jueves, mayo 12, 2005

El pasado nos vuelve a pasar

Nunca hubiera leído una novela de Diderot si no por casualidad. Hace una semana estaba revisando novedades en gandhi y me topé con Jacques el fatalista en una edición nueva que sacó Alfaguara. En la contraportada venía un comentario muy elogioso de Saramago afirmando que la obra en cuestión era la primera novela "absolutamente moderna". Y otro de Kundera diciendo que sería posible entender la historia de la filosofía sin Diderot, pero que no podía hacerse lo mismo de la novela sin Jacques el fatalista. Suficiente para mí.
La novela fue publicada por primera vez en 1796. Y es, en realidad, un juego entre el narrador y el lector (al que se apela directamente), con la historia de Jacques y su amo en medio, intencionalmente postergada por el narrador que, sin embargo, dice no estar escribiendo una novela, sino relatando hechos reales.
Jacques es, por otra parte, un personaje entrañable. Desapegado de cualquier cliché de la época, es un parlanchín que despotrica igual contra su amo que contra una posadera con soliloquios cargados de ironía y agudeza argumentativa, siempre con el desparpajo que su condición de criado (y no de amo) le permite. Nada que ver con la solemnidad de estampita que yo suponía del líder de la Enciclopedia.
Es una novela maravillosa. Sobre todo para ratificar que la digresión como estrategia narrativa y la presentación del lector como personaje en la novela no es tan nueva como a veces podríamos pensar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Disculpen que abuse de este blog, pero lo que hoy me trae aquí es una búsqueda personal:un servicio social. Acaba de pasar el día de las madres, y mi novia está muy triste porque hace como 10 años que no ve a la suya. Sólo sabe de ella que vive o vivió en Mexicali, estatura baja, complexión robusta, responde al nombre de Regina Martínez Chaparro y tiene un hijo llamado Juan Carlos, medio hermano de mi novia. Si la conocen, diganle que comparezca en mi blog (darkreed.blogia.com)y ponga un comentario. Si no la conocen y viven allá, por favor pongan un servicio social en las radiodifusoras de mexicali, a ver si la encontramos. Por favor, es algo serio. Bromistas abstenganse por favor. Aquellos que no tengan con vida a su madre o los que no la vean desde hace tiempo sabrán lo que se siente. Señora, sus hijos Mireya y Julio quieren verla desde hace tiempo. Comuníquese