Como todas las apuestas arriesgadas, Rythms del mundo tiene grandes aciertos, pero también pifias monumentales.
El disco, para quien no lo conozca, es un crossover de canciones de rock y pop muy populares en inglés interpretadas por cantantes cubanos del Buena Vista Social Club.
Así "Clocks" de Coldplay suena la mar de bien (el piano inicial permite la muy afortunada transición de ritmos), "Dancing Shoes", de los Arctic Monkeys y "She Will Be Loved" de Maroon 5 resultan estupendamente producidas. Los problemas inician cuando se traducen las letras al español. "Killing me Softly", con Omara Portuondo suena aceptablemente bien. Pintoresca, diríase. Lo mismo puede decirse de "As Time Goes By", de Omara con Ibrahim Ferrer.
Pero "Fragilidad" de Sting recuerda al risible Bon Jovi cantando "Cama de rosas" y "I Still Haven't Found What I'm Lookin' For" de U2 suena más falsa que una moneda de tres pesos, con la voz de Bono superpuesta con un efecto casi de ultratumba que no tiene nada que ver con la interpretación de Coco Freeman en español.
Rythms del mundo es un disco irregular, pero vale la pena. Cantar en español lo que originalmente se escribió en inglés resulta problemático y a veces fallido. Pero cantar en inglés lo que fue escrito en inglés con variaciones en la base musical puede resultar muy enriquecedor... Después de todo, la música sí es un lenguaje universal. Son las mismas siete notas en cualquier idioma. No ocurre lo mismo con las palabras.
Puristas, absténganse: 'pue que no les guste escuchar a Franz Ferdinand en español. Si, por el contrario, se les antoja la combinación de rock/pop con piquete de ron cubano, ¡disfrútenlo!