Nunca escuché un partido narrado por Ángel Fernández. Precisamente por eso puedo ponderar el valor del trabajo del mejor cronista deportivo que hemos conocido en México: si se mantiene vigente lo hecho y dicho por alguien que dejó de ser celebridad hace 20 años ¡ese alguien debe ser grande!
Quienes lo conocieron afirman que no era el más conocedor del fútbol, pero compensaba el saber enciclopédico que no tenía con la cultura (forjada entre lecturas y viajes) y la creatividad que no abundaban (y no abundan) en el mundo de los comentaristas deportivos.
Fue creador de expresiones como "Me pongo de pie", "A todos los que quieren y aman el fútbol" y del adjetivo "versallesco" aplicado a jugadas de fútbol; de su boca salieron los motes del Rebaño sagrado para las Chivas y La Máquina Celeste para el Cruz Azul, además del nombre de guerra del Súperman Marín y el Confesor Cornero, entre otros muchos artificios del lenguaje que dieron vida a la crónica deportiva.
Donde quiera que esté, Don Ángel: gracias por haber hecho del fútbol un mejor deporte para ver y escuchar.
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