jueves, julio 29, 2010

Reporte Vlissingen 02

"La vida sin lógica puede no ser capaz de conseguirlo todo en el arte; pero en cualquier caso puede llegar bastante lejos. La lógica sin talento natural, que se expresa en una peculiar calidad de vida, no llega a ninguna parte y no obtiene ningún logro".

Aldous Huxley en su ensayo "Los retratos de Augustus John", leído en el Restaurante De Gevangentoren, Vlissingen, Países Bajos.

domingo, julio 25, 2010

Reporte Vlissingen


Me encuentro en Vlissingen, provincia de Zeeland, en los Países Bajos.

Mentiría si les dijera que esperaba hacer un viaje a este lugar alguna vez en la vida. Un Foro Mundial de debates me ha traído acá, y no creo que ningún otro motivo me traiga de vuelta.

Esta es una pequeña ciudad (45 mil habitantes) a casi tres horas en tren de Amsterdam. Tiene costa con el Mar del Norte. El clima es templado, con viento casi todo el día. Llama la atención, como en Amsterdam, la ingente cantidad de bicicletas. Holanda debe tener la tasa bicicleta/habitante más alta del mundo. Envidiable, sí. Pero también comprensible en ciudades con una orografía tan simple: nos ha costado trabajo ver una montaña, si acaso hemos visto alguna.

La dieta también ha sido un problema. La alimentación predominante parece estar basada sobre la realidad de pan y queso. Hay que decir que ambos productos son excelentes, pero después de tres días de desayunar lo mismo, deja de ser emocionante.

Y, bueno, el idioma. El holandés suena un poco menos gutural que el alemán, pero no deja de ser rasposo y, sobre todo, absolutamente incomprensible. Afortunadamente muchos holandeses hablan inglés y la inmensa mayoría son sumamente amable. Ejemplo: en la estación central de Amsterdam una señora, también pasajera, se tomó el tiempo de buscar con su celular el itinerario que debíamos seguir para llegar aquí. Increíble.

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La fotografía que ilustra este post no fue bajada de la red: fue tomada la tarde de ayer mientras caminaba por el muelle de Vlissingen.

martes, julio 20, 2010

domingo, julio 18, 2010

Guau

Hace unos días, en un café con una amiga, ella reparó en el libro que llevaba conmigo: Lo que vio el perro y otras aventuras, de Malcolm Gladwell. Leyó en las solapas los otros títulos del mismo autor (La clave del éxito, Fueras de serie e Inteligencia intuitiva) y me preguntó con algo de sorna desde cuándo leía libros de superación personal.

Si me conocen, saben que los libros de autoayuda me producen algo parecido a la urticaria. Si no me conocen, por favor sépanlo. :-)

Un par de días depués, un colega con el que comí vio el libro sobre la mesa y me preguntó con sorpresa por qué leía libros de managment si yo era literato... (Sin comentarios)

Nunca había pensado los libros de Gladwell como obras de autoayuda o managment. No sé si lo sean, pero me gustan. Gladwell, periodista británico avecindado en Nueva York, tiene una característica que lo hace notable a mis ojos: se esfuerza en cada texto por ofrecer una perspectiva distinta de temas comunes.

Por ejemplo, en este nuevo libro suyo, dedica un apartado a los genios menores: un tipo como Ron Popeil, que cambió la forma de hacer publicidad (es el papá de los infomerciales en TV); habla de las responsables de las campañas de Clairol y L'Oreal que cambiaron la forma en que las mujeres se vieron a sí mismas después de la Segunda Guerra. Otro apartado habla sobre la complejidad de diagnosticar o prever ya sean accidentes industriales o el éxito de una persona. Finalmente concentra su atención en el carácter y la inteligencia, para referirse a los talentos de maduración tardía (opuestos a los genios precoces), el que llama el mito del talento (la sobrevaloración de los listos pudo haber conducido al fracaso de Enron) y lo que verdaderamente sabemos de alguien en una entrevista de trabajo (muy poco en realidad).

No sé si les suenan a temas de superación o managment, pero pueden creerme que la intención de Gladwell no sigue esos derroteros. No da consejos; presenta hechos. Tampoco ofrece recetas de éxito; más bien cuestiona abiertamente aquello que consideramos talento y/o fracaso.

El libro es una antología de textos previamente publicados en The New Yorker. Se trata de textos periodísticos que se dejan leer con gran fluidez. Abordan temas cotidianos, pero desde una perspectiva distinta, y ofrecen varios pretextos de reflexión profunda acerca de lo que damos por hecho en nuestra vida cotidiana. Excelente lectura para el verano: ligera, pero no simple; entretenida, pero no ramplona. Altamente recomendable.
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Lo que vio el perro y otras aventuras (2010) de Malcolm Gladwell está publicado en español por Taurus. En gandhi cuesta 269 pesos. La edición en inglés de Hachette, también disponible en México, cuesta 219 pesos.