Todas las mañanas, como a las 06:40, traigo puestos los audífonos. Sé que está mal conducir un automóvil con ese aparato en los oídos, pero qué le vamos a hacer: es la única forma que tengo de conectarme al día (no desayuno, ni bebo café).
Hoy muy temprano, casi llegando al trabajo, esto es lo que sonaba en mi iPod: "Andalucía", de Pink Martini. Debo decir, quizá, que por donde vivo el amanecer hoy fue superlativo: soplaba una brisa fresca y había tanta neblina que era imposible distinguir algo más allá de dos o tres metros.
Instrucciones sugeridas de uso: pongan especial atención al piano, sutil pero dominante de principio a fin.
La instrumentación, toda, es soberbia. No hagan caso a las imágenes del video (¿qué es eso de "Andalucía Hanoi"?): suban el volumen, pongan play, cierren los ojos... y vuelen.
Hoy muy temprano, casi llegando al trabajo, esto es lo que sonaba en mi iPod: "Andalucía", de Pink Martini. Debo decir, quizá, que por donde vivo el amanecer hoy fue superlativo: soplaba una brisa fresca y había tanta neblina que era imposible distinguir algo más allá de dos o tres metros.
Instrucciones sugeridas de uso: pongan especial atención al piano, sutil pero dominante de principio a fin.
La instrumentación, toda, es soberbia. No hagan caso a las imágenes del video (¿qué es eso de "Andalucía Hanoi"?): suban el volumen, pongan play, cierren los ojos... y vuelen.
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