miércoles, diciembre 01, 2004

¿Por qué pienso que el Teletón es un fraude?

Primero debo aclarar que me parece estupenda la idea de organizar actos masivos para ayudar a gente que lo necesita. Lo que opino es que el Teletón no es la única manera de ayudar, y mucho menos es la mejor. Me explico: el Teletón es un comercial de 30 horas. Su omnipresente marketing nos dice que Banamex es el "banco oficial" del Teletón para hacer donativos; que las líneas telefónicas empleadas en el call-center son Telmex; que hay que comprar botiquines Teletón en Farmacias Similares, televisiones en Sears, 20 mil pizzas en Domino's, mil colchones en Dormimundo y 5000 trajes en Michel Domit. ¿Por qué, si se trata de una labor altruista, esas empresas no entregan sus donativos y punto? ¿Por qué condicionar el donativo a la muestra de miles de tickets de compra donde aparezcan sus productos?
Sí, al final se reúnen decenas de millones de pesos para niños discapacitados (ejem, perdón, "con capacidades diferentes"), pero comparada con la inversión que podrían hacer esas megaempresas, los 200 millones que se logran en 30 horas son migajas. Migajas porque esas empresas gozan de publicidad ininterrumpida a lo largo de todo el Teletón (los anfitriones "agradecen" al aire la generosidad de los patrocinadores y además, claro, están los comerciales de rigor); migajas porque esas empresas entregan ese dinero sabiendo que al final les van a entregar un recibo deducible de impuestos por la misma cantidad. O sea que, en vez de pagar a Hacienda, lo "donan" al Teletón a cambio de un día completo de menciones de su producto en cadena nacional. El negocio es redondo.
Y, finalmente, ¿por qué en 8 años 8 de historia no se ha hecho un sólo Teletón por una causa que no sean niños discapacitados? ¿Qué no hay causas tan o más urgentes que las personas con "capacidades diferentes"? Niños indígenas, gente afectada por huracanes, niños y jóvenes de la calle, educación en zonas marginadas. Mi tesis es que nadie puede ser llamado a cuentas por la discapacidad de los niños Teletón. Pero de que un niño en la Sierra Tarahumara no pueda comer tres veces sí que hay responsables. En casos como probreza extrema, atención a comunidades indígenas, falta de oportunidades de educación y/o atención a afectados por algún desastre natural sí hay autoridades (municipales, estatales y federales) que no verían con buenos ojos la exhibición de su ineficacia durante 25 horas en cadena nacional. Piénsenlo: un niño discapacitado conmueve; un niño desnutrido encabrona. Por eso hay siete centros de reahabilitación (¡siete!) y ni una sola escuela más gracias a la movilización de la gente que causa el Teletón.
Yo respeto y estimo si han donado o piensan donar al Teletón. Sólo digo, y sin ánimos de sospechosismo, que los principales beneficiados pueden no ser los niños; el caldo gordo puede estárseles quedando a otros.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas de las características que describes como carencias del Teletón son de las que tanto presume "Fundación Azteca" (escuelas, ayuda a diversas asociaciones, etc.). Sin embargo, no considero que el "altruismo" de Salinas Pliego sea más auténtico que el de Azcárraga. Para mí, hay tres palabras claves que explican gran parte de las motivaciones de ambos fenómenos (teletón y Fund. Azteca): Lavado de dinero.

--Kazuga

o dijo...

No todo lo que brilla sin aparente explicación es lavado de dinero, así como tampoco todas las campañas “Teletonicas” de ayuda tienen un fin puramente altruista. Tenemos que reconocer que las dos televisoras son negocios y que como tales tienen que encontrar la mejor forma para poder vender una idea y/o un producto. Es cierto que ambas compañías utilizan y manipulan a sus televidentes para conseguir su fin ultimo, el cual no es crear centros de ayuda, mejorar colegios o asistir a los desamparados, pero esto no las justifica a la manipulación a la que todos estamos sometidos día con día. Es mi opinión muy personal que además de tener una responsabilidad hacia sus accionistas, estas compañías también tienen una gran responsabilidad moral hacia la sociedad.

