domingo, julio 25, 2010

Reporte Vlissingen


Me encuentro en Vlissingen, provincia de Zeeland, en los Países Bajos.

Mentiría si les dijera que esperaba hacer un viaje a este lugar alguna vez en la vida. Un Foro Mundial de debates me ha traído acá, y no creo que ningún otro motivo me traiga de vuelta.

Esta es una pequeña ciudad (45 mil habitantes) a casi tres horas en tren de Amsterdam. Tiene costa con el Mar del Norte. El clima es templado, con viento casi todo el día. Llama la atención, como en Amsterdam, la ingente cantidad de bicicletas. Holanda debe tener la tasa bicicleta/habitante más alta del mundo. Envidiable, sí. Pero también comprensible en ciudades con una orografía tan simple: nos ha costado trabajo ver una montaña, si acaso hemos visto alguna.

La dieta también ha sido un problema. La alimentación predominante parece estar basada sobre la realidad de pan y queso. Hay que decir que ambos productos son excelentes, pero después de tres días de desayunar lo mismo, deja de ser emocionante.

Y, bueno, el idioma. El holandés suena un poco menos gutural que el alemán, pero no deja de ser rasposo y, sobre todo, absolutamente incomprensible. Afortunadamente muchos holandeses hablan inglés y la inmensa mayoría son sumamente amable. Ejemplo: en la estación central de Amsterdam una señora, también pasajera, se tomó el tiempo de buscar con su celular el itinerario que debíamos seguir para llegar aquí. Increíble.

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La fotografía que ilustra este post no fue bajada de la red: fue tomada la tarde de ayer mientras caminaba por el muelle de Vlissingen.

1 comentario:

tirodopolus dijo...
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