sábado, octubre 30, 2004

The Tijuana Post 06

¿Cómo reconocer que soy chilango? (parte 2)
- Notando que soy medio sordo. Hoy me subí por primera vez a un "colectivo". Voy sentado entre dos jóvenes. Uno dice algo de una camiseta. Yo voy viendo el paisaje y pensando dónde me bajaré, porque ando un poco despistado. Pienso que el de mi izquierda habla con el de mi derecha. Vuelvo a escuchar algo de "tu camiseta". Volteo a mi izquierda y veo al joven señalando mi camiseta y casi deletreando; impaciente, vuelve a decir algo que no entiendo (habla demasiado rápido) y al final "¿dónde la compraste?" Pienso rápido y respondo con una mentira (otro distintivo chilango, 'pa cuidarse las espaldas): "En la Ciudad de México" (en realidad la compré en NY el año pasado). Hablamos de películas pirata (me dice que su hermana le trae muchas de allá, cuando va), del transporte público (le explico que allá no hay "colectivos") y de otras cosas que no le entiendo muy bien pero a las que asiento cuando creo que es amable y a las que niego con la cabeza cuando percibo que se expresa duramente.
No es que los defeños seamos cortantes, pues. Es que en el norte hablan muy deprisa.

The Tijuana Post 05

El pedazo de frontera que entra al mar en Playas Tijuana es más simbólico que real: los maderos y pedazos de metal que forman "el muro" son fácilmente traspasables si uno es delgado. Vi varios niños corriendo del otro lado sin que nadie les dijera nada, sin que la migra los detuviera o sonaran alarmas y asomaran fusiles de mira telescópica. Claro que la verdadera frontera está unos cuantos centenares de metros más allá: es una valla metálica que casi no se ve, pero cómo se nota. Un par de decenas de kilómetros sobre la costa, hacia el norte, se vislumbra San Diego, con altos edificios que se presumen limpios y lujosos. Uno voltea a donde está parado y observa casitas en ruinas, algunas obviamente abandonadas, y pocos restaurantes de mariscos en los que el sentido común no puede confiar que el producto sea fresco aunque el mar se encuentre a diez metros de distancia.
Claro que una rosa es una rosa y el mar es el mar y éste siempre es encantador. No importa que la gente entre al mar con ropa interior; o que el grupo de teenagers gringos que llegó hace poco se meta con bermudas y camiseta. No importa, decía, porque la puesta del sol en la playa siempre será digna de recordarse.

The Tijuana Post 04

Sí hay una parte de Tijuana que es horrible: la Avenida Revolución. El ambiente es densísimo: combinación de Zona Rosa con La Lagunilla y un no-sé-qué denigrante entre las curiosidades dizque mexicanas que no son más que objetos estereotípicos ya sin significado: máscaras de luchador, botellas de tequila en fundas de piel, sombreros de charro y un largo etcétera en el que caben artículos pirata, peluches con la figura deforme del oso Pooh, muchos restaurantes (de nuevo lo "típico": quesadillas, menudo, tacos y cerveza con un grupo de mariachis amenizan la fiesta) y varios table-dances en los que no se cobra la entrada.
Sobra decir que la mayoría de los peatones de la Revolución son gringos: sobre todo grupos de adolescentes y jóvenes ya sea curiosos o con ganas de franco desmadre. Se les nota en la mirada el aire de suficiencia y gusto que ha de darles saber que ellos cruzan la frontera, se quedan un rato y se regresan. Lo duro está en pensar lo mismo, pero de este lado: que en el mejor de los casos (y no son los más), un mexicano cruza al otro lado, se queda también un rato y luego regresa. Qué curioso pensar lo mismo y no sentirse igual.
La Revolución es la otra cara del Centro Cultural Tijuana, uno de los más importantes del país, con un extraordinario Museo de las Californias, librería, Jardín Caracol y una pantalla IMAX.
MIS GASTOS DE HOY
10, propina desayuno hotel
20, entrada a Museo de las Californias (Cecut)
42, entrada a cine Omnimax (Cecut)
50, taxi a Playas Tijuana
5.5, camión a Zona Río
7.5, colectivo a Tijuana
74, cena en Hong Sing (comida china en Av. Constitución, centro de TJ)
7, colectivo a Zona Río
47, una hora de Internet en el hotel
grantotal: 270.5 mexican pesos

