Todos los que hayamos pasado algún tiempo trabajando en una oficina podemos relacionarnos con este programa: hemos conocido (o hemos sido) el que mata el tiempo resolviendo crucigramas y sale corriendo a la hora de la salida, el que no tiene idea de cómo llegó a ese lugar de trabajo, pero ya lleva demasiados años ahí y no sabe hacer otra cosa, el que afirma que está en esa oficina temporalmente porque está desarrollando proyectos alternativos mucho más interesantes...
Pero más allá de esos lugares comunes, que son el motor de la serie, los productores del show y sus guionistas lograron detonar reflexiones de mayor calado. Creo que eso es lo más valioso de The Office: puedes simplemente pasar un tiempo divertido viendo cómo esos Godinez celebran otro cumpleaños en la sala de juntas (previa planeación de un comité especialmente nombrado para ello, en el que desde luego se encuentran dos compañeras que se caen mal), pero también puedes dar paso a las preguntas que plantea la serie, un capítulo tras otro: qué características tiene un jefe valioso, cuáles son las razones correctas para quedarte en un empleo, qué señales te exigen salir de ahí lo antes posible)...
Desde luego que tiene sus falencias: las últimas dos, tres temporadas son notablemente menos sólidas que las primeras (mucho de eso debido a la salida de Steve Carrell del show, y al muy poco encanto que James Spader aportó como sustituto), pero a poco más de diez años de la emisión de su último episodio, la serie se mantiene vigente gracias a esa soberbia colección de personajes entrañables puestos en situaciones en las que todos hemos estado alguna vez.
Dicen que la vida de oficina tal como la vemos en este programa dejará de ser así muy pronto. Antes de la pandemia y el teletrabajo ya se hablaba de empresas con oficinas sin paredes y muchas amenidades para los empleados. A mí incluso me ha tocado visitar alguna con sala de descanso para leer (cualquier cosa que no sea de trabajo, me dijeron) y en la que, si lo deseas, puedes echar la siesta sin miedo a perder tu bono de productividad. Quizá entonces The Office quede como un testimonio de aquellos centros de trabajo en los que se reunían personas en algo similar a corrales con el cumplimiento de indicadores de eficiencia como su única misión... siempre que ella ocurriera entre 9 y 5 y definitivamente no en la hora de comida.
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Las nueve temporadas de The Office se encuentran disponibles en Amazon Prime.