamios y albañiles) y eso conlleva gran cantidad de ruido; además entré en hora de misa (justo en el catártico momento de "Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran gran culpa") y, bueno, el eterno trajín de los turistas tampoco proporciona lo que llamaríamos tranquilidad.
Pero fue suficiente como para sentarme media hora y terminar Confieso que he vivido y empezar Next. Cuando saqué mi teléfono para actualizar mi estado en Facebook un tipo con pinta muy poco angelical (eso sí: con traje y gafete del personal de seguridad) se acercó a mí para decirme: "Sí por favor termine su llamada". No quise explicarle que no estaba llamando ni ninguno de esos etcéteras. Terminé de escribir mi mensaje. I will deliver, You know I'm a forgiver.
En mi pausa entre Neruda y Baricco vi a la gente a mi alrededor. La mayoría estaba sentada o hincada en silencio. Algunos escuchaban misa. Un par de mujeres se dirigían de rodillas al atrio principal. Pensé que hubo un momento en el que yo sí me tomaba esas cosas en serio. Una época de mi vida en la que las iglesias no eran lugares frescos para leer textos blasfemos. Días en los que la fe exacerbada me impresionaba (hoy me conmueve y, a veces, me asusta)... recordé a mis abuelos: las únicas personas en la vida que me han llevado a misa. Los únicos por los que, en algunas lejanas noches de mi infancia llegué a creer sinceramente que si me hincaba frente a mi cama, unía las palmas de mis manos y pedía algo con todas mis fuerzas, ese algo podía ser realidad.
¿Qué pasó después? ¿Cómo empecé a descarriarme? No se me ocurre un momento, desde luego, ni una persona. Se me ocurre un lugar. Maravatío, Michoacán, hace 20 años, más o menos. Semana Santa. Procesión. Una hermana queriendo ir a ver la flagelación de Cristo y una abuela diciendo "Sí, vamos" mientras yo peleaba mis últimas cartas para convencer a mi abuelo de quedarnos en casa. Perdí. Y fuimos.
lunes, abril 06, 2009
Palabra de Saramago
De la novela Historia del cerco de Lisboa (1989):
"Claro que cuando llegue al fin de mi paseo sabré más, pero también es cierto que sabre menos, precisamente por saber más, en otras palabras, a ver si me explico, la consciencia de saber más me conduce a la consciencia de saber poco, además me apetece preguntar, qué es saber".
"Cada uno es para lo que nace, dicen, pero este dictado se inventó para los olivos, no para los hombres".
"Convengo en que es importante saber qué se quiere, todo mundo tiene en la boca frases así, pero creo que es mucho mejor querer lo que se sabe, se tarda más es cierto, y la gente no tiene paciencia".
"Hay gente a quien atrae más lo dudoso que lo cierto, menos el objeto que el vestigio de él, más la huella en la arena que el animal que la dejó, son los soñadores".
"Eres pesimista, No llego a tanto, me limito a ser un escéptico de la especie radical, Un escéptico no ama, Al contrario, el amor es probablemente la última cosa en la que el escéptico aún puede creer, Puede, Digamos más bien que necesita".
"Claro que cuando llegue al fin de mi paseo sabré más, pero también es cierto que sabre menos, precisamente por saber más, en otras palabras, a ver si me explico, la consciencia de saber más me conduce a la consciencia de saber poco, además me apetece preguntar, qué es saber".
"Cada uno es para lo que nace, dicen, pero este dictado se inventó para los olivos, no para los hombres".
"Convengo en que es importante saber qué se quiere, todo mundo tiene en la boca frases así, pero creo que es mucho mejor querer lo que se sabe, se tarda más es cierto, y la gente no tiene paciencia".
"Hay gente a quien atrae más lo dudoso que lo cierto, menos el objeto que el vestigio de él, más la huella en la arena que el animal que la dejó, son los soñadores".
"Eres pesimista, No llego a tanto, me limito a ser un escéptico de la especie radical, Un escéptico no ama, Al contrario, el amor es probablemente la última cosa en la que el escéptico aún puede creer, Puede, Digamos más bien que necesita".
3 en cartelera 3
Gran Torino
No deja de sorprenderme la sobresaliente capacidad de Clint Eastwood para bien filmar buenas historias. Recuerdo todavía cuando Eastwood era para mí sólo el mostrenco actor que daba vida a Harry El Sucio. Vaya cosa. De unos años para acá no puedo pensar en una película de Eastwood que pueda considerar ya no digamos mala, sino al menos regular. Algunos afirman que Gran Torino es el testamento fílmico de este director. No es su mejor película, pero es muy buena. Aún mejor es que ya está filmando una nueva: The Human Factor, con Matt Damon y Morgan Freeman.
Standard Operating Procedure
En México los distribuidores le endilgaron el nada atractivo título de Irak: Derechos Inhumanos. Es un documental acerca de los hechos ocurridos en la prisión iraquí de Abu Grahib. Sorprende (... ¿sorprende?) la indignante manera en que se condujeron los soldados estadounidenses en esos momentos. Uno de ellos raya en el cinismo cuando reconoce que las fotos que conocimos fueron aquellas en las que se "preparaba" a los prisioneros para ser interrogados... sabemos poco o nada de los interrogatorios formales. Lo peor: muchas de estas torturas son consideradas "procedimientos operativos estándar" bajo las leyes internacionales. Las escenas revuelven el estómago, no vayan después de comer.
The reader
En español le pusieron Una pasión secreta. La película está basada en la novela homónima de Bernard Schlink (1995). La trama es sobre un adolescente que se enamora de una mujer mayor (en sus treintaytantos) a la que le encanta que le lean en voz alta. Un buen día la mujer desaparece y el chico no sabrá de ella hasta muchos años después, cuando descubrirá la truculenta historia de quien lo hizo por primera vez cabalgar el potro salvaje del amor (creo que Vargas Llosa dixit). Cumplidora película. Kate Winslet ganó el Oscar a Mejor Actriz por ella.
Standard Operating Procedure
En México los distribuidores le endilgaron el nada atractivo título de Irak: Derechos Inhumanos. Es un documental acerca de los hechos ocurridos en la prisión iraquí de Abu Grahib. Sorprende (... ¿sorprende?) la indignante manera en que se condujeron los soldados estadounidenses en esos momentos. Uno de ellos raya en el cinismo cuando reconoce que las fotos que conocimos fueron aquellas en las que se "preparaba" a los prisioneros para ser interrogados... sabemos poco o nada de los interrogatorios formales. Lo peor: muchas de estas torturas son consideradas "procedimientos operativos estándar" bajo las leyes internacionales. Las escenas revuelven el estómago, no vayan después de comer.
The reader
En español le pusieron Una pasión secreta. La película está basada en la novela homónima de Bernard Schlink (1995). La trama es sobre un adolescente que se enamora de una mujer mayor (en sus treintaytantos) a la que le encanta que le lean en voz alta. Un buen día la mujer desaparece y el chico no sabrá de ella hasta muchos años después, cuando descubrirá la truculenta historia de quien lo hizo por primera vez cabalgar el potro salvaje del amor (creo que Vargas Llosa dixit). Cumplidora película. Kate Winslet ganó el Oscar a Mejor Actriz por ella.
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