viernes, octubre 29, 2004

The Tijuana Post 03

¿Cómo reconocer que soy chilango, estando en Tijuana?
- Viendo cómo cruzo las calles. Aunque cuando no hay semáforos los automovilistas son casi siempre amables y te ceden el paso, yo no dejo de correr al otro lado ante el institnto de supervivencia desarrollado en el DF: si no corres, te echan lámina.
- Notando que me la paso volteando a ambos lados para cerciorarme de que nadie me siga. (Instinto de supervivencia adquirido en la capital, otra vez).
- Observando que no he usado el transporte público. No me he animado a subirme a los "colectivos": coches de hace 30 años que hacen las veces de microbuses, nomás que, obviamente, mucho más pequeños: se ven incómodos, pero prácticos ante la escasez de otros medios de transporte. Los camiones cobran 5.50. Tampoco me he subido: hay nuevos (pocos) y viejos (tipo camiones suburbanos del Edomex); no son precisamente una atracción turística, pero hay que subirse. Y claro que hay taxis de modelos recientes que sólo te llevan a ti, pero ese lujo ya lo gocé al trasladarme del aeropuerto al hotel. Mañana me propongo usar algo más que mis piernas para moverme por la ciudad.
- Escuchándome hablar. Hoy pedí una extreme en Burger King. ¿Una qué?, preguntó el cajero. Una extreme, repetí. Ah, una extrema. Ajá: una extrema.

The Tijuana Post 02

Creo que sería incorrecto decir que estoy en Tijuana. La parte que he conocido hoy no es la que me esperaba. Se trata de la Zona Río, un área comercial de clase media que parece más un suburbio gringo que un barrio mexicano. Ya saben: en la esquina un Office Depot, más allá un Domino's, cruzando la calle un Sports World... Caminé la Avenida de los Héroes hasta que la intuición me ordenó detenerme: el panorama empezó a cambiar y en vez de centros comerciales encontré estanquillos donde vendían mariscos, bodegas de fruta, callejones. Poco después, al ver un mapa, me di cuenta de que estaba a sólo dos cuadras de la Avenida Revolución, la "verdadera" Tijuana, o al menos una parte de ella. No sé si me vaya a gustar, pero mañana la voy a recorrer a pie completita. También voy al Cecut y, si da tiempo, a Playas Tijuana.

The Tijuana Post 01

De mis apuntes a bordo del vuelo 242 de Aviacsa, hoy:
"El contraste entre el azul casi turquesa del mar y el marrón casi dorado del desierto es sobrecogedor. Pienso que el verdadero mundo está allá abajo, en uno de los pueblecillos conectados entre sí sólo por una línea de tierra... y no sólo en las grandes ciudades a las que viajan los aviones".
"A lado mío una niña de 8, 9 años que viaja por primera vez en avión. Estuvo muy emocionada durante el despegue. Rezó con su mamá. Y le sorpendio ver que volamos 'más arriba que las nubes'".

martes, octubre 26, 2004

The Ghost In You

Mi canción del momento: “The Ghost In You”, de The Psychodelic Furs en el disco Rock 101 versión 1.0 (Sony, 1999). Escribe Luis Gerardo Salas en el booklet: “una canción que transpira armonía, ritmo, el espíritu alternativo de los ochentas en plenitud”. Salvo aquello de los ochentas en plenitud (me declaro puro-total-y-absoluto de los ’90 para acá), la canción define perfectamente mi estado de ánimo de estos días pre Tijuana.

lunes, octubre 25, 2004

Tigres de 24 kilates (...y 150 millones de dólares al año)

