domingo, febrero 25, 2007

Llámalo sueño

Historia curiosa la de Henry Roth (Austrohungría, 1906 - EU, 1995).
Publicó esta novela, su primera, a los 28 años, en 1934. La crítica la recibió con muchas reservas y la Gran Depresión terminó de sacar el texto de circulación prácticamente de inmediato.
A principios de los '40, Roth, con una segunda novela a medias, decidió quemar sus diarios y manuscritos y emplearse como obrero, bombero y maestro hasta que se mudó a una casa rodante en Albuquerque.
En los '60 Llámalo sueño fue reeditada y la crítica, experta en llegar tarde a su cita con las obras maestras, dictaminó que era la novela emblemática de la inmigración americana y, más allá de su contenido social, una de las primeras obras literarias estadounidenses en sintonía con Joyce y Eliot.
Al principio Roth desconfió de la fama que le llevó pasados los 60 años una novela que había escrito hacía 35, pero luego decidió --¡a los 73 años de edad!-- retomar su actividad como escritor. Con bastante éxito, por cierto.
La novela es sensacional. Narra la historia (basada en la vida del autor) de David, un niño judío que llega a Nueva York en brazos de su madre para encontrarse con su padre, que ya vive en América. A partir de ahí Roth echa mano de sorprendentes recursos literarios (más aún teniendo en cuenta que fue su primera novela) tales como el monólogo interior y la deconstrucción del lenguaje para dar cuenta de las dificultades de comunicación entre el yiddish y el babélico inglés de Nueva York, amén de definir personajes con líneas finas y profundidad pasmosa y llevar a buen fin, con un ritmo inusitadamente ágil, un novelón de casi 700 páginas.
Absolutamente recomendable para cualquier lector, Llámalo sueño es además un paraje ineludible en cualquier vista panorámica de las letras estadounidenses del siglo pasado. Y uno de los más bellos, sin duda.
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Llámalo sueño, de Henry Roth, está editada en español, en traducción de Miguel Sáenz, por Alfaguara en su colección Clásicos Modernos.

jueves, febrero 22, 2007

¡Sí, protesto!

De una nota de Karim Hauser, desde El Cairo para BBC Mundo:
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Un tribunal en la ciudad egipcia de Alejandría sentenció este jueves a Abdel Karim Suleiman, un blogger de 22 años, a cuatro años de prisión por ocho artículos publicados en internet en 2004.
Suleiman fue hallado culpable de insultar a la religión musulmana y al presidente Hosni Mubarak.
En uno de sus artículos, titulado "La verdad al desnudo sobre el Islam como lo vi", acusó de salvajes a los musulmanes que se enfrentaron a cristianos en Alejandría en el 2005.
Suleiman, también conocido por su nombre de pluma como Karim Amer, calificó de terroristas a varios compañeros del profeta Mahoma y asemejó al presidente Mubarak a los faraones que gobernaron el antiguo Egipto como dictaduras.
"Esta sentencia es otra bofetada contra la libertad de expresión en Egipto", dijo Hassiba Hadj Sahraoui, directora de Aministía Internacional para Africa del Norte y Medio Oriente.
La organización de defensa de los derechos humanos considera que el blogger es "un prisionero de conciencia perseguido por la expresión pacífica de sus puntos de vista".
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El blog de Abdel: www.karam903.blogspot.com

lunes, febrero 19, 2007

Ibsen reloaded

Henrik Ibsen estrenó Casa de muñecas en 1879. En aquella época la obra resultó escandalosa dado el cuestionamiento de los roles masculino y femenino en el matrimonio tradicional, regido por estrictas (y muchas veces ridículas) normas sociales.
Ahora, casi 130 años después, José Antonio Cordero propone lo que él mismo llama no una reinterpretación del texto, sino una “intervención” al mismo.
La propuesta es Casa de muñecas (hipnódromo) MR, y echa mano de todos los recursos posibles para representar una obra que se mantiene sorpresivamente vigente a más de un siglo de su estreno.
Cordero utiliza varias pantallas sobre las que proyecta imágenes de versiones cinematográficas de la obra y hace que sus actores (sobresalen los excelentes Mariana Gajá y Arturo Ríos) interpreten sus personajes en diversos ámbitos de la actuación: desde una falsa película hasta el video chat, pasando por las sombras chinas y el teatro de cámara…
Así, el drama moral de la obra clásica da paso a una propuesta vanguardista que intenta responder a la pregunta de qué pasaría si el teatro y la infraestructura teatral hubiesen cambiado a la par de la tecnología del entretenimiento.
Recomendación: si van, ofrézcanse como voluntarios para sentarse en los puffs de la zona VIP: el punto de vista desde el escenario puede resultar sobremanera interesante.
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Casa de muñecas (hipnódromo) MR se presenta hasta el 1 de abril en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque (atrás del Auditorio Nacional). Jueves y viernes a las 8pm, sábado a las 7 y domingo a las 6. El boleto cuesta $150.

miércoles, febrero 14, 2007

I Love to Hate You, Love

¿Cuántos coches cubiertos de post-its fosforescentes han visto hoy? ¿Cuántos globos color rojo-metalizado (con forma de corazón)? ¿Cuántos restaurantes atestados? ¿Cuántos teatros con el letrero de "localidades agotadas" en sus taquillas? ¿Cuántas fotos de las celebraciones del Amor y la Amistad en el mundo (una pareja de ancianos filipinos casándose, las niñas con sus gabardinas rosas en Kiev)? ¿Cuántas veces vieron el logo de Yahoo! con dos corazones en vez de óes y el de Google con una fresa enchocolatada en una de las vocales? ¿Cuántos reportajes en televisión, la radio, los periódicos, con la última nueva de que el amor a primera vista no existe? ¿Cuántas veces escucharon la idea italiana de cobrar dos euros en un parque para permitir echar pasión en un rinconcito bucólico? ¿Y cuántas aquella de cobrar en un estacionamiento para cuchiplanchar en el coche sin ser remitido a la oficina policiaca más cercana?
Mi única respuesta para todas las preguntas anteriores (y otras similares que se les ocurran): Demasiadas. Demasiadas veces.

miércoles, febrero 07, 2007

Apocalypto

No hay mucho que decir de Apocalypto, ¿o sí?
Es una buena película. Buena a secas, pero buena.
No justifica la polémica causada. Sí es violenta, pero trata de guerra y persecuciones… y en la guerra la gente no se muere tiernamente.
También es posible que se cometan algunas imprecisiones históricas. Pero la película no busca ser un documental de la cultura maya. La toma como punto de partida para contar una historia. Que no es lo mismo que contar La Historia.
Aún así tiene aciertos notables. La fotografía y el maquillaje son impresionantes. El hecho de que esté totalmente hablada en maya le da un insoslayable toque de verosimilitud. El casting (hecho entre actores no profesionales) es impecable. Y la historia es de lo más entretenida: un hombre que ve cómo arrasan a su pueblo, se salva de ser sacrificado y huye de regreso a casa… con todo lo que pasa en medio, claro.
No hay mucho más qué decir. La película, en su género y con sus limitaciones, es buena de principio a fin. Aunque los críticos se empeñen en hacerla parecer lo contrario. Un botón: hace unos días escuché a un especialista en cultura maya al que le preguntaron qué no le había gustado de la película. Respondió que algunos diálogos (en maya) ¡estaban mal pronunciados!
La cosa es buscarle tres pies al gato…