miércoles, diciembre 13, 2017

Mindhunter


Entrar a la mente del asesino es un leitmotiv quizá demasiado recurrente en la historia del cine y, más recientemente, de las series de televisión. Ahí están, y cito de memoria, Hannibal (película y serie), Bates Motel, Dexter... incluso, yendo un poco más lejos en el tiempo, una magnífica película dirigida por el productor ejecutivo de la serie que les recomiendo ahora. Me refiero desde luego a Se7en, firmada por David Fincher en 1995. 

Este año llegó Mindhunter, en la que Fincher funge como productor ejecutivo y director de cuatro episodios (los dos que abren y los dos que cierran la temporada). Fincher tiene varias historias de éxito contando historias de criminales brillantes. Además de Se7en podemos mencionar Gone Girl (2014), Zodiac (2007) y Fight Club (1999). También es productor ejecutivo de la multipremiada House Of Cards (2013). 

La serie está basada en la historia real de John Douglas (en la serie Holden Ford), un agente del FBI que a fines de los '70 empezó un proyecto de investigación consistente en entrevistas a los asesinos más sanguinarios (y por lo mismo, más incomprensibles) de su tiempo. Douglas inició su trabajo con mucha incertidumbre (en esos tiempos la Psicología no era una ciencia confiable para el FBI), pero a la larga se constituyó como un hito de la investigación criminal. 

En esta primera temporada conocemos detalles de Ed Kemper y Jerry Brudos. Ambos con historias exageradamente sórdidas: el primero (un superdotado con cociente intelectual de 136 puntos) mató a sus abuelos a los 15 años y, después de pasar algunos años en un hospital psiquiátrico, salió para asolar zonas rurales de California, donde mató a varias estudiantes de preparatoria. Él mismo se entregó a la policía en 1973 después de asesinar a su madre. Brudos, por su parte, desarrolló desde temprana edad un fetichismo por zapatos femeninos, que combinó con el asesinato de al menos cuatro mujeres, a las que convencía de que era fotógrafo de modas.  


Ed Kemper (izquierda), uno de los asesinos seriales cuyo caso se aborda en Mindhunter, que en la serie es brillantemente  interpretado por Cameron Britton (derecha). 

Como podrán darse cuenta, Mindhunter no es una serie cómoda de ver, pero sí resulta muy interesante. Además de las historias de los asesinos, hay algunas subtramas bastante atractivas: la relación de Ford con su novia; las dificultades de un compañero veterano, que lo apoya (aunque con muchas resistencias) y la inclusión de una brillante psicóloga muy acostumbrada a la vida académica pero en constante tensión con el ambiente policíaco. 

La primera temporada concluye con una crisis severa que no hace sino constatar que explorar las simas de la psique humana tiene un precio alto: a veces, incluso, el de la propia cordura. A la serie le ha ido bien y tanto Fincher como Netflix han confirmado ya una segunda temporada, que saldrá del horno el próximo otoño. El productor ha declarado que se centrará en una oleada de asesinatos perpetrados en Atlanta a fines de los '70 y principios de los '80. Estoy seguro de que valdrá la pena la espera.   

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