Genoveva Flores, profesora del Tec de Monterrey Campus Estado de México, reflexiona sobre las razones del ascenso de López Obrador en las encuestas más recientes.
Delfina Gómez, a quien se refiere la profesora Flores en este texto, fue candidata de Morena al gobierno del Estado de México en 2017. Ahora es candidata al Senado.
A todos los que se preguntan desde un lugar ominoso ¿por qué las tendencias de voto favorecen a AMLO? quiero darles una respuesta y para comenzar decirles que no me gusta el candidato puntero.
En México hay más de 40 millones de personas en condición de pobreza. La gran mayoría vive en los cinturones de miseria de las ciudades. Si vienes al Edomex sólo tienes que voltear a ver el Cerro del Chiquihuite y otros de la Sierra de Guadalupe, para, a lo lejos, ver la precariedad. Si vas por el circuito exterior mexiquense desde que sales de la autopista de Querétaro y hasta Ixtapaluca, puedes ver a tu derecha y a tu izquierda kilómetros y kilómetros de colonias y unidades habitacionales deterioradas, donde viven algunos de esos millones.
Los presupuestos de esos municipios acabaron en los bolsillos de la clase política mexiquense en el sexenio de Eruviel, en el del papá del Del Mazo... en el de todos los que vinieron de Atlacomulco.
Para derrotar a Delfina en las elecciones pasadas fue menester gastar dinero a carretadas para la compra de votos y aún así les costó mucho trabajo hacer este fraude, que para quienes enseñamos ciudadanía fue un delito mayor.
¿Qué les dijo a las miserables del Estado de México una profesora que no se expresaba correctamente, que no tenía estilo? Les dijo algo muy, muy importante, les dijo que una mujer que toma el camino de la movilidad social que permite la educación, puede tener una vida honrada y acceder al espacio público. Trascender a través de una labor importante: ser profesora. Eso es verse en un sueño, eso es tener esperanza cuando todo tu entorno te dice, por la vía de un atraco de policías, por un despido, por tu calle llena de baches, de basura y de pandilleros que son los hijos de tus vecinos: "Eres la basura social".
La disparidad social se acrecentó con el modelo neoliberal, se perdieron la década de los 80 y 90. Y llegó una nueva generación que no tuvo nada, nada. Los que crecimos en los 70 todavía tuvimos calles tranquilas, escuelas públicas con calidad. Nos defendimos con nuestras carreras en la UNAM.
Ese México ya no existe, la promesa de la redistribución del sistema republicano es papel mojado, la profundización de la disparidad social que generaron empresarios como los que ahora se pronuncian en el espacio público, es real. Es la piel de nuestro México. Cómo me gustaría que se conociera generalizadamente lo que hace un empresariado mucho más socialmente responsable, como el alemán, como los franceses, como los canadienses en su país. Aquí sólo por excepción tenemos hombres y mujeres corresponsables.
El escenario político actual lo hemos creado todos al no aceptar que somos corresponsables de la pobreza.
En México hay más de 40 millones de personas en condición de pobreza. La gran mayoría vive en los cinturones de miseria de las ciudades. Si vienes al Edomex sólo tienes que voltear a ver el Cerro del Chiquihuite y otros de la Sierra de Guadalupe, para, a lo lejos, ver la precariedad. Si vas por el circuito exterior mexiquense desde que sales de la autopista de Querétaro y hasta Ixtapaluca, puedes ver a tu derecha y a tu izquierda kilómetros y kilómetros de colonias y unidades habitacionales deterioradas, donde viven algunos de esos millones.
Los presupuestos de esos municipios acabaron en los bolsillos de la clase política mexiquense en el sexenio de Eruviel, en el del papá del Del Mazo... en el de todos los que vinieron de Atlacomulco.
Para derrotar a Delfina en las elecciones pasadas fue menester gastar dinero a carretadas para la compra de votos y aún así les costó mucho trabajo hacer este fraude, que para quienes enseñamos ciudadanía fue un delito mayor.
¿Qué les dijo a las miserables del Estado de México una profesora que no se expresaba correctamente, que no tenía estilo? Les dijo algo muy, muy importante, les dijo que una mujer que toma el camino de la movilidad social que permite la educación, puede tener una vida honrada y acceder al espacio público. Trascender a través de una labor importante: ser profesora. Eso es verse en un sueño, eso es tener esperanza cuando todo tu entorno te dice, por la vía de un atraco de policías, por un despido, por tu calle llena de baches, de basura y de pandilleros que son los hijos de tus vecinos: "Eres la basura social".
La disparidad social se acrecentó con el modelo neoliberal, se perdieron la década de los 80 y 90. Y llegó una nueva generación que no tuvo nada, nada. Los que crecimos en los 70 todavía tuvimos calles tranquilas, escuelas públicas con calidad. Nos defendimos con nuestras carreras en la UNAM.
Ese México ya no existe, la promesa de la redistribución del sistema republicano es papel mojado, la profundización de la disparidad social que generaron empresarios como los que ahora se pronuncian en el espacio público, es real. Es la piel de nuestro México. Cómo me gustaría que se conociera generalizadamente lo que hace un empresariado mucho más socialmente responsable, como el alemán, como los franceses, como los canadienses en su país. Aquí sólo por excepción tenemos hombres y mujeres corresponsables.
El escenario político actual lo hemos creado todos al no aceptar que somos corresponsables de la pobreza.
El discurso populista germina porque la base de la pirámide social es un resumidero de lo peor de nuestra política y de nuestra economía, y también de haber volteado hacia otra parte.
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