(Foto: Emilio de la Cruz / Reforma)
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¿Debe Oswaldo jugar el domingo contra Irán? Quizá la pregunta es si puede hacerlo.
Su padre murió ayer. Él viajó desde Alemania hasta México para estar mañana en el entierro y mañana mismo tiene previsto volar de regreso a Gottingen, a donde llegará 10 horas antes del partido contra Irán, con 20 mil kilómetros recorridos en 3 días y seis escalas en tres aviones distintos.
Oswaldo es, sin duda, uno de los líderes del equipo. Tiene 32 años y, aunque es la tercera vez que llega a un Mundial, es la primera que lo hace como titular. Es el mejor momento de su carrera. Y no se repetirá.
Su padre murió ayer. Él viajó desde Alemania hasta México para estar mañana en el entierro y mañana mismo tiene previsto volar de regreso a Gottingen, a donde llegará 10 horas antes del partido contra Irán, con 20 mil kilómetros recorridos en 3 días y seis escalas en tres aviones distintos.
Oswaldo es, sin duda, uno de los líderes del equipo. Tiene 32 años y, aunque es la tercera vez que llega a un Mundial, es la primera que lo hace como titular. Es el mejor momento de su carrera. Y no se repetirá.
Pero yo pienso que no debe jugar el domingo. México tiene asegurados tres partidos en el Mundial. Perderse uno de ellos ante tan grave circunstancia me parece no sólo normal sino necesario. A nivel anímico, él podrá encauzar positivamente la muerte de su padre, pero por la misma razón podría presionarse de más y no jugar concentrado. Esto sin mencionar el insoslayable hecho de que no llegará físicamente al 100.
El segundo partido de México es contra Angola el 16. Oswaldo y su familia merecen y necesitan esos días de descanso y recuperación.
Después de todo, el domingo no se juega la final de la Copa del Mundo. Es el primer partido de la primera ronda del Mundial contra un rival ante el que México es favorito. Y, siendo éste un deporte de equipo, el individuo ha de entender que --por mucho que quiera demostarse a sí mismo-- el conjunto no puede arriesgarse a tener en la cancha un jugador que no está en óptimas condiciones.
Que Oswaldo serene el corazón, calme a sus fantasmas, se recupere del jet-lag y reaparezca contra Angola con todo su brío.
El segundo partido de México es contra Angola el 16. Oswaldo y su familia merecen y necesitan esos días de descanso y recuperación.
Después de todo, el domingo no se juega la final de la Copa del Mundo. Es el primer partido de la primera ronda del Mundial contra un rival ante el que México es favorito. Y, siendo éste un deporte de equipo, el individuo ha de entender que --por mucho que quiera demostarse a sí mismo-- el conjunto no puede arriesgarse a tener en la cancha un jugador que no está en óptimas condiciones.
Que Oswaldo serene el corazón, calme a sus fantasmas, se recupere del jet-lag y reaparezca contra Angola con todo su brío.
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