Sí hay una parte de Tijuana que es horrible: la Avenida Revolución. El ambiente es densísimo: combinación de Zona Rosa con La Lagunilla y un no-sé-qué denigrante entre las curiosidades dizque mexicanas que no son más que objetos estereotípicos ya sin significado: máscaras de luchador, botellas de tequila en fundas de piel, sombreros de charro y un largo etcétera en el que caben artículos pirata, peluches con la figura deforme del oso Pooh, muchos restaurantes (de nuevo lo "típico": quesadillas, menudo, tacos y cerveza con un grupo de mariachis amenizan la fiesta) y varios table-dances en los que no se cobra la entrada.
Sobra decir que la mayoría de los peatones de la Revolución son gringos: sobre todo grupos de adolescentes y jóvenes ya sea curiosos o con ganas de franco desmadre. Se les nota en la mirada el aire de suficiencia y gusto que ha de darles saber que ellos cruzan la frontera, se quedan un rato y se regresan. Lo duro está en pensar lo mismo, pero de este lado: que en el mejor de los casos (y no son los más), un mexicano cruza al otro lado, se queda también un rato y luego regresa. Qué curioso pensar lo mismo y no sentirse igual.
La Revolución es la otra cara del Centro Cultural Tijuana, uno de los más importantes del país, con un extraordinario Museo de las Californias, librería, Jardín Caracol y una pantalla IMAX.
MIS GASTOS DE HOY
10, propina desayuno hotel
20, entrada a Museo de las Californias (Cecut)
42, entrada a cine Omnimax (Cecut)
50, taxi a Playas Tijuana
5.5, camión a Zona Río
7.5, colectivo a Tijuana
74, cena en Hong Sing (comida china en Av. Constitución, centro de TJ)
7, colectivo a Zona Río
47, una hora de Internet en el hotel
grantotal: 270.5 mexican pesos
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