jueves, septiembre 22, 2005

¡Órale, Post 09!

Ya en México.
Un poco tarde, pero les cuento que Fuente Ovejuna fue la Gran Cosa. Confieso que para el domingo por la tarde yo ya estaba bastante cansado, y que por eso, al empezar la obra (¡esto me da una pena!) empecé a cabecear. ¡El ritmo de los versos de Lope me arrullaba! Ahora, debo decir que después de unos minutos de "descansar los ojos" entré de lleno a la obra, que me pareció magnífica. "¿Quién mató al Comendador? / ¡Fuente Ovejuna, señor!". Aplaudí mucho al final. La vigencia de la obra es apabullante. Y, bueno, la belleza de los versos de Lope es incuestionable.
Saliendo del teatro, literalmente, corrí al estadio Vicente Calderón, al que entré con el partido ya empezado. El Barça había marcado el primer tanto, y la gente estaba un poco achicopalada. Pero el Atlético reaccionó y le dio la vuelta al marcador, defendiendo el resultado incluso con un hombre menos en la cancha. El País calificó el partido como "volcánico", imagínense. Yo sentí mucha pasión en la tribuna. La atribuyo, claro, a que no era un partido "común" para los locales, pero sí creo que los hinchas españoles son más apasionados... sin que eso sea necesariamente bueno: a veces resultan sobremanera agresivos. Pero lo disfruté mucho.
Saliendo del estadio (como a las 11), fui al hotel y luego al aeropuerto. Tenía que llegar a las 10:50, pero lo hice como a las 12:15 (el vuelo salía 01:50). Me dijeron que el vuelo estaba sobrevendido y que probablemente no pudiera tomar ese avión, que me pagarían hospedaje, comida, transporte y me indemnizarían con 600 euros a cambio de aceptar volar en el vuelo del día siguiente. Me ilusioné (¡una noche más en Madrid y 600 euros, casi la mitad de lo que gasté en el viaje!), pero finalmente sí me acomodaron, aunque no en Clase Preferente, como me habían sugerido que ocurriría. El vuelo fue muy pesado, peor he dormido bien estas noches, ya en casa.
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Sé que este viaje me marcará. Mi vida no va a ser la misma después de Madrid 2005. No he tenido mucho tiempo de reflexionar al respecto (ni siquiera he desempacado todo), pero lo intuyo. Mi actitud es muy otra, y tengo ganas de hacer cosas que ni siquiera imaginaba hacer hace unos meses. Seré otro. Seré más. Y seré mejor.

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