Confieso que intenté ver esta serie de TV hace algunos meses. Sin éxito. Vi dos o tres capítulos y perdí el interés. Luego me enteré de que una persona a la que respeto mucho profesionalmente (Carlos Boyero, crítico de cine del diario español El País) considera esta serie una obra de arte. Dice, palabras más palabras menos, que lo mejor del cine de Hollywood ocurre desde hace algunos años en las producciones de HBO para televisión. Y que The Wire junto con Los Soprano son puntas de lanza de esa indiscutible calidad.
Posiblemente sepan ya que Los Soprano no batalló en posicionarse altísimo en mi escala de estimaciones televisivas. Lo natural, desde luego, era darme otra oportunidad con The Wire.
Increíble serie.
Una vez que se vence la exigencia de un placer fácil y condescendiente, The Wire empieza a construir una trama compleja y a desarrollar personajes a cuál más interesante. La trama es un lugar común (un grupo de policías en Baltimore esmerándose por capturar a un capo local de la droga), pero créanme que el equipo creativo de la serie ha sabido muy bien esquivar el bulto de las respuestas simplonas y las vueltas de tuerca previsibles.
Estoy por terminar la primera de cinco temporadas. Les iré contando. Pero, por lo pronto, la recomendación obvia es que la busquen... y la disfruten mogollón.
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