Fue el primer grupo norteño en tocar en el Centro Kennedy, en Washington; también fueron los primeros en recibir un Grammy en 1987. A lo largo de su carrera, de más de 30 años, han vendido más de 34 millones de discos; grabado 55 álbumes y se han presentado 7,000 veces en vivo; además están en el Libro Guinness por organizar un recital en Los Ángeles para 200,000 personas.
Ahora datos verdaderamente impresionantes sobre Los Tigres del Norte. Son una empresa que genera cada año 150 millones de dólares; si fueran una empresa mexicana (y no lo son, porque radican en California) estarían por encima de empresas como Grupo Martí y Hoteles Presidente; cobran 300 mil dólares por presentación y hace poco firmaron un contrato con Universal Pictures para filmar tres películas.
Si quieren saber más (y créanme: hay mucho más), échenle un ojo al reportaje Tigres Inc., de Bárbara Anderson, publicado este mes en la revista Expansión. No tiene desperdicio.

lunes, octubre 18, 2004

Temporada de patos


Los rumores eran ciertos: Temporada de patos es una gran película. Diré sólo lo suficiente para convencerlos (espero) de que vayan a verla y luego la platíquemos. Diré, por ejemplo, que es refrescante encontrarse con una película mexicana cuyos protagonistas sean adolescentes y su "escena tipo" no sea una chaqueta sobre un trampolín (aunque, pensándolo bien, Flama y Moko son algo así como las fuerzas básicas de los charolastras); donde hay drogas, pero se evada la lección moral; donde se refleja la sociedad mexicana, pero no gracias a un pedazo de cartón llamado Elvis Quijano. Claro que en Temporada... hay lugares comunes (el personaje que dice: "las oportunidades en la vida son como los tiros que tiene una escopeta"), pero en el contexto de la película se entiende que hasta el remedo forrestgumpiano es intencional. Se trata, en suma, de una película no sólo inteligente sino también y sobre todo divertida. Un recordatorio de que para hacer buen cine más que dinero se necesita talento. En fin, vayan a verla, porque los premios en la Muestra de Guadalajara y las ovaciones en Cannes fueron merecidas. Y visiten el sitio oficial (www.temporadadepatos.com), que está híper divertido.
(Temporada de patos, de Fernando Eimbcke, con Diego Cataño y Daniel Miranda, se estrena el 22 de octubre. La calificación ergozoom -tentativa, porque sé que me gustó pero todavía no atino qué tanto- es de 80). Posted by Hello

domingo, octubre 17, 2004

Salvando al mundo (empezando por Springfield)

Pienso que llevan razón quienes dicen que el presidente de los EU es también nuestro presidente. Y no hablo del rollo imperialista sino simplemente de la insoslayable influencia que ese país ejerce política, económica y militarmente en todo el planeta. Convencido de esta idea, el diario británico The Guardian lanzó la semana pasada su campaña "Operation Clark County" con el objetivo de no quedarse mirando lo que ocurrirá en EU el 2 de noviembre esperando que Dios provea. ¿Cómo? Bueno, los no-estadounidenses no podemos votar, pero nada nos impide hacer contacto con algunos de los electores de ese país. Y lo que es más: con un poco de suerte, la comunicación podría darse con quienes decidirán la elección en Clark County, ciudad ubicada en Ohio, uno de los estados con mayor porcentaje de población indecisa en EU. The Guardian consiguió las direcciones de algunos electores "independientes" (no afiliados a ningún partido político) y proporciona una a cada persona interesada en hacer contacto con un votante. Piénsenlo. Pueden cambiar la historia. Y si no, por lo menos ganarán un nuevo amigo por correspondencia. A mí me tocó un cuate que vive en Springfield. ¡En serio! Y no, no se llama Homero, pero tengo la esperanza de que mi carta le remueva el cacumen y lo haga votar contra Bush. Échenle un vistazo entonces a www.guardian.co.uk/clarkcounty.