En defensa de Televisa y TV Azteca, Las empresas tienen como fin ultimo el de subsistir y crecer, por lo que una empresa no puede ser 100% altruista. Algo que se debe de reconocer es que ambas empresas son proveedoras de fuentes de trabajo y ayudan a miles de familias a subsistir. No se ustedes, pero yo prefiero tener un empleo mal pagado a formar parte de las filas del desempleo (quiero aclarar que yo no trabajo o he trabajado para una televisora).

No solo las compañías tienen esta responsabilidad, todos y cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad de contribuir con nuestra sociedad. En fin, todos nos quejamos de lo que hacen los demás, si en verdad queremos hacer un cambio empecemos por cambiar nosotros mismos.

Pepe dijo...

Yo en realidad no tengo ningún problema con el hecho de que las televisoras sean un negocio. Qué bueno que ganen dinero si hacen bien su trabajo (aunque hasta de eso tengo dudas). Lo que me incomoda es que de pronto, una o dos veces al año (y miren que Televisa lo hace justo en diciembre -eso no puede ser casualidad-), se pongan el hábito de monjes y se autonombren defensores de los que, supuestamente, más lo necesitan. Cuando en realidad lo que están haciendo es oootro negocio.
Respecto a la Fundación Azteca debo admitir que conozco muy poco. Salvo para ver Los Simpson y, a veces, el fútbol, no veo TV Azteca. Pero me pareceque, no hay punto de comparación con el Teletón desde el punto de vista de la movilización de gente que logra y la penetración que tiene en los medios, la cantidad de dinero que maneja y el número de horas que dura su programa...
Ojalá esa cantidad de recursos, de gente y de intereses se unieran en favor de otras causas.

Jorge Pedro dijo...

suficientes impuestos damos ya como para encima estar apoyando a la iniciativa privada. ¿dónde está el puto dif? además, el teletón es a las benditas asociaciones civiles lo que un walmart es a las tiendas de abarrotes. mf.

:tragic hero: dijo...

No importa la justificación que se dé (que si las compañías tienen que encontrar la mejor forma para vender una idea y/o producto) el medio utilizado es desleal y tramposo, nos da una idea de la nulidad de escrúpulos y de la poca ética de los medios de comunicación capaces de manipular situaciones
de necesidad social (sin ponernos a discutir quien debería jugar el papel principal en resolver estas necesidades) para su propio beneficio. Las empresas pueden ganar el dinero que quieran pero que intenten darnos atole con el dedo fabricando toda una verborrea y teatro de buenas intenciones es lo que más molesta.

Televisa y TV Azteca no subsisten como empresas, se revuelcan en una opulencia que es cada vez más y más insaciable, yo no entiendo aún que justificación puede tener la concentración exorbitante de poder y capital, aunque me lo expliquen de la manera más práctica posible, sencillamente no lo veo natural y correcto para una sociedad.

El caso de Fundación Azteca es sencillamente una estrategia tramposa también, TV Azteca sólo está asegurando la mano de obra para el grupo de empresas de
Salinas Pliego disfrazándolo de bienestar social (creo que pronto ya no vamos a necesitar un gobierno) que esto es mejor que nada, no lo sé, pero si es para reflexionar.

Otra vez, molesta que te espeten en la cara que te están haciendo un favor cuando los que más ganan son ellos y la gente apenas, bien dicho, "subsiste"
ahogada en un mar de deudas, narcotizada por tanto espectáculo, aterrorizada por perder su empleo de la noche a la mañana, etc.

No se contribuye con la sociedad dando un donativo a la gente pobre o con capacidades diferentes, se contribuye más siendo analítico y responsable frente a nuestra realidad como nación que a final de cuentas derivará en un actuar conciente y, lo más importante, efectivo. Creo que lo que la mayoría de la gente (los benefactores) ve en actos como el Teletón es una posibilidad de quitarse un poco de culpa por que algunos si tienen y otros no, mientras las grandes corporaciones sonríen beneplácitamente desde arriba sin perder un pelo claro. Es un juego cruel pero muy práctico dirían algunos. Digámos las cosas como son, al menos.