jueves, septiembre 15, 2005

¡Me cago en la leche, Post 06!

Desayuné en Vips. Los de acá son más bonitos: su decoración es un poco más minimalista y, no sé. Uno tiene la sensación de estar en el 2005, no en los '70 de nuestros Vips. En fin. La comida, buena y barata: 3.75 euros por paquete de huevos con bacon, patatas fritas, café con leche y zumo de naranja. Nada mal. Hojeé la revista Qué leer mientras desayunaba con vista al Paseo del Prado.
Luego enfilé rumbo al Reina Sofía. La gente se quedó en la Gran Vía. Y en la Plaza Mayor. Y en lugares así. El Reina Sofía, al menos, está libre de aglomeraciones. Pasé ahí varias horas.
Una amiga mía (hola, Toña) me comentó hace poco que Dalí dijo que ante una obra de arte hay que aprender a llorar lágrimas de inteligencia. O algo así. El caso es que sí se me hizo un nudo en la garganta cuando me topé frente al Guernica. Y les juro que no es bluff ni cursilería. Escuchaba la explicación de la audioguía (en voz del hijo de Picasso) y, observando los elementos del cuadro (comprendiéndolo un poco, supongo), no pude evitar tragar saliva y, como diría mi abuela, "sentir palpitaciones". Pensar en la guerra, en la genialidad de Picasso (pintó eso en un mes), en la universalidad del mensaje... Bueno. Me quedé ahí pasmado varios minutos. Y vi muchas otras cosas. Muchos Miró, muchos Dalí. Mucho arte español del siglo XX, en general.
También pasé a una exposición temporal sobre Juan Gris, súper completa pero -a mi parecer- un poco tediosa por repetitiva: ¡el tipo no se cansaba de pintar bodegones, uno tras otro!
A la salida compré muchos souvenirs 'pa mis cuates en México. Son detalles, claro, pero a todos les llevo algo.
Acabo de salir del hotel, donde llegué a refrescarme y a acicalarme un poco. En poco más de una hora se levanta el telón en el Teatro Movistar de la Gran Vía para la función de esta noche de Hoy no me puedo levantar. Mañana les contaré sobre eso, será lo primero del post 07. Pero antes debo ir a comer para no desmayarme de inanición mientras, coincidentemente, el elenco de la obra cante "Hoy no me puedo levantar": la obra dura 3 horas y media, así que hay que llegar bien comidos.
Stoy leyendo Los mares del sur, de Vázquez Montalbán. ¡No saben lo bien que pinta una novela negra escrita por un tipo que además de narrador fue (buen) poeta!
Por cierto: ¡Que pasen un felicérrimo Grito! Comed y bebed a mi salud. Y griten re fuerte, pa que los oiga hasta acá. ¡Un abrazo!
Nota al margen: ¿Qué onda con la tele nocturna de Madrid? Ayer la prendí como a medianoche y encontré varios canales de infomerciales de altísimo contenido erótico, por no decir pornográfico. Son chats de SMS: en pantalla aparecen los mensajes que la gente envía, mientras las imágenes ilustran -explícitamente- actos sexuales que, supongo, sirven como "gancho" para que la gente llame. Es de lo más raro. Y hay mucha prostitución en las calles. Ayer que salí de aquí (del café Internet) vi una gran fila de chicas lindas, muy querendonas ellas. Pensé que debía haber una discoteca por aquí o algo así hasta que casi me topé de frente con una de ellas y, mientras me hacía una invitación procaz, me di cuenta de que era una prostituta y no una chica linda esperando entrar a un antro. Todo esto a metros de la zona "bien" de la Gran Vía. No que me espante, pero sí que me ha parecido inusual.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Orale!!!!
No me imagino estar frente a una de las obras que estas admirando, a mi me gusta el subrealismo de Dalí, todas las fantasías vueltas arte, todo lo prohibido, plasmado en un lienzo, en serio que se me pone la piel chinita con tu descripción, me trasladas a una sala en la que se reunían todos aquéllos desde Coco Chanel hasta Dalí, y claro Gala, y sin faltar Lorca, su otra inspiración de Salvador.

Lore

Anónimo dijo...

He leído tus comentarios desde Madrid y juro que estás en otro lado, PP. Al parecer, nada que ver con la vida española, empezando por los horarios y su estilos de vida. En principio se desayuna parcamente como a las 8 (quizás unos churros con chocolate en San Ginés), el bocadillo de las 11 en cualquier bar de buena facha, se come entre 2 y 3 (aquí recomiendo ir a la sidrería más antigua de Madrid: Casa Mingo) y ya por la noche, cenar. Además, no sales del rumbo Atocha-La Latina, y el Paseo del Prado, con el museo del mismo nombre y el infaltable Tyssen-Bornemiza; el Museo de Antropología, con la famosa, aunque pequeña Dama de Elche. Serrano y sus tiendas elegantes, la zona de Palacio y, naturalmente, la vieja Plaza Mayor, con las callejuelas que resuenan a Galdós.
Obvio que FNAC es aún más impresionante que la misma Casa del Libro, aunque si de librerías especializadas, nada como Visor y Marcial Pons.