El profesor Charles Negy tuvo a 428 alumnos en su clase de Psicología en la Universidad Central de Florida el pasado 6 de septiembre de 2012. (Foto: Ricardo Ramírez para el Orlando Sentinel)
El año pasado se dijo que era el de los MOOCs, pero en realidad su
consolidación, si llega a darse, ocurrirá en el próximo par de años. Como
sucede siempre con alguna novedad, ésta no se encuentra exenta de simpatizantes
y detractores: los primeros afirman chistar que éste es el futuro de la
educación, ponderando el carácter masivo de la oferta educativa de algunas de
las mejores universidades del mundo. Los segundos airean sus dudas respecto a
la calidad de aprendizaje que pueda lograrse en aulas virtuales a las que
asisten al mismo tiempo decenas de miles de alumnos. Pero vamos por partes:
¿qué son los MOOCs?
MOOC son las siglas de “Massive Open
Online Course”, que literalmente se traduce al español como “Curso masivo abierto
en línea”. Su antecedente más inmediato se encuentra en 2002, cuando el MIT
inició su programa OpenCourseWare
(OCW), que aún funciona y ofrece en línea y de manera gratuita material de
varios de sus cursos. La mayoría son archivos de texto (notas del profesor para
sus clases presenciales) y videos (del profesor en clase). Varias universidades
siguieron el modelo, pero no ofrecían continuidad a los cursos, ni los
acreditaban. Hasta ahora.
La diferencia de los MOOCs respecto a
los cursos en línea del modelo OCW es que en los MOOCs debes registrarte como
alumno y comprometerte a hacer las lecturas y tareas que el profesor asigne,
mientras que en un curso en línea “normal” puedes hacer uso del material que la
universidad te ofrece, pero no recibes seguimiento ni retroalimentación de
alumnos o profesores que tomen el curso (mismo que inicias y terminas cuando
quieres, sin ceñirte a un calendario preestablecido). El material sigue siendo
básicamente el mismo (presentaciones PowerPoint, videos, lecturas en PDF) pero
los MOOCs ofrecen seguimiento a los alumnos y, en algunos casos, certificados
que acreditan la validez del curso.
Entre las ventajas encontramos,
primero, que son gratis. Esta es una
distinción importante porque en ella radica su carácter masivo. A diferencia de otros cursos (incluidas licenciaturas o
posgrados) que se imparten en línea, los MOOCs son 100% gratuitos. Otra indiscutible
ventaja es la variedad: puedes
enrolarte en un curso que aborde la figura del héroe en la Antigua Grecia
impartido por Gregory Nagy de la Universidad de Harvard o en otro de teoría de
juegos encabezado por Matthew O. Jackson de Stanford. En total hay varias
centenas de cursos que incluyen prácticamente cualquier rama del conocimiento
humano. ¿Otra ventaja? La flexibilidad
de tiempos: las tareas se asignan semanalmente y no tienes que realizarla en
algún día u hora específica: tú decides en qué momento te conectas para ver el
video o hacer el ejercicio que te pidió el profesor. Finalmente, la tendencia
es que estos cursos tengan validez
oficial por parte de las universidades que los imparten. Esto representará
una gran ventaja profesional al poder añadir a tu CV los certificados de los
MOOCs que hayas acreditado, complementando de manera muy valiosa tu formación
“tradicional”.
Entre las desventajas encontramos que,
al menos para el público iberoamericano, la oferta es muy limitada. La inmensa mayoría de los MOOCs se ofrecen en inglés. En España, la muy prestigiada Universidad de Nacional de Educación a Distancia (UNED) tiene apenas dos cursos abiertos y el esfuerzo que hace la red UnX ha crecido muy
lentamente. En México y América Latina aún no conocemos esfuerzos significativos en esta dirección. Otra desventaja es (aunque resulte paradójico)
el carácter masivo de los cursos. A
diferencia de lo que ocurre en las clases tradicionales, en los MOOCs difícilmente conocerás al profesor que imparte la materia. Los cursos están
diseñados para que se inscriban todos los alumnos que lo deseen, así que en tu
clase encontrarás decenas de miles de alumnos, de tal suerte que el trabajo de
día a día está asignado a un software
que revisa tareas o en el peer-learning
que consiste en aprender con y de tus compañeros (que pueden encontrarse en
cualquier parte del mundo). En los MOOCs la figura del profesor es prácticamente simbólica (él diseñó el
curso, pero –salvo en casos excepcionales– no lo imparte).
Independientemente
de si los MOOCs logran dar el estirón o quedan en simple llamarada de petate,
hay varias preguntas que esta “revolución” ya ha puesto sobre la mesa: ¿Son los
MOOCs una tendencia que permeará todo el modelo educativo o sólo el que se
imparte on-line? ¿Cuál será en el
futuro el valor de un título universitario? ¿De qué manera se distinguirá la
calidad de la educación presencial respecto a la que se ofrezca en línea? ¿Cómo
cambiarán las nuevas tecnologías las formas de operar de las escuelas y universidades? ¿Cuál
será el papel del profesor en esta dinámica?
Personalmente
pienso que en los próximos años nos moveremos hacia un modelo híbrido, en el
que los cursos en línea complementarán al sistema tradicional (sobre todo si no
se tiene el tiempo o el dinero para tomar presencialmente los cursos que se ofrecen en línea), y con el modelo de clases presenciales obligado a renovarse para ofrecer
una educación auténticamente integral.
Si te interesa la
posibilidad de tomar uno de estos cursos o simplemente explorar de qué se
tratan, te recomiendo empezar por las siguientes ligas:
Coursera.org Es la más popular. Se trata de una compañía fundada por dos
profesores de Stanford. Su modelo es firmar convenios
con universidades que permitan ofrecer sus cursos en línea. Ya hay 33 universidades asociadas,
incluidas Columbia y Princeton en Estados Unidos, Edimburgo en Reino Unido y la
UBC en Canadá. Cuenta actualmente con 211 cursos.
Edx.org Es un proyecto sin fines de
lucro en el que colaboran el MIT, Harvard y Berkeley, entre otras. Iniciaron en el
otoño de 2012 con 23 cursos.
Udacity.com
Inició en febrero de 2012 con 19 cursos. Apuesta por acuerdos directos con
profesores en vez de tratar con universidades. Se
concentra en ciencias de la computación y áreas afines.
OpenCulture.com
No se concentra en MOOCs, sino en recursos culturales gratuitos. Ofrece, sin
embargo, una lista bastante completa de MOOCs ordenados por fecha de inicio.
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Para saber más... Aquí puedes ver a Peter Norvig, profesor de la Universidad de Stanford y uno de los pioneros de Coursera, relatando la experiencia de tener a más de 100 mil alumnos en su MOOC Introducción a la Inteligencia Artificial en 2011. Y este reportaje del New York Times ilustra sobre el modelo de negocio que siguen las empresas proveedoras de MOOCs.
5 comentarios:
Una caracteristica muy importante que encontré al estudiar en línea en la UTEL es que mi formación es más INDIVIDUALIZADA.
Depende del caso. Precisamente esta semana inicié un MOOC en Coursera. Somos más de 260 mil alumnos. Imposible pensar en educación individualizada en ese contexto. ¡Saludos, y gracias por leer!
Estimado Pepe:
Le felicito por el brillante post. Nos hace reflexionar sobre el futuro de los MOOCS.
Saludos desde Brasil,
Gisele Oliveira
Muchas gracias Gisele. Sin duda el debate al respecto será intenso en los próximos años. ¡Saludos!
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