Oro negro

(Foto: FIFA /AFP)

---

El fútbol es como la vida: no siempre es justo. Esta tarde vimos el mejor de los partidos del Mundial: Argentina - Costa de Marfil. Y, contra lo que indica el marcador (2-1), los argentinos no fueron responsables del buen fútbol. Los africanos lucieron muy prometedores en su primer partido mundialista. Pusieron en aprietos a los sudamericanos durante buena parte del primer tiempo y toda la última parte del segundo.

Los chés encontraron sus goles de manera casi fortuita y mantuvieron la ventaja con un juego "canchero" y mezquino que les alcanzó sólo porque los africanos no apretaron el acelarador a tiempo. Increíble que el árbitro amonestara a Drogba (en la foto), por apresurar al portero Abbondanzieri, que arrastraba los pies cada vez que debía despejar de meta. Y que en los últimos minutos los argentinos basaran su estrategia en exagerar faltas (o, peor, fingirlas) para perder tiempo... como si necesitaran de esos argumentos para mantener una ventaja, en lugar de intentar incrementarla.

El rostro sereno que el entrenador naranja, Henri Michel, mantuvo durante todo el partido dio muestra de lo que fue el encuentro: sabía que sus jugadores tenían el talento, y que dependía de ellos demostrar o no su superioridad en la cancha. En la otra banca, Pekerman se mesaba los cabellos y, por las dudas, metía a Pablo Aimar ya en minutos de compensación sólo para restarle al reloj los segundos que podrían darle a los marfileños una o dos llegadas más a la puerta albiceleste.

Ojalá Argentina mejore (si no, no pasará de Octavos). Y que Costa de Marfil pase a Octavos, porque hoy dio muestra de un fútbol honesto, abierto, echado adelante que siempre se agradece del lado del espectador.

---

Qué mal inicio de Paraguay. 0-1 contra Inglaterra (que tampoco mostró gran cosa). Los guaraníes parecían espantados y no atinaron a demostrar porqué calificaron al Mundial sobre Colombia, Uruguay y Chile.

---

Sorpresa la de Trinidad y Tobago que, en su primer partido mundialista, empató a cero con Suecia. ¿Qué es más desconcertante: el buen resultado de una selección con tantas limitaciones como la trinitaria (que jugó con 10 hombres casi todo el segundo tiempo) o el mal resultado de un equipo sueco que llegó a Alemania con la etiqueta de "posible sorpresa"?