Lo escribí en una ocasión anterior, no hace mucho: Yukio Mishima, uno de los escritores japoneses más importantes de la segunda mitad del siglo XX, tuvo en vida una historia fascinante digna de sus mejores novelas.
Esta misma intuición la tuvo el director estadounidense Paul Schrader, quien hace poco más de 25 años acometió la empresa de dirigir Mishima: A Life in Four Chapters, combinación muy afortunada de información biográfica del autor junto con algunos de los pasajes más representativos de tres de sus obras. La propuesta visual es sobresaliente (varios momentos del filme transcurren en decorados teatrales, en alusión a la creencia de Mishima --y de tantos otros literatos-- de que la vida es un escenario y nosotros, sólo personajes) y la inconfundible partitura de Philip Glass completa una película que en 1985 ganó el Premio a la Mejor Contribución Artística de ese año en el Festival de Cannes.
Si les gusta el cine o la literatura (o ambos), no dejen de ver Mishima, que el crítico Roger Ebert ha calificado como "la menos convencional de las películas biográficas, y sin duda una de las mejores".