Mike Norton, un agente de la border patrol (Barry Pepper, el soldado Jackson de Rescatando al Soldado Ryan) asesina por error a un 'mojado' mexicano (Julio César Cedillo), amigo del vaquero Pete Perkins (Tommy Lee Jones).
Previsiblemente, la policía gringa evita el escándalo y no presenta cargos contra Norton, pero Pete se entera de la verdad y obliga al agente a que lo acompañe a cruzar la frontera para llevar a enterrar a Melquiades a Coahuila.
Inicia así un viaje en el que Pete cumplirá una promesa de amor filial y Mike constatará por primera vez lo que se siente estar 'del otro lado', en varios sentidos.
Muchas fronteras se cruzan en Los tres entierros de Melquiades Estrada: la de la razón, para empezar (¿a quién se le ocurre llevar a lomo de mula un cadáver de Texas a Coahuila?), pasando por las del lenguaje (un gringo ciego oye radio mexicana nomás por el placer de escuchar el español, aunque no lo entienda), las del amor (carnal, filial...) y, claro, la geográfica entre dos países que, en ciertas zonas, se desvanece entre border patrols y polleros, entre cactos y coyotes, para dar lugar a una tierra en la que ser humano es cada vez más excepción que regla.
Tommy Lee Jones dirige con gran corrección su primer largometraje basado en un guión de Guillermo Arriaga (Amores perros, 21 gramos), premiado en Cannes el año pasado. La banda sonora de Marco Beltrami también es notable.
Una buena historia bien contada, bien filmada y bien actuada. ¿Qué más se le puede pedir a una película?
¡Hay que verla!