360 votos a favor. 127 en contra. 2 abstenciones.
Se consumó, por fin, el desafuero de López Obrador.
La política apesta. La de un grupo en el poder que prefiere descalificar a su adversario mediante triquiñuelas legales (es sabido que no siempre la ley es justa). Un grupo conformado por dos aliados aparentemente imposiles: un partido democrático (de derecha, pero democrático) y otro que representa los peores "usos y costumbres" políticos y sociales de este país.
Y apesta también la política de un personaje que hoy inició su discurso en el Zócalo haciendo uso del por demás burdo recurso de pedir un minuto de silencio por el Papa. Que repitió las palabras machaconas de una izquierda anquilosada (otro recurso barato: lanzarse contra los "potentados" y exigir a voz en cuello "patria para los humillados").
Toda la política apesta. No hay nadie en quien creer. Nadie juega limpio. Todos tienen en mente sólo dos objetivos: poder y dinero. Qué asco.
1 comentario:
Es el último post que te pongo hoy...
Concuerdo contigo amigo, el poder es un asco, y además pervierte, aunque no quieras.
Eso ya no es novedoso y mucho menos importante, lo que sí es necesario saber es:
¿tú qué vas a hacer?
Es muy difícil alejarse de esa lucha, por más que te creas honesto, como seres humanos no estamos excentos de ese deseo de poder, insisto, el chiste es saber cómo lo vas a sobrellevar cuando te toque Utilizarlo...
porque ese es el destino del Poder, ser utilizado por un vano mortal). . .
Recuerda a Fausto.
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