martes, abril 28, 2009

Memorias de la influenza 04

Miren la hora que es. ¡Y no he terminado mi tambache de trabajos por calificar! Estoy embotado. La palabra es horrible, pero el verbo correcto. En fin. Mañana no debo ir a la oficina. Hoy a las tres, cuando regresaba de comprar comida china, todos los compañeros estaban en el estacionamiento. Huían. Estaban felices. Parecían pollitos en fuga. "Dice el jefe que no quiere a nadie aquí después de las tres". Y yo: "Sí, ajhá" (pensaba en todo lo que me quedaba por revisar).

Claro que me quedé. En realidad sólo comí. Luego levanté mi oficina (la pintan mañana) y metí el tambache a mi camioneta. Vine a casa y subí al mirador a ya saben qué. Sí. Calificar. Llegó a la puerta un vendedor de flores. Luego unas niñas con galletas. Mi madre hizo molletes para la cena. Me distraigo fácilmente. Y, bueno, no he terminado. Reviso mi lista de pendientes y me doy cuenta de que en realidad estos días que vienen ni cuenta me voy a dar de la emergencia sanitaria. No pienso encender la radio ni la tele estos días. Me dedicaré a la contemplación.

Nah. Trabajaré mucho. Leeré. Veré películas. Escucharé música. Saldré a caminar (sin cubrebocas). Espero reunirme con amigos y reír un rato.

1 comentario:

.betiina. dijo...

Pepe!
"Memorias de la influenza"? cómico ver como te burlas bien padre de las cosas. (:
La gente está muy paranóica, sabes? hoy mi mamá compro cosas como si fuera a caer una bomba atómica en la ciudad y nos tuvieramos que ir a un refugio; las cosas o estan muy exageradas, o simplemente no me cae el 20.
Oye, soy fan de tu blog. :)

betty.