Acabo de regresar del megaplantón perredista en Paseo de la Reforma.
¿Se acuerdan de cuando a Pinocho lo llevaban a la isla de la diversión, donde todo está permitido y él se la pasa bombísima?
Pues más o menos así es el megaplantón. Es, de hecho, el sueño de cualquier niño o adulto hecho realidad. Puedes hacer lo que quieras... jugar ajedrez, echarte una cascarita de fút, pasar por un elote, dormir, leer, echar pasión con tu novia en alguna tienda de campaña desocupada, ver Betty la Fea, tomar el micrófono y leer poesía o hablar de tu experiencia revolucionaria (o, mejor, hablar poéticamente de tu experiencia revolucionaria), ver una película (en mi recorrido vi tres cine clubes), sentarte a ver alguna de las cuatro partes del documental de Mandoki sobre la vida de SS López Obrador (¡ya viene la quinta!), inscribirte en el diplomado "Historia de los Movimientos Sociales del Siglo XX", cursar un taller de pintura, subirte a un juego mecánico, pintar una manta de protesta o acompañar a los maestros de Oaxaca a recorrer Reforma exigiendo la renuncia de Ulises Ruiz... Es como un Club Med para rebeldes con o sin causa: el hospedaje, los alimentos y, sobre todo, la diversión, está incluida...
Claro que se siente un dejo de que eso no va a durar para siempre. De que esa isla de la felicidad es a fin de cuentas una ilusión verosímil, pero que en algún momento los coches volverán a las calles y la gente a las banquetas...
Igual se siente un movimiento fuerte. Eso hay que decirlo. La gente ahí se ve motivada y dispuesta si no todo, sí a muchas cosas. Deben ser entre 5 y 10 mil, a lo mucho. Y esto no nos habla de lo que pueda pasar en otras partes del país, donde el PRD no es tan fuerte, pero pocos políticos mexicanos tienen en este momento la fuerza como para mover así a la gente, y sería un error subestimar a este líder y a esta gente. Están convendidos, perdón, convencidos de que tienen razón y dispuestos a que esta vez no les quiten el triunfo...
Como dicen los españoles, se requerirá mucha mano izquierda para salir bien de este trance... Que así sea.
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