Pausa

HERMANDAD
Soy hombre: duro poco
y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
las estrellas escriben.
Sin entender comprendo:
también soy escritura
y en este mismo instante
alguien me deletrea.
- Octavio Paz

jueves, octubre 07, 2004

¡Santas animaciones...!

<<¿Por qué un niño de hoy, en plena era de Spiderman, con cuatro películas de Batman a cuestas y todo lo que la parafernalia del video juego aporta a su fantasía de súper héroes se interesará en una caricatura de un enmascarado que habla español, lucha (literalmente, en un ring) y maneja un coche que sólo se ve en museos? “Primero, porque El Santo está en nuestra cultura y, además, los héroes enmascarados siempre llaman la atención, no importa de dónde sean ni qué idioma hablen. Luego, porque el trabajo que estamos haciendo está apelando a la identificación con las nuevas generaciones: con las voces, los lugares, y el mismo diseño de la caricatura: con un físico atlético, colores sólidos y línea gruesa. Y en tercer lugar, ¡pues porque es El Santo y El Santo es chido!”>>
Este mes se estrenan en Cartoon Network las primeras caricaturas animadas de El Santo. Síp, las primeras en toda la historia de la animación mexicana y, claro, de El Enmascarado de Plata.
La entrevista completa con Carlo Olvera Paganoni, responsable del proyecto, en el ejemplar de octubre de la revista El Huevo. De venta en Sanborns y locales cerrados.

domingo, octubre 03, 2004

¿Por qué la gallina...?

¿Recuerdan aquel viejo chiste que Fossie (o como se escriba), el personaje de los Baby Muppets, contaba casi cada programa? Hace poco me encontré un libro muy divertido en el que se dan varias respuestas que hacen del chascarrillo uno casi bueno. Otra vuelta de tuerca de esas que me encantan.
¿Por qué la gallina cruzó el camino?

Una niña de nueve años: para llegar al otro lado.
Moisés: y Dios bajó de los cielos y dijo: “Cruza el camino”. Y la gallina cruzó el camino y el mundo entero se regocijó.
Sócrates: define ‘gallina’.
Aristóteles: en la naturaleza de una gallina está cruzar el camino.
Santo Tomás: para descubrir la esencia del camino.
Buda: tal pregunta niega tu naturaleza de gallina.
Maquiavelo: ¿qué importa? El hecho es que la gallina cruzó el camino.
Descartes: Cruza el camino, luego existe.
Shakespeare: para hacer la pregunta de siempre: ser o no ser gallina.
Pascal: para ganar una apuesta.
Kant: quería ir más allá del imperativo categórico.
Hegel: la gallina tenía una relación dialéctica con el camino.
Engels: ahí está el origen de la propiedad privada, la familia y el estado.
Marx: para anunciar la dictadura del proletariado.
Nietzsche: la gallina ha muerto.
Dostoievski: si la gallina quiere cruzar el camino, entonces todo está permitido.
Flaubert: la gallina soy yo.
Darwin: las gallinas han sido seleccionadas para cruzar las carreteras.
Freud: la pregunta misma revela una profunda insatisfacción sexual.
Einstein: es probable que el camino se haya desplazado por debajo de la gallina.
Hemingway: para morir en un ruedo.
Sartre: porque tenía miedo a la libertad.
Nabokov: sólo por su deseo de importunarme.
Heidegger: la gallina quiere probar que el camino no es un ser-en-el-mundo.
Foucault: va en busca de los mecanismos del poder.
Mao: porque yo le he dicho cómo cruzar el camino.
Derrida: hay que deconstruir el camino.
Chomsky: lo que importa es la vocación altermundista de la gallina.
Juan Rulfo: para encontrar a su padre, el gallo.
Fidel Velázquez: para salir en la foto.
El filósofo del crucero: ¿qué gallina?
George W. Bush: está claro: quiere acabar con el mundo libre.
(Fuente: El libro inútil, de Roberto Pliego, editado por Planeta este año.)