De mis apuntes a bordo del vuelo 242 de Aviacsa, hoy:
"El contraste entre el azul casi turquesa del mar y el marrón casi dorado del desierto es sobrecogedor. Pienso que el verdadero mundo está allá abajo, en uno de los pueblecillos conectados entre sí sólo por una línea de tierra... y no sólo en las grandes ciudades a las que viajan los aviones".
"A lado mío una niña de 8, 9 años que viaja por primera vez en avión. Estuvo muy emocionada durante el despegue. Rezó con su mamá. Y le sorpendio ver que volamos 'más arriba que las nubes'".
2 comentarios:
lo emocionante es munca dejar de sorprenderte cómo la niña que viaja a tú lado y pensar qué volar más arriba que las nuves siempre será maravilloso.
Debo confesar que me encanta volar, y viajar, precisamente porque ambas cosas me hacen sentir siempre un poco como esa niña: absolutamente maravillado.
(Eso sí, el vuelo de regreso -de madrugada- fue mortal: ¡a quién se le ocurre darnos de comer a los pasajeros a las 3am en vez de dejarlos dormir!